“El libro de Isaacson le hizo un tremendo daño a Steve: sólo era un refrito de un montón de cosas que ya se habían escrito, y se centró en una pequeña parte de su personalidad”
(Tim Cook, CEO de Apple, sobre ‘Steve Jobs: la biografía’)“Espero que ésta sea reconocida como la historia definitiva”
(Edwin Catmull en -y sobre- ‘Becoming Steve Jobs’)
‘Steve Jobs’, la biografía autorizada de Steve Jobs escrita por Walter Isaacson y publicada en 2011, poco más de un mes después de la muerte de aquél, se convirtió en un fenómeno editorial, superando en pocos meses los 2 millones de copias y siendo elegida como base para una de las adaptaciones cinematográficas sobre la vida del fundador de Apple.
Pero la obra no tuvo tanto éxito en el círculo más cercano al protagonista de la misma: los amigos de Jobs compartían la percepción de que Isaacson se centraba excesivamente en la faceta más antipática del fundador de Apple, la de un genio dotado de una personalidad tóxica de tal calibre que no podía ser eclipsada ni siquiera por su obvio talento y muchos logros (que también quedaban profusamente recogidos en la biografía de Isaacson, todo sea dicho). Jobs fue, sin duda, una persona controladora en lo profesional a causa de su obsesión por la perfección de sus productos… pero lo cierto es que si Isaacson pudo pintarle así fue por la total libertad que le proporcionó Jobs en las 40 entrevistas que mantuvieron cuando éste ya estaba luchando contra el cáncer.
Fue precisamente esa sensación de que quedaba otra importante faceta de Steve Jobs por mostrar al mundo lo que hizo que Brent Schlender -un periodista amigo de Jobs desde hacía varios años- y el editor de Fast Company, Rick Tetzeli, se pusieran manos a la obra para escribir un libro sobre la misma. Y, pese a sus iniciales reticencias, también fue lo que convenció, más de un año después, a Apple y al círculo más cercano de amistades de Jobs de colaborar con Schlender en la construcción de ese nuevo relato. Nacía así ‘Becoming Steve Jobs’.
La proclamada intención de los autores fue siempre intentar mostrar el lado más humano del fundador de Apple, y para ello fue fundamental su acceso a una serie de personas que convivieron con él o trabajaron a su lado, unido a lo que los propios Schlender y Tetzeli ya sabían de él como periodistas. Así, el libro recoge el testimonio de la viuda de Jobs, Laurene Powell Jobs, pero también de Tim Cook (su sucesor como CEO de Apple), John Lasseter (director de Toy Story, que trabajó estrechamente con Jobs en su época juntos en Pixar), Katie Cotton (Directora de comunicación de Apple), Edwin Catmull (el actual presidente de Pixar), Robert Iger (Presidente de Disney ), Eddy Cue (Vicepresidente de Apple para software y servicios on-line) o Jony Ive (Vicepresidente ejecutivo de diseño de Apple). Todos ellos parecen coincidir en su descripción: la de un joven impetuoso y algo intratable que fue ganando paciencia y empatía con los años, ayudado por hechos vitales relevantes como su exilio de Apple o su boda con Laurene.
El periodista Steven Levy señala en Backchannel que Schendler (que cubría la información sobre Apple como reportero del Wall Street Journal y de Fortune) fue, junto a John Marjoff del New York Times y él mismo, miembro del reducidísimo grupo de reporteros que contó con la confianza de Jobs. Y añade: “los tres tuvimos la oportunidad de ver a Jobs evolucionar del rebelde temerario veinteañero a líder de una de las compañías más importantes del mundo en su cincuentena (…) sólo en ‘Becoming Steve Jobs’ puedo reconocer la complejidad y la calidez que vi de primera mano en Jobs, sobre todo en sus últimos años de vida”.
Parece labrarse, de este modo, un nuevo consenso sobre una de las figuras más gigantescas de la historia reciente de la tecnología.
Imagen de Brent Schlender junto a Bill Gates y Steve Jobs, disponible en la web promocional del libro.
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