lunes, 9 de enero de 2012

Los nuevos mundos del futuro...

"Los nuevos mundos del futuro no serán aquellos que buscaban los exploradores de los mares y de los nuevos continentes del pasado. Serán aquellos nuevos mundos que podremos inventar con la capacidad que nos proporciona el lenguaje, tejiendo nuevos sentidos y desplegando nuestra capacidad de acción". Rafael Echeverría 

Mas este desdoblamiento, pasa por la valoración y la "demostración de una cualidad o aptitud", y hay una cualidad, el manejo de la palabra. Po­demos manejar la palabra como una competencia que nos permita la "formación en abierto de un con­junto organizado de personas", capaces de co-inspirarnos en torno a un Proyecto Co­mún que es el Desa­rrollo Humano Integral.

Utilizando una metodología co­mo la "Indagación Aprecia­ti­va", podemos recurrir a nuestra habilidad en el uso de la palabra, para iniciar un proceso de transformación que parta desde un núcleo positivo que permita mirar nuestro origen e historia para descubrir: ¿Quiénes somos? ¿Qué nos da vida? ¿Cuáles son las fortalezas pasadas y presentes? ¿De dónde venimos? Para crear un sueño que nos permita responder: ¿Hacia dónde va­mos? ¿Qué queremos conservar? ¿Qué queremos crear? Y poner manos a la obra en el diseño de ese ideal que nos conduce hacia un destino común, en el cual podemos aprender, innovar y hacer realidad el mundo Posible, que está pujando por desplegarse.

No basta un Proyecto Común. Hace falta un trabajo interior, que amerita poner en acción el gran espíritu emprendedor que también nos caracteriza. Tenemos que comprender, de una vez por todas, que la transformación anhelada comienza en mí, en cada uno de nosotros, en la decisión fir­me de participar activamente. Es­te proceso implica un cambio de lenguaje, para que sea más apreciativo, respetuoso y colaborativo. El encuentro de un sentido de vida compartido, de humanidad en el dominio de la ética y que Rafael Eche­verría describe como la "dificultad para con­­­ferirle y sostener el sentido de nuestra vida". Y, finalmente, ha­cer más efectiva nuestra capacidad de acción, apropiándonos de nuevos paradigmas de gestión que es­tén fundamentados en la reflexión de la última y más profunda finalidad histórica, a la que todos y todas estamos llamados en el mo­mento presente.

Danah Zojar, consultora ex­perta en nuevos paradigmas de gestión empresarial, nos recuerda que "an­tes de emprender hay que imaginar". En este sentido, imagino una comunidad organizada, quienes por encima de ideologías, religiones, roles sociales, se alinean como actores claves en torno a un Proyecto Co-Inspi­rativo Co­mún, y sobre todo alrededor de su propio compromiso de transformación per­sonal, familiar, comunitaria, pa­ra avanzar hacia la innovación en nuestras instituciones y empresas. Comparto plenamente las palabras del Pbro. Teil­hard de Chardin: "No hay fuer­­­za en el universo que sea capaz de resistir la acción coherente y coordinada de un grupo de personas cuyas mentes funcionan convergentemente hacia un objetivo determinado".

Lo posible es aquello "que puede suceder o existir, que se puede realizar", con  fe, capaces de co-crear contextos de bienestar con equidad, a partir del Patrimonio Relacional que hay en cada comunidad, pues en cada lugar hay algo que funciona bien. Es tiempo de que despertemos y pongamos en movimiento nuestras Redes So­cia­les, descubriendo y valorando las virtudes y talentos de cada persona, ubicando su talento en una red socio-productiva que genere trabajo decente y bienestar.

Es tiempo de que miremos respetuosamente la Matriz Biológica que nos da vi­da, alimento, agua y nos hagamos cargo de su sostenibilidad. Es tiem­po de que nos conozcamos, que sepamos qué vamos siendo y qué estamos haciendo, para que respetándonos nos podamos apoyar. Es tiempo de que nos hagamos cargo de la educación de las nuevas generaciones.

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