Podemos entender por autoestima como el cariño y aprecio que se tiene por uno
mismo. Este concepto cobra relevancia, ya que desde el cómo nos percibimos y
sentimos va a depender de cómo nos desenvolvemos en el mundo.
La autoestima se basa en dos ámbitos. El primero es la sensación de
autoeficacia, es decir, cómo evaluamos nuestras competencias. Esto significa,
creer que se es capaz de hacer o emprender alguna cosa, y si eso que se hace, va
a resultar bien. Esta sensación es la que nos brinda confianza para iniciar
nuevos proyectos y perseverar en lo que hacemos, la confianza es una energía que
moviliza y da soporte a las acciones. El otro pilar en que se basa la autoestima
es en el saber que somos valiosos, y merecedores de amor y respeto.
Las personas con buena autoestima saben lo que son y lo que no son, y se
aceptan a sí mismas. Por otra parte, las personas con baja autoestima no logran
tener estas certezas de sí mismas, por lo que dependerán de las opiniones de los
demás. El problema de la baja autoestima, es que la persona constantemente se
está colocando a prueba sobre lo que puede hacer, sin importar los logros ya
obtenidos, siempre se espera más, pero la autoestima no aumenta.
La autoestima, no aparece de forma espontánea, sino que se va construyendo a
través de distintas etapas de la vida, cuyo inicio es la niñez. El desarrollo de
la autoestima comienza desde la valoración de los padres, para luego pasar por
la experiencia de la eficacia y valoración social. Por eso, es que en la
infancia es importante lo que los demás le transmiten a los niños sobre sí
mismos. Con posterioridad, con el paso de los años y los procesos de maduración,
la autoestima se alimenta a partir de la propia autoevaluación. La tercera y
última etapa que alcanza este continuo, es la incondicionalidad, donde la
evaluación ya no depende de uno ni de los demás, sino de una aceptación total de
ser quien se es, sin importar los logros.
El amor incondicional hacia uno mismo, permite tener la libertad para tomar
las decisiones y acciones necesarias para construir los propios sueños,
asumiendo los riesgos necesarios para darse a conocer y ofrecer aquello valioso
que se tiene. Y así, finalmente, dejar de lado todas las acciones orientadas a
validarse frente a los otros.
La autoestima está directamente relacionada con la felicidad. Para mejorar la
autoestima hay que permitirse tener errores para reflexionar sobre ellos y
aprender a crecer. Si por el contrario, las equivocaciones se transforman en
derrota y se atribuyen a otras personas o circunstancias, se vive como víctima y
no se construye autoestima, sino más bien desesperanza y dependencia por la
aceptación de otros.
diarioaysen.cl
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario