Se trata del resultado de las habilidades de la inteligencia emocional. Bien articuladas, pueden constituir un verdadero capital.
LAS RELACIONES SOCIALES: UN CAPITAL PERSONAL
En la clase anterior revisamos la influencia de las emociones en nuestro comportamiento y definimos los componentes de la inteligencia emocional. Entre ellos es posible apreciar una diferencia, mientras el autoconocimiento y la regulación de las emociones, se podría decir, están más cercanos a las emociones; la empatía y el manejo de las relaciones interpersonales ponen el énfasis en la capacidad para relacionarnos con los demás. Sin embargo, ambos dominios se entremezclan, de la misma forma como la propiedad social del cerebro se superpone con sus centros emocionales. “Todas las emociones son sociales”, como observa Richard Davidson, director del Laboratorio para la Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin. “No se puede separar la causa de una emoción del mundo de las relaciones, nuestras interacciones sociales son las que mueven a nuestras emociones”.La competencia social se centra en la habilidad para comprender a otras personas y manejar las relaciones interpersonales. Es el resultado de las habilidades de la inteligencia emocional que aparecen en la presencia de los demás: la conciencia social y el manejo de las relaciones.
La adecuada articulación de un sistema de relaciones interpersonales puede constituir un verdadero capital, ya que consolida una alianza. Las personas muy hábiles en el manejo de las relaciones tienen la posibilidad de recurrir a una amplia y creciente red de amistades. Es así que se considera que las redes de contactos constituyen una especie de capital personal. Una de las virtudes del poder establecer relaciones interpersonales tiene que ver con la buena disposición y confianza que generan. Las relaciones son especialmente importantes en una organización, ya que son los eslabones que permiten unir las habilidades de las distintas personas. Los líderes y las personas más efectivas son verdaderos maestros en el cultivo de las relaciones. En este sentido, lo que se destaca dentro de sus habilidades es una buena comunicación que les permite el establecimiento de relaciones sólidas y provechosas.
Una conducta socialmente hábil se define como un conjunto de acciones —emitidas por un individuo en un contexto interpersonal— que expresan sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos de un modo adecuado, respetando las que provienen de los demás y resolviendo de inmediato los problemas surgidos en una situación determinada, minimizando así la probabilidad de futuros conflictos.
¿CÓMO MANEJARLAS ?
Desarrollar la asertividad: Una de las características más reconocidas del liderazgo es la asertividad, el hecho de mostrarse franco y directo al expresar exigencias, opiniones, sentimientos y actitudes. Si usted tiene confianza en sí mismo, le resultará más fácil mostrarse asertivo con la gente. Un líder asertivo puede decir: “Sé que las inundaciones nos han cerrado el negocio durante cuatro días, pero podemos recuperar el tiempo perdido si todos cooperamos y trabajamos con inteligencia. En 30 días habremos alcanzado o superado nuestras metas para el trimestre”. Esta afirmación refleja la confianza del líder en sus habilidades de liderazgo y su asertividad al expresar con exactitud lo que piensa.La asertividad ayuda a los líderes a realizar una infinidad de tareas y a lograr metas. Entre ellas cabe mencionar confrontar a los miembros del grupo en relación con los errores que cometen, exigir un mejor desempeño y fijar altas expectativas. Un líder asertivo también presenta exigencias legítimas a la alta dirección, tales como solicitar equipo que el grupo necesita para realizar su trabajo.
Ser asertivo es muy diferente de ser agresivo o pasivo (o no-asertivo). Las personas agresivas presentan sus exigencias de manera insistente, desagradable y poco considerada. Las personas pasivas suprimen sus propias ideas, actitudes, sentimientos y pensamientos como si temieran que los demás fueran a oponerse a ellos. Las personas no-asertivas suelen ser en exceso acomodaticias.
Es importante ser franco y directo al decir lo que se desea, en vez de andarse con rodeos y mostrarse evasivo. Si quiere que alguien lo ayude, no pregunte, “¿estás ocupado?”. En lugar de ello, pregunte, “¿puedes ayudarme con un problema que tengo?”.
Desarrollar una mayor asertividad se parece mucho a tratar de ser menos tímido. Uno debe obligarse a aprovechar las oportunidades que se presenten para expresar sus sentimientos y necesidades.
Para la mayor parte de las personas es más fácil expresar exigencias o deseos que expresar sentimientos. Las personas que empiezan a expresar sus deseos a menudo se sorprenden de los resultados. Por ejemplo, si usted está considerando comprar un artículo que está fuera de su presupuesto, trate de decir: “Este producto me gusta mucho, pero todo lo que puedo gastar son 75 dólares menos del precio que usted pide, ¿podemos hacer negocio?”.
Mostrarse cálido y expresivo: Una de las características más importantes del líder con competencias sociales es la capacidad de expresar los sentimientos con franqueza.
Al tratar con los miembros del equipo, diga lo que siente en ese momento, como por ejemplo: “Me siento muy contento porque sé que para mediados de octubre habremos alcanzado nuestros objetivos de fin de año”.
Otra manera de mostrar habilidad social es el uso de expresiones emocionales no verbales, como los gestos cálidos y el contacto físico ocasional con los miembros del equipo. Sonreír con frecuencia es otra forma de ser expresivo en cuanto a las emociones.
Compartir con facilidad historias de la vida real: Una excelente manera de crear una relación es contar historias que transmiten un mensaje o que permitan profundizar en la vida personal. Esto lleva, como hemos visto en clases anteriores, a que los demás se animen también a mostrar parte de su vida, todo lo cual fortalece la relación.
Por otra parte, contar historias edificantes se ha convertido en una técnica muy difundida para establecer una relación con los empleados. La narración de historias le confiere al narrador un toque de calidez y ayuda a crear lazos comunes entre las personas que conocen la misma historia.
Confianza en sí mismo: En casi todas las situaciones de liderazgo es importante que el líder tenga confianza en sí mismo de una manera realista. La confianza en sí mismo fue una de las primeras características del liderazgo que identificaron los investigadores.
Una amplia variedad de estudios ha demostrado que una mayor confianza en sí mismo puede mejorar el desempeño, incluido el hecho de ayudar al grupo a lograr sus metas. Además de tener confianza en sí mismo, el líder debe proyectar dicha confianza al grupo.
La confianza en sí mismo no es solo una característica de la personalidad, sino que también se refiere al comportamiento que muestra una persona en diferentes circunstancias. Es algo parecido a mantenerse tranquilo bajo presión. Podemos concluir que una persona es un líder que tiene confianza en sí mismo cuando es capaz de mantener la compostura durante una crisis.
El desarrollo de la confianza en uno mismo es un proceso permanente; la persona se debe comportar de manera adecuada en una gran variedad de situaciones.
Para inspirar confianza, es necesario que sus actos estén siempre en congruencia con sus promesas. Como ya mencionamos, la confiabilidad es una de las características fundamentales del liderazgo. Haga que sus seguidores crean en su capacidad.
Estabilidad emocional: Cualquiera que ha trabajado para un supervisor inestable confirmará la importancia de la estabilidad emocional como una de las características del liderazgo. Es importante que un líder posea estabilidad emocional porque los miembros del grupo esperan y necesitan constancia en la manera en que son tratados.
La estabilidad emocional es difícil de desarrollar, pero las personas pueden aprender a controlar muchos de sus exabruptos emocionales. Las personas incapaces de controlar sus emociones, pero que desean llegar a ser líderes, deben buscar la ayuda de un profesional.
Usar el sentido del humor: No está bien definido si el sentido del humor es una característica o un comportamiento, pero como quiera que se le clasifique, su empleo eficaz se considera una parte importante de la función de líder.
En el lugar de trabajo, el humor desempeña funciones tales como aliviar la tensión y reducir el aburrimiento y la hostilidad, dado que ayuda al líder a disolver tensiones y a evitar que estallen conflictos.
Un estudio realizado en una importante institución financiera señaló que las unidades de los líderes que recurren al humor con frecuencia tienen un mejor desempeño. Entre las formas de humor más utilizadas por los gerentes cabe mencionar “valerse del humor para suavizar las cosas en períodos de tensión” y “hacer que nos riamos de nosotros mismos cuando nos mostramos demasiado serios”.
El reírse de sí mismo es el preferido de los comediantes y de los líderes de organizaciones. Cuando las bromas se dirigen a uno mismo, nadie puede sentirse insultado, pero uno logra su objetivo.
¡Hasta el domingo!
La ayudante de este curso es Claudia Papic, executive MBA UC y magíster en Ciencias Biológicas U. de Chile.
La asertividad ayuda a los líderes a realizar una infinidad de tareas y a lograr metas. Entre ellas cabe mencionar: confrontar a los miembros del grupo en relación con los errores que cometen, exigir un mejor desempeño y fijar altas expectativas.
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