jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Por qué la meditación nos ayuda a interpretar el lenguaje corporal y los estados emocionales?

http://enbuscadeantares.com/2011/08/12/%C2%BFpor-que-la-meditacion-nos-ayuda-a-interpretar-lenguaje-corporal-y-los-estados-emocionales/  

 Los seres humanos siempre estamos expresando nuestro estado emocional, si no es con palabras, lo hacemos (la mayoría de las veces) mediante la comunicación no verbal; expresiones faciales (macro y micro), gestos, movimientos, posturas, tono y volumen de la voz.
Sin embargo, no todos tienen la misma facilidad para percibir e interpretar el estado emocional de las personas que tienen enfrente. Seguramente te has dado cuenta de lo anterior, días en los que estás triste e inmediatamente algún conocido te pregunta ¿Estás bien?, ¿Qué te pasa?, ¿Te puedo ayudar en algo? Por otro lado, otras personas (y quizá más cercanas: familiares o amigos) no tienen la menor idea del pesar por el que estás pasando. Claro que si estuvieras llorando todos se darían cuenta de tu sentir, pero a veces basta con disimular un poco para que la emoción pase inadvertida ante la mayoría ¿Por qué?, porque la gran mayoría no estamos prestando atención, escuchamos y vemos a la persona, pero nuestra mente no solo está en esa conversación, sino en muchos otros lugares.
Hace algunos años y con motivo de una reunión de varios científico y filósofos con el Dalai Lama, Paul Ekman sometió a dos monjes tibetanos a diferentes pruebas: “Los resultados de los experimentos dirigidos por Ekman fueron los siguientes: La capacidad de reconocimiento de las señales ultrarrápidas de la emoción evidenciadas por Oser y otro meditador avanzado occidental…se hallaba dos desviaciones estándar por encima de la media…su puntuación es muy superior a la de los policías, los abogados, los psiquiatras, los aduaneros, los jueces y hasta los agentes del servicios secreto” (Goleman, D 41).
Apenas tres semanas atrás y después un largo periodo de tiempo diciendo que lo iba hacer, empecé a practicar la meditación. Cuando te acercas a esta disciplina, los resultados difundidos por Ekman cobran mucho sentido:
“La primera práctica en el camino budista de la meditación se llama Shamata. Significa “morar en calma” o “meditar en  la tranquilidad”.  Para los budistas meditar consiste en el acto de concentración en un objeto en particular o en una idea.  El dominio de la práctica de Shamata es esencial para formas de meditación más elaboradas como Vipassana…Shamata son un conjunto de prácticas de meditación diseñadas para enfocar y desarrollar voluntariamente la atención. Su culminación es una atención  que puede ser sostenida sin esfuerzo y que puede mantenerse por mucho tiempo”. (http://www.namaste.com.mx/meditacion_shamata.htm).
Evidentemente, los expertos meditadores de las investigaciones de Ekman no obtuvieron tan sorprendentes resultados solo por el Shamata, sino por muchas otras prácticas meditativas y muchos años de trabajo. El objetivo de este post es simplemente compartirles una reflexión que vino a mí (un principiante en esta disciplina) ayer después de asistir a  meditar.
El lenguaje corporal es una ventana abierta a las emociones de cualquier persona y aprender a leer las emociones nos puede ayudar significativamente en el desarrollo de la empatía (una cualidad que no abunda y es urgente en nuestros días). Sin embargo, cuando estamos de frente, platicando, interactuando con otro individuo, no escuchamos y no observamos (no prestamos atención a esa ventana): nuestra mente va de prisa, está pensando en el trabajo, en la junta con el director, en los pendientes, en los planes a futuro, en los errores del pasado o hasta en la película que pasaran esta noche, atendemos todo menos a la persona que quizá necesita de nuestros apoyo, consuelo o consejo.
Shamata es una práctica que nos puede ayudar a ser más atentos (sin esfuerzo) y por lo tanto, más sensibles a la emociones ajenas.
Finalmente, es importante recordar que una correcta interpretación de las emociones, nos  ofrece la oportunidad de mejorar la calidad de nuestra comunicación en el trabajo, en la casa, en la escuela, con los amigos y hasta con desconocidos.
José Manuel Guevara S.
Twitter: jmguevaras
Fuentes:
Goleman Daniel: Emociones destructivas. Un dialogo científico con el Dalai Lama. Ed. Vergara. Mayo 2003















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