jueves, 26 de mayo de 2016

Los miedos son construcciones de nuestra mente, que nos encierran en el mundo de los deberías.

Cuando sucumbimos al miedo no somos auténticos. Nos justificamos, hablamos del por qué yo hago esto o aquello, es por culpa de mi infancia, mi jefe, mi pareja… pero seguiremos sin actuar a favor de nosotros mismos. En cambio, el instinto pasa de nuestros rollos mentales. Nos lanza una información muy clara: Este proyecto lo percibo como una buena idea o no. Monto mi propia empresa, me lanzo a tener un hijo o quiero ir a dar la vuelta al mundo o no. Así es el instinto: Simple como un punto pero terriblemente poderoso.
Rebobino a la pregunta inicial: ¿qué te pide el cuerpo? o ¿qué te apetecería hacer ahora realmente en tu vida? No importa que sea una idea excelente o una “genialidad” para tirar a la basura. 

Pilar Jericó
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario