Decía Peter Drucker en “Management Challenges for the 21st Century”, que el cambio no se puede gestionar, que solamente es posible ir por delante de él. En esta anticipación al cambio, no solamente es importante la visión y el know how para alcanzarla, es fundamental el know who. Quién hace las cosas, es diferencial. Contar con talento suficiente es clave para el rendimiento presente pero también para la adaptación y el cambio. Sin profesionales comprometidos, honestos, competentes y con empatía con el cliente hay poco que hacer. Además, en los tiempos que corren, los necesitaremos ágiles y con capacidad para combinar eficiencia en el día a día y destreza para la innovación. ¿Es pedir mucho? Es simplemente nuestro mundo. Son perfiles de los profesionales y de los líderes que necesitamos. La alternativa sería intentar gestionar organizaciones sin talento. Actualmente hay un debate sobre si es posible el management sin managers (Gary Hamel es uno de los grandes animadores de este debate). Pero a menos managers, todavía será necesario más talento. Lo mismo sucede con la estrategia, a menos talento más planificación, a más talento más flexibilidad. El talento es quién mejor engarza estrategia e innovación. La rigidez del sector público clásico, da a entender que quién haga las cosas es relativo mientras tenga el nivel burocrático correspondiente. Las inercias del sector privado y algunas de sus culturas corporativas tampoco se presentan como necesariamente meritocráticas. A veces, en el sector público y en el privado se gastan muchos recursos que luego se desaprovechan por no tener en cuenta suficientemente el know who.
(La imagen pertenece a una obra de Alessio Baldovinetti)
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