lunes, 25 de marzo de 2013

Bondad

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Publicado por: Jordi Collell 


La bondad es la segunda cualidad que necesita toda marca personal que quiera ser memorable  y que se define por la orientación  a hacer el bien. El lunes anterior ennumeramos las cualidades de una marca y empezamos hablando de la narrabilidad.
La bondad es una tarea fácil porque de entrada la idea de hacer el bien suena a trasnochada, a tópico y a obviedad. ¿Quién en su sano juicio afirmaría que su objetivo vital es hacer lo contrario?
Desde la perspectiva de la gestión de la propia marca la idea de hacer el bien, de la bondad, empieza con uno mismo y va estrechamente unido al concepto de felicidad.
Somos felices cuando encontramos sentido a lo que hacemos, cuando tenemos un estado interior de alegría y de satisfacción, cuando nos planteamos retos y luchamos por conseguirlos. La felicidad muchas veces está en el camino que hemos escogido más que en loslogros concretos que hayamos podido conseguir.
El camino hacia la felicidad empieza en el momento en que nos planteamos preguntas del tipo ¿quiénes somos? ¿ hacia dónde vamos? o ¿cómo podemos transformar el mundo?
La respuesta sincera a estas preguntas y la actuación posterior en consecuencia  comenzará a dar a nuestra marca personal , a la huella que dejamos en el corazón de los demás, los primeros colores de bondad.
La bondad de nuestra marca también estará relacionada con la capacidad que tengamos de poner nuestras habilidades y conocimientos, nuestra propuesta de valor, al servicio de los demás para ayudarles a conseguir sus metas.
Si contribuimos a hacer a los demás más felices conseguiremos ser tenidos en cuenta de manera permanente y habremos conseguido nuestro objetivo como marca.
Pero, no lo olvidemos, todo empieza por nosotros y en nuestro interior. Si no somos capaces de escucharnos, de saber trazarnos un camino, de encontrar sentido a lo que hacemos poco podremos aportar a los demás y seremos poco creíbles. ¿Quién se dejaría ayudar por un amargado? ¿quién escogería a un incompetente? porque el camino se demuestra caminando y en esta caso más que en ningún otro.
Es por esto que la gestión de la marca personal empieza por conocernos mejor, por descubrir lo que nos da sentido, por reconocer nuestra propuesta de valor, por identificar a quién podemos ayudar.
Sin bondad, sin esta inclinación a hacer el bien, una marca personal no deja huella y se convierte en una herida para la humanidad. Y lamentablemente la historia nos ha proporcionado algunos casos notorios.

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