miércoles, 26 de febrero de 2014

Demasiado inteligente para ser feliz

http://www.periodistadigital.com/guiacultural/ocio-y-cultura/2014/02/25/demasiado-inteligente-para-ser-feliz-siaud-facchin-libro.shtml 

Atención inadaptados, incomprendidos, hipersensibles y otros raros

José Catalán Deus, 25 de febrero de 2014 a las 18:10

Portada de '¿Demasiado inteligente para ser feliz?'
Portada de '¿Demasiado inteligente para ser feliz?'
Este libro puede ser una revelación trascendental para unas cuantas decenas de miles de personas. Se subtitula 'Las dificultades del adulto superdotado en la vida cotidiana' y es un intento divulgador sobre los problemas de esta minoría social, que se calcula en un 2% de la población. Se les llama 'superdotados', pero la etiqueta no es exacta. Son muy inteligentes, pero además son muy sensibles, son personas especiales que parecerían la avanzadilla del paso evolutivo que la humanidad tiene pendiente. No son triunfadores porque son demasiado listos para ello. Perciben y comprenden mucho antes que los demás, pero son demasiado altruistas y generosos como para beneficiarse. La psicoterapeuta francesa Jeanne Siaud-Facchin desvela una realidad asombrosa de la que no son conscientes casi ninguno de sus protagonistas. 

¿Y si una gran inteligencia crease una sensibilidad exacerbada? ¿Y si también pudiera aumentar la fragilidad e incluso causar sufrimiento? Este libro permite comprender y convivir mejor con el exceso de inteligencia, consigue que las personas con altas capacidades al fin se comprendan, se sientan mejor consigo mismas y con las gentes que les rodean. Los superdotados son gente que por ser demasiado inteligente, no encuentra su lugar en el mundo. '¿Demasiado inteligente para ser feliz?' explora un fenómeno que permanece oculto, el sufrimiento real y vívido que puede causar un exceso de inteligencia, los problemas de acoplamiento e identidad de esos raros seres anclados permanentemente fuera de lugar.

¿Cómo saber si uno es superdotado? La mayor parte de los adultos en esta circunstancia, lo ignoran, nunca se han sometido a pruebas específicas y han construido con el tiempo corazas defensivas basadas en sobrevivir obviando la diferencia. La doctora Siaud-Facchin ha identificado su forma de ser y comportarse de manera tan gráfica que al lector le bastarán una páginas para saber si él es uno de ellos. Y, basada en su larga experiencia terapéutica, se permite posteriormente dar una serie de buenos consejos: ¿Cómo vivir de la mejor manera posible? ¿Cómo aprovechar todos estos recursos?

Casi nada en la vida se da en estado puro, y esta forma de ser, tampoco. Se puede tener muchas de sus características sin estar precisamente ubicado en los parámetros que han ido creándose para distinguirlos. Se trataría de una aptitud innata para la actividad intelectual que no puede ser adquirida por el esfuerzo personal. Hay personas con uno o más talentos (es decir, que sobresalen en uno o más de los posibles tipos de inteligencia), y personas superdotadas, que sobresalen en general en todos los tipos de inteligencia (polimatía), y presentan además una alta creatividad y varios rasgos de personalidad característicos. Aunque existe un cierto debate al respecto, la opinión comúnmente aceptada es que la superdotación es hereditaria. Mientras en EEUU se llevan décadas de trabajo específico con lo que denominan alumnos 'dotados y talentosos', el 98% de las personas con altas capacidades de España nunca llegarán a saberlo. Este libro puede colaborar a romper la maldición. No deje de recomendarlo a quien sospeche que puede estar inmerso en tan especial categoría.

Las personas superdotadas están más sujetas que la media a episodios depresivos, cóleras, contrariedades y sufrimientos varios porque se sienten una y otra vez, ¡sistemáticamente!, incomprendidos. No todos los superdotados son políglotas, campeones de ajedrez, investigadores de la NASA o virtuosos del piano. La mayor parte están colocados en posiciones aparentemente corrientes porque no han querido ni podido hacer uso de sus atributos excepcionales. Atributos que la sociedad desperdicia sino desprecia, cualidades que despiertan la envidia y la hostilidad de la masa.

Un simple vistazo al índice puede servir para hacerse idea de lo que va a encontrarse dentro: ¿Cómo descubrir que eres superdotado? - El diagnóstico: de la liberación a una nueva inquietud - El tempo: estar siempre en otra onda - Una lucidez asombrosa - El sentimiento de imperfección - Una impaciencia difícil de enmascarar - La hipersensibilidad invasora - La inmensa soledad - Las mujeres superdotadas intimidan fácilmente - Las parejas: ¿Dios los cría y ellos se juntan? - ¿Superdotado + superdotado = pareja feliz o aislamiento garantizado? - La hipersensibilidad como talento - La creatividad como perspectiva - La empatía como habilidad - La sincronización de las emociones: acompasar el ritmo - Algunos trucos más para transformar el sueño de tu vida en una vida de ensueño (o casi) - Cuando conseguimos parar esa lucha agotadora.

Puede entenderse, pues, que el libro tiene las virtudes y defectos del género de autoayuda, fácil de leer, demasiado didáctico y un tanto triunfalista. Pero el superdotado de marras que abra la primera página sabrá cómo extraer el importante mensaje que contiene. Ni que decir tiene su importancia para todos aquellos que lidian con el público, que dependen de las relaciones sociales, y que como profesores, psicólogos o jueces van a ampliar su percepción y comprensión para comportamientos que hasta hoy clasificaban de forma errónea.

¿Cómo integrar y admitir esta paradoja esencial que debilita la trayectoria del superdotado: la relación íntima que se da entre la inteligencia extrema y la vulnerabilidad psíquica? La inteligencia extrema es indisociable de la sensibilidad extrema y de la extrema receptividad emocional; la inteligencia muy desarrollada y la hipersensibilidad conllevan debilidad y vulnerabilidad; sentir y percibir con una lucidez acerada todos los elementos del mundo material y de las relaciones humanas genera una reacción emocional constante, fuente de una ansiedad difusa.

Ser superdotado es en primer lugar y ante todo una manera de ser inteligente, un modo atípico de funcionamiento intelectual,una activación de los recursos cognitivos cuyas bases cerebrales son diferentes y cuya organización muestra particularidades inesperadas. No se trata de ser «cuantitativamente» más inteligente, sino de disponer de una inteligencia «cualitativamente» distinta. ¡No es lo mismo! Ser superdotado combina un alto nivel de recursos intelectuales,una inteligencia fuera de los límites,una inmensa capacidad de comprensión, de análisis y de memorización JUNTO CON una sensibilidad, una emotividad, una receptividad afectiva, una percepción de los cinco sentidos y una clarividencia cuya amplitud e intensidad invaden el ámbito del pensamiento. Ambas facetas están SIEMPRE entrelazadas.

Ser superdotado es una manera de «estar en el mundo» que da color al conjunto de la personalidad. Ser superdotado es la emoción constantemente a flor de piel, y el pensamiento siempre en los límites del infinito.

No tener en cuenta las particularidades funcionales del superdotado en estas dos vertientes —la intelectual y la afectiva—, equivale a desatender a una parte de la población amparándose en ideologías anticuadas y en desconsideraciones. Ser superdotado no es una bendición de los dioses ni un don privilegiado ni un envidiable exceso de inteligencia. Se trata de una personalidad singular con múltiples recursos intelectuales y afectivos cuyo potencial solo podrá encuadrarse como una fuerza positiva en el conjunto de la personalidad si y solo si ese potencial es conocido, comprendido y reconocido.

Para terminar, no resistimos la tentación de citarnos: el artículo '¿Es usted una persona sensible? Pues forma parte de una minoría oprimida', el cual publicamos en 2006 en el extinto 'Infordeus' y que se convertiría en uno de los más leídos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario