martes, 17 de junio de 2014

La empresa fluida

https://pmo2winblog.wordpress.com/2013/08/21/la-empresa-fluida/ 
la-empresa-versatilYa nos hemos referido suficientemente al hecho de que el mundo se está volviendo cada vez más fluido y volátil. Los cambios vertiginosos que se producen en todas las áreas obligan a las compañías que aspiren a mantenerse en la cresta de la ola –o escalar hasta ella− a orientarse hacia el crecimiento y el desarrollo permanentes, lo cual incluye, inexorablemente, el crecimiento y el desarrollo individual de sus empleados.
La clave de este proceso está en dirigir la voluntad individual y colectiva hacia el perfeccionamiento constante. Otro factor fundamental es la adaptabilidad, la versatilidad, la capacidad de ajustarse constantemente al entorno crecientemente complejo en que se desenvuelve la vida de la organización. La alternativa a este dinamismo es el estancamiento y el fracaso.
Las organizaciones que aspiren a transformarse en líderes de sus propios sectores de actividad deberían volverse conscientes de que la realidad actual de los mercados y los ambientes laborales le imprime a su quehacer la necesidad de darse a sí mismas una estructura interna que facilite y promueva los cambios.
Una empresa fluida es una organización en la que cada miembro es estimulado a crecer individualmente, buscando constantemente la superación de desafíos ajustados a su propia capacidad. La idea es que cada empleado sea capaz de ir más allá de sus propios límites. El primer paso es superar las creencias limitantes de cada individuo respecto de sí mismo. Este paso es fundamental ya que muchas veces, estas creencias cobran la forma de dogmas o de profecías auto cumplidas.
Comprender y aplicar el concepto del flujo es de la máxima importancia para los equipos de proyectos. Un equipo de proyectos en estado de flujo es un equipo enfocado, comprometido, despabilado, responsable, proactivo, etc.
Todo Director de Proyectos ambiciona dirigir equipos así… pero hay que saber cómo se llega a este estado para producirlo. No es llegar y hacer el gol, hay que construir la jugada. ¿Cómo? Para eso estamos en PMO2Win.
Fluir, fluir, fluir
Vamos viendo. Fluir no es sinónimo de dejarse arrastrar por el viento. No se trata de dejarse llevar por la corriente sin esfuerzos. Muy por el contrario, significa cultivar un estado de alerta permanente. Se trata de aspirar a un estado de aprendizaje constante que transforme la vida laboral en un desafío siempre vigente y renovado.
Fluir significa aventurarse en la novedad con los ojos bien abiertos. Se trata de echar cotidianamente la red de nuestras capacidades sobre el mar de información en el que navegamos para pescar ideas, conceptos, intuiciones que nos sirvan, individual y colectivamente, en función de transformarnos hoy en algo mejor de lo que éramos ayer.
Los expertos señalan que cuando las personas son desafiadas de acuerdo a sus propias capacidades, sobre todo cuando estos desafíos se alinean con sus propias metas, es cuando más crecen y disfrutan de sus trabajos. De hecho, se ha descrito esta experiencia como unestado óptimo de motivación intrínseca en la que la persona se encuentra absolutamente inmersa en lo que está haciendo. Las sensaciones involucradas aquí van desde la libertad y el gozo hasta la responsabilidad y el compromiso. Ante estas poderosas emociones, se someten o adormecen otras urgencias temporales, como el paso del tiempo y la necesidad de alimentación o de sueño, entre otras.
Es decir, el estado de flujo individual ocurre cuando el individuo se encuentra completamente inmerso en la actividad que está ejecutando y desaparece la sensación de esfuerzo. El efecto psicológico de este estado es un sentimiento placentero de energía enfocada, de compromiso total y de absoluta responsabilidad.
Entre otras cosas, se ha observado que la meditación, el yoga y las artes marciales pueden mejorar las capacidades de las personas para fluir ya que ayudan a enfocar la atención.
Fluir en el trabajo
Este concepto fue propuesto en 1975 por el psicólogo y catedrático de neurociencias de la Universidad de Stanford, Mihaly Csikszentmihalyi, un destacado investigador de los conceptos de felicidad, creatividad, bienestar subjetivo y diversión. Su idea de flujo (flow) ha sido adaptada a diversos campos.
En una entrevista para la revista Wired, Csikszentmihalyi describió el fluir como “el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previos. Es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo”.
Es aquí cuando el papel del líder es esencial. Un requisito fundamental para alcanzar el flujo es encontrar un estado de equilibrio entre el desafío de la tarea que se debe acometer y la habilidad de quien la realiza. Si la tarea es demasiado fácil o demasiado difícil no se presentará esta ansiada experiencia de fluir con el trabajo.
Un líder o Director de Proyectos competente, si quiere producir este estado de flujo entre los miembros de su equipo, ha de preocuparse de darle a cada quien la tarea que le corresponde equilibrando las necesidades del proyecto con las capacidades individuales, la motivación, los espacios de libertad, las recompensas, el reconocimiento, etc.
Es decir, sin dejar de lado los aspectos técnicos del trabajo propiamente tal, hay que meterle inteligencia emocional al asunto, perspectiva, visión de conjunto, empatía. Nada ni nadie fluye en los proyectos si no hay armonía entre el contexto laboral y las capacidades y motivaciones interiores de los actores involucrados. Esta situación ideal puede ser descrita como armonía productiva.
Según Csikszentmihalyi, los componentes de una experiencia de flujo son:
  1. Objetivos claros.
  2. Concentración y enfoque (evitar la dispersión a toda costa).
  3. Retroalimentación directa e inmediata.
  4. Equilibrio entre el nivel de habilidad y el desafío.
  5. La actividad ha de ser vista como intrínsecamente gratificante (así no se nota el esfuerzo cuando se ejecuta).
Cuando se dan estas condiciones, los resultados esperados son:
  1. La fusión entre acción y conciencia.
  2. Distorsión del sentido del tiempo (sensación de que el tiempo vuela).
  3. Un sentimiento de control personal sobre la situación o actividad.
Por supuesto, no todos los componentes son necesarios para conseguir una experiencia de flujo.
Recomendaciones
Csikszentmihalyi sugiere varias maneras en que se debe trabajar en grupo de forma que cada miembro pueda alcanzar el estado de flujo, entre ellas citamos:
  • La existencia de espacios de planificación creativa que incentiven el dinamismo, el movimiento, la energía (sillas, paredes decoradas, gráficos, evitar las mesas para facilitar la circulación, etc.).
  • Intentar hacer ver cada tarea como si fuera un juego.
  • Dejarse ir en el proceso.
  • Incorporar cierta dosis de “locura”.
  • Diseño de recreación (gráficos para entradas de información, gráficos de flujo, resumen del proyecto, lugares seguros, pared de resultados, temas abiertos, etc.).
  • Trabajo bien organizado, paralelo.
  • Grupos concentrados en objetivos.
  • Avance de objetivos existentes (prototipo).
  • Incremento de la eficiencia a través de la visualización.
  • Incentivar la idea de que la existencia de diferencias entre los participantes es más una oportunidad que un obstáculo.
Pero, fundamentalmente, no perseguir el éxito. Casi por regla general mientras más busquemos el éxito y lo convirtamos en una meta necesaria, menos probabilidades habrá de que lo consigamos finalmente.
Según el investigador de origen croata, el éxito, al igual que la felicidad, debe ser una consecuencia de la dedicación personal hacia algo más grande que uno mismo. Esto es lo que separa su teoría del flow de las técnicas clásicas de búsqueda de la felicidad.
En palabras de Csikszentmihalyi: “Puede parecer contraproducente argüir que la felicidad y los negocios tienen algo que ver entre sí, pues para la mayoría de las personas, el trabajo en el mejor de los casos, es un mal necesario, y en el peor, una carga. Sin embargo, ambas cosas están inextricablemente unidas”.

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