sábado, 19 de mayo de 2012

Sobre la autoestima

Podemos entender por autoestima como el cariño y aprecio que se tiene por uno mismo. Este concepto cobra relevancia, ya que desde el cómo nos percibimos y sentimos va a depender de cómo nos desenvolvemos en el mundo.
La autoestima se basa en dos ámbitos. El primero es la sensación de autoeficacia, es decir, cómo evaluamos nuestras competencias. Esto significa, creer que se es capaz de hacer o emprender alguna cosa, y si eso que se hace, va a resultar bien. Esta sensación es la que nos brinda confianza para iniciar nuevos proyectos y perseverar en lo que hacemos, la confianza es una energía que moviliza y da soporte a las acciones. El otro pilar en que se basa la autoestima es en el saber que somos valiosos, y merecedores de amor y respeto.
Las personas con buena autoestima saben lo que son y lo que no son, y se aceptan a sí mismas. Por otra parte, las personas con baja autoestima no logran tener estas certezas de sí mismas, por lo que dependerán de las opiniones de los demás. El problema de la baja autoestima, es que la persona constantemente se está colocando a prueba sobre lo que puede hacer, sin importar los logros ya obtenidos, siempre se espera más, pero la autoestima no aumenta.
La autoestima, no aparece de forma espontánea, sino que se va construyendo a través de distintas etapas de la vida, cuyo inicio es la niñez. El desarrollo de la autoestima comienza desde la valoración de los padres, para luego pasar por la experiencia de la eficacia y valoración social. Por eso, es que en la infancia es importante lo que los demás le transmiten a los niños sobre sí mismos. Con posterioridad, con el paso de los años y los procesos de maduración, la autoestima se alimenta a partir de la propia autoevaluación. La tercera y última etapa que alcanza este continuo, es la incondicionalidad, donde la evaluación ya no depende de uno ni de los demás, sino de una aceptación total de ser quien se es, sin importar los logros.
El amor incondicional hacia uno mismo, permite tener la libertad para tomar las decisiones y acciones necesarias para construir los propios sueños, asumiendo los riesgos necesarios para darse a conocer y ofrecer aquello valioso que se tiene. Y así, finalmente, dejar de lado todas las acciones orientadas a validarse frente a los otros.
La autoestima está directamente relacionada con la felicidad. Para mejorar la autoestima hay que permitirse tener errores para reflexionar sobre ellos y aprender a crecer. Si por el contrario, las equivocaciones se transforman en derrota y se atribuyen a otras personas o circunstancias, se vive como víctima y no se construye autoestima, sino más bien desesperanza y dependencia por la aceptación de otros.
diarioaysen.cl

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