El neurobiólogo propuso ‘cambios rotundos en la política educativa’. Y señaló fallas en la escuela.
El reconocido neurocientífico Facundo Manes, rector de la Universidad Favaloro y presidente de la Fundación INECO para la investigación en Neurociencias, manifestó en un diálogo exclusivo con El Ancasti la necesidad de promover una “revolución educativa” junto con la “reinvención de los docentes”, como también el rescate de los valores republicanos.
“Vivimos en el mundo del conocimiento, donde el valor agregado, las ideas nuevas, la creatividad y la innovación valen más que los recursos naturales y que las industrias”, dijo el destacado investigador minutos antes de dar una charla en el Cine Teatro Catamarca, invitado por la Municipalidad de la Capital.
Señaló que en Argentina existe un problema crónico, cuya raigambre se extiende por décadas en la historia; en la que un sector de jóvenes argentinos tiene necesidades básicas insatisfechas.
“La mitad de los chicos de 0 a 4 años tienen ese problema; el 30% de la población es pobre y como no hay estadísticas oficiales, nos valemos del Observatorio de la Universidad Católica Argentina”, agregó.
Destacó que la inversión del estado debe apuntar a políticas agresivas que redunden en la calidad de la formación del docente que muchas veces trabaja en varios lugares y no tiene una preparación adecuada, a pesar de la inversión que hubo en los últimos años, cercana al 7% del PBI. Sin embargo, apuntó a que un porcentaje importante de ese 30% sufrirá déficit de alimentación o subnutrición, déficit cognitivos o falta de estímulos cognitivos o emocionales.
Señaló que la otra parte de chicos que tienen una buena nutrición padecen la baja calidad educativa para afrontar el desafío del mundo del conocimiento. Destacó que “si no hacemos una revolución del conocimiento vamos a quedar atrás de Chile, Colombia, Perú, Brasil y demás países. El mundo se somete a los rankings internacionales a la hora de evaluar diferentes facetas de su educación (por ejemplo las pruebas PISA), y manifestó que “los chicos argentinos, en un gran porcentaje, no tienen las habilidades para funcionar bien en el mundo del conocimiento”.
“En Argentina en vez de asumir esto como algo grave y tratarlo, lo negamos. Seguimos discutiendo si las pruebas PISA son perfectas cuando ningún método para evaluar es perfecto; se trata de las pruebas más usadas internacionalmente y nosotros las desestimamos, no asumimos lo que nos está pasando. Estamos obsesionados con el pasado pero nos olvidamos de mirar y planificar hacia el futuro”, finalizó.
“Vivimos en el mundo del conocimiento, donde el valor agregado, las ideas nuevas, la creatividad y la innovación valen más que los recursos naturales y que las industrias”, dijo el destacado investigador minutos antes de dar una charla en el Cine Teatro Catamarca, invitado por la Municipalidad de la Capital.
Señaló que en Argentina existe un problema crónico, cuya raigambre se extiende por décadas en la historia; en la que un sector de jóvenes argentinos tiene necesidades básicas insatisfechas.
“La mitad de los chicos de 0 a 4 años tienen ese problema; el 30% de la población es pobre y como no hay estadísticas oficiales, nos valemos del Observatorio de la Universidad Católica Argentina”, agregó.
Destacó que la inversión del estado debe apuntar a políticas agresivas que redunden en la calidad de la formación del docente que muchas veces trabaja en varios lugares y no tiene una preparación adecuada, a pesar de la inversión que hubo en los últimos años, cercana al 7% del PBI. Sin embargo, apuntó a que un porcentaje importante de ese 30% sufrirá déficit de alimentación o subnutrición, déficit cognitivos o falta de estímulos cognitivos o emocionales.
Señaló que la otra parte de chicos que tienen una buena nutrición padecen la baja calidad educativa para afrontar el desafío del mundo del conocimiento. Destacó que “si no hacemos una revolución del conocimiento vamos a quedar atrás de Chile, Colombia, Perú, Brasil y demás países. El mundo se somete a los rankings internacionales a la hora de evaluar diferentes facetas de su educación (por ejemplo las pruebas PISA), y manifestó que “los chicos argentinos, en un gran porcentaje, no tienen las habilidades para funcionar bien en el mundo del conocimiento”.
“En Argentina en vez de asumir esto como algo grave y tratarlo, lo negamos. Seguimos discutiendo si las pruebas PISA son perfectas cuando ningún método para evaluar es perfecto; se trata de las pruebas más usadas internacionalmente y nosotros las desestimamos, no asumimos lo que nos está pasando. Estamos obsesionados con el pasado pero nos olvidamos de mirar y planificar hacia el futuro”, finalizó.
Prioridad
“La política educativa y del conocimiento debe ser una prioridad, así como pusimos en los ’80 la democracia como meta, hoy debemos poner a la educación como política de gobierno, no de un ministerio. La prioridad debe ser el conocimiento y la educación. Hay una crisis mundial en la relación de los chicos con los docentes. Es que con internet (los chicos) tienen muchas veces más información que el propio docente. Y el maestro debe reinventarse para volver a tener la autoridad intelectual y presencial” que antes tenía, expresó Manes.
“La política educativa y del conocimiento debe ser una prioridad, así como pusimos en los ’80 la democracia como meta, hoy debemos poner a la educación como política de gobierno, no de un ministerio. La prioridad debe ser el conocimiento y la educación. Hay una crisis mundial en la relación de los chicos con los docentes. Es que con internet (los chicos) tienen muchas veces más información que el propio docente. Y el maestro debe reinventarse para volver a tener la autoridad intelectual y presencial” que antes tenía, expresó Manes.
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