Los avances tecnológicos de la telepatía electrónica asientan el terreno para las más abyectas y fabulosas distopias de control mental.
La telepatía no sólo presenta la posibilidad de una conexión más profunda entre dos seres, también abre la puerta a una forma de control más eficiente. Sabemos que entre la vanguardia de esta década en la ciencia, la tecnología controlada con la mente y los mapas neuronales detentan un lugar preponderante, y apenas estamos viendo los primeros pasos.
Investigadores del Harvard Medical School han creado un sistema que conecta a un ser humano con una rata vía una computadora, sin la necesidad de un implante cerebral. Los humanos utilizaron un casco de electrodos que monintoreó su actividad cerebral, mientras que una rata anestesiada estaba conectada al aparato haciendo que las neuronas de la rata dispararan cuando se
emitía un pulso ultrasónico a su córtex motriz. Es decir, los humanos hacían mover las colas
de las ratas con la mente.
Para lograr vincular las mentes, los científcos sincronizaron las ondas electroencefalográficas
de los voluntarios con la frecuencia de un estrobo. Cuando los voluntarios modificaron su atención
a intentar mover la cola de la rata, el cambio perturbó su onda EEG, detonando una
que la computadora tradujo como un pulso ultrasónico que estimuló el córtex de las ratas.
Con este sistema todos lo voluntarios rápidamente lograron mover a la rata.
Un sistema así podría ser usado entre dos humanos sincronizados. Una persona
paralizada podría reaprender a usar sus extremidades si un terapeuta primero las mueve con
su mente.
El investigador Ricardo Chavarriaga del Instituto Federal de Tecnología en Suiza es cauteloso y
señala que para que este sistema verdaderamente sea interesante es necesario ligar el cerebro
consciente y crear una intención correspondiente entre el cerebro de un humano y la acción de
una rata. Por ejemplo, una persona podría imaginarse mover su mano y la rata movería su pata.
Esto, sin embargo, tal vez no esté tan lejos, una vez que se haga un mapa neuronal más
completo –algo que sería equivalente al genoma humano– y se puedan focalizar los más
detallados comandos mentales.
Estas señales eventualmente podrán ser transmitidas inalámbricamente a través de
ultrasonidos o de mecanismos opotogenéticos que permitan estimular neuronas individuales
a través de frecuencias de luz. Podríamos tener mascotas que hicieran lo que quisieramos
con sólo imaginarlo. Un ejército de ratas, de abejas o de cualquier otro organismo.
Actualmente ya se desarrollan drones controlados con la mente. Este tipo de tecnología tiende
a avanzar propulsada por la industria militar. Pero quizás en un espacio distópico alterno
existirán ratas sirvientes psíquicas –o nuestras mascotas favoritas actualizadas para entabler
una límpida conexión mental a distancia. Y, albergando visiones apocalípticas, por qué no seres
humanos, una raza entera, secretamente controlada por nuestros mensajes encriptados. Algo
así sugirió William Burroughs:
El aparato de biocontrol es prototípico del control telepático unidireccional. El sujeto podría
hacerse susceptible al transmisor a través de drogas u otros procesamientos sin necesidad
de instalar un aparato. Al final los Emisores utilizarán exclusivamente la transmisión telepática.
¿Alguna vez vieron lo códices mayas? Yo los veo así: los sacerdotes —como el uno por
ciento de la población— hacían transmisiones telepáticas para instruir a los trabajadores qué
sentir y cuándo.
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