“Todos queremos ser felices. Eso es obvio. Pero, ¿cuánto pagarían las personas por un momento de felicidad?”, se pregunta Eric Barker en Time. Un equipo de investigadores elaboró una clasificación de precios en función de lo que las personas estaban dispuestas a gastarse en sentimientos y sensaciones humanos más deseados: y ser feliz cuesta 80 dólares (poco más de 74 euros).
Para todo lo demás... –que diría la marca–, suponemos que otras cantidades monetarias. Pero es posible ser feliz sin tener que desembolsar unos euros y sin cambiar drásticamente nuestro modo de vida. Al menos así lo plantea Barker quien explica que “la clave de la felicidad realmente se reduce a una sola palabra”.
Todos tenemos pesares y preocupaciones que tienden a amargarnos la vida. Pero todas estas cosas malas nos hacen infelices únicamente cuando pensamos en ellas. Precisamente ahí está la clave: en la atención. Como dijoBuda, “somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo”. Si somos capaces de ignorar lo que nos entristece podemos ser felices… ¿Y esto como se consigue?
“Lo cierto es que, en líneas generales, la gente que se siente muy feliz no experimenta acontecimientos diferentes a los de las personas infelices”, comenta Barker, así que todo depende de cómo nos enfrentemos, asumamos o disfrutemos de las cosas que nos rodean exprimiendo las buenas.
En una investigación, Ed Diener y Martin Seligman encuestaron a más de 200 estudiantes para comparar sus niveles de felicidad en base a las cosas que hacían. Descubrieron que aquellos que se declararon “extremadamente felices”, alrededor del 10% del total, no habían experimentado un mayor número de eventos en sus vida objetivamente positivos, como hacer bien los exámenes o tener relaciones sexuales, que los que se declararon infelices.
“Así, en realidad no es lo que sucede. Es aquello a lo que se presta atención y la perspectiva desde la que se toman las cosas”, añade Barker. ‘Mira el lado bueno’ parece un cliché, pero también es una explicación científicamente válida.
Céntrate en las cosas buenas y sé feliz
La famosa frase de Louis Van Gaal cuando era entrenador del Fútbol Club Barcelona parece resumir la idea a la perfección: “Siempre negativo, nunca positivo”. Varias investigaciones han demostrado que la felicidad está determinada por cómo y a qué cosas asignamos nuestra atención: si somos pesimistas, así veremos el mundo.
Paul Dolan, profesor de la London School of Economics, explica en Happiness by Design que “si no eres tan feliz como podrías ser, entonces debes estar prestando atención a cosas o situaciones erróneas... Cambiar tu comportamiento y encontrar la felicidad dependerá de que seas capaz de retirar la atención de lo negativo y te centres en lo positivo”.
Varios estudios han demostrado que ralentizar el tiempo para apreciar las cosas buenas aumenta la felicidad y reduce la depresión
Tiene sentido, ¿verdad? Pero, ¿cómo se pone en práctica? Barker recoge algunos trucos para cambiar nuestro foco de atención y centrarlo en encontrar la felicidad. Uno de los más simples se basa en saborear los buenos momentos, tal cual.
Tan sencillo como que la próxima vez que te suceda algo bueno, tienes que dejar de hacer lo que estés haciendo y apreciar ese momento y retenerlo en la memoria. “Si en lugar de concentrarte en lo malo y sentirte mal enfocas tus pensamientos hacia aquellas cosas buenas que te han ocurrido y te hacen sentir bien, ¿adivinan qué sucede?”, ironiza el autor, “exacto, el componente clave para saborear la felicidad es centrar la atención: Al dedicar tiempo y esfuerzo a apreciar lo positivo, las personas son capaces de experimentar más bienestar”.
Qué bello es vivir
Suena a cuento de hadas, pero lo cierto es que a nuestro alrededor hay gran cantidad de cosas bonitas a las que tenemos acceso a diario, pero pasamos. En100 Simple Secrets of the Best Half of Life el doctor David Niven plantea que hábitos simples como detenernos a oler unas rosas mejoran nuestro ánimo: “Las personas que se toman tiempo para apreciar la belleza que les rodea realmente son más felices”.
Según otra investigación, aquellos que dedicaban regularmente espacios a disfrutar de algo hermoso eran un 12% más propensos a decir que se sentían satisfechos con sus vidas. Y no se trata de una especulación. “Varios estudios han demostrado que ralentizar el tiempo para apreciar las cosas buenas aumenta la felicidad y reduce la depresión”, añade Barker.
Centrándonos en hacer una sola cosa y prestándola la atención que requiere, podremos disfrutarla de verdad, sentirnos menos ocupados y ser más felices.
Lo estás haciendo mal: a qué tienes que prestar atención
El problema no es que no seas capaz de concentrarte –que, como veremos más adelante, también puede influir–, sino que quizás estés prestando atención a las cosas equivocadas.
¿Por qué los abogados tienen 3,6 veces más probabilidades de sufrir depresión y suelen divorciarse en porcentajes más elevados que otros profesionales? Sus mentes están entrenadas para buscar errores y problemas y les cuesta más encontrar lo positivo.
La famosa frase de Louis Van Gaal resume la idea a la perfección: “Siempre negativo, nunca positivo”
“Una de las razones por las personas de edad son más felices es porque recuerdan lo bueno y olvida lo malo. Deja de buscar problemas y disfruta de lo que tienes”, aconseja Barker asemejándose a un eslogan publicitario. Para conseguirlo hay que enseñar al cerebro a encontrar las cosas buenas de la vida. Algo tan sencillo como enumerar a diario tres cosas por las que estemos agradecidos puede marcar una diferencia reseñable en nuestras actitudes ante la vida.
Mente dispersa: cómo concentrarte en la felicidad
De media, dejamos de prestar atención a lo que estamos haciendo durante unos 8 minutos cada hora. “Algunos de nosotros pasamos entre un 30% y un 40% de nuestro tiempo soñando despiertos” explica Barker.
Puede que ya hayas incluso olvidado lo que has leído tres párrafos atrás. No hay problema. Se debe a que tu mente se dispersa cada poco, pero puedes entrenarla para conseguir prestar atención y, entre otras cosas, estar más cerca de la felicidad.
Según Daniel Gilbert, autor de Stumbling on Happiness, alrededor del 46,9% de las personas dedican sus horas de vigilia a pensar en cosas diferentes a las que están haciendo, “y las mentes errantes hacen que la gente normalmente sea infeliz”, añade Gilbert.
Si no eres tan feliz como podrías ser, debes estar prestando atención a cosas o situaciones erróneas
¿Por qué no prestamos atención a lo que está pasando en este momento? Es probable que dediquemos gran parte de tiempo a preocuparnos por el futuro, lamentándonos del pasado o reviviendo una discusión que terminó hace mucho tiempo. Sí, a muchos nos gusta el drama. El problema, como explica Gilbert, es que “ninguna de esas cosas negativas están realmente ocurriendo ahora mismo y si somos capaces de centrarnos en lo que sí estamos viviendo, podemos ser más felices”. Ideas y fantasías que nos amargan la vida antes de haber siquiera ocurrido: “Eso en lo que piensas, ¿está ocurriendo aquí y ahora mismo delante de ti?, ¿o estás proyectando ideas del futuro o el pasado? Presta atención a la presente y probablemente te sentirá mucho mejor”, resume Barker.
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