No voy a hablar de tirar la toalla, de las dudas, de que tengo miedo y que el mundo “Happy Flower” es una tontería. Al revés.
Hoy voy a darles protagonismo a ellas, a los denotados miedos, vergüenzas y dudas que tenemos en la vida y que nos dicen que tenemos que tapar. Nos recomiendan que las tapemos en todo proyecto que empezamos, porque si no lo acabaremos, que tiraremos la toalla a la primera de cambio.
¿Pero qué pasaría si en vez de hacer eso, las aceptáramos, las viviéramos y aunque nos dieran “por culote” en algún momento del camino, siguiéramos adelante?
Siempre me acordaré de ese día del mes de Junio. “David, tienes que hacerla, tienes que vivirla”.
Como buen maño que soy y bien de cabeza que voy servido, dije “Si”, sin pensármelo.
Me iba a enfrentar a la carrera más importante del mundo, la Spartan Race.
Además tenía a mi disposición, los mejores entrenadores para ir en “forma” a dicho evento. ¿Qué más podía pedir? Solamente que empezara el espectáculo, lo antes posible.
Las ganas, la ilusión, la motivación, la sonrisa, salían por mis poros. Yo un ESPARTANO. ¡¡La leche!! Lo que iba a fardar.
Ya estamos cometiendo dos fallos, ante el comienzo de cualquier tipo de reto. No podemos centrarnos solamente en lo positivo. Si claro está que está genial, la motivación, pero estamos obviando, los peligros, la incertidumbre, las herramientas que debemos usar durante el mismo…
Cuando empezamos un proyecto, vamos como “pollos sin cabeza”.
Y el siguiente fallo, es no preguntarnos ¿Por qué lo estamos haciendo?. Muchos empiezan máster de coaching, porque es la moda. Un curso de Tic, porque lo dice el gurú de moda o una carrera de obstáculos, porque es “fashion”.. Pero luego pasa lo que pasa… “Es que no era lo que yo pensaba, es que no gano dinero como me decían que lo iba a hacer…”
Todo éxito en la vida, está basado en una sola pregunta: ¿POR QUÉ?.
Daba el paso adelante para vivir la experiencia de la carrera, no porque me habían ofrecido la posibilidad o poder hacer más cosas. Sino como un reto que la vida me ponía por delante, un reto que me iba a demostrar si eso de tirar la toalla, como había hecho antes, ya no iba conmigo. Si eso de sufrir, aprender de él y seguir adelante, era mi nuevo estilo de vida.
Tenía un propósito mucho mayor que yo mismo con la carrera. No era una moda, tenía un por qué.
Cuando damos el paso adelante en un reto, ya estamos pensando solamente en la meta. Queremos que llegue ya el día, queremos vivir el éxito cuanto antes. Solo nos enfocamos en lo bueno, en lo chulo, en lo “cool”. No queremos el sufrimiento, el esfuerzo, el sudor.
Y cuando empezamos a vivirlo, nos quejamos, nos preguntamos qué estamos haciendo, dudamos de nosotros mismos y la motivación, pasa a modo desilusión.
Quedan 42 días para el gran día y he pasado por muchos momentos de duda, a los que les doy gracias.
La duda me ha hecho recordar al instante el propósito por el cual estaba esforzándome en todo momento. No a una MODA, SI a un PROPÓSITO.
El miedo me ha hecho dudar de si lo iba a conseguir, y la verdad que no sé si acabaré consiguiendo, pero al mirar atrás.. viendo el 1 día de entrenamiento, me hacía ver los cambios que ha habido en mi vida desde ese momento. La vergüenza me ha hecho pensar que pasaría si no lo conseguía después del “mal” que estoy dando a todo el mundo, pero lo más importante que ha hecho, ha sido el enfocarme en mi mismo. Qué si no llego a la meta, no pasa nada, porque habré hecho más que otros que se quejan de su vida, desde el sofá y con el mando de la televisión.
La impaciencia por no ver resultados, que me decían que tenía que ver con el paso del tiempo, me ha hecho darme cuenta de que si de verdad quieres algo en la vida, si de verdad estás comprometido con algo, esperas lo que haga falta, todo POR y PARA tu sueño.
Nos enseñan a que emociones negativas hay que desecharlas de tu vida, y yo tengo que decir, que me están ayudando en este reto y en otros que tengo por delante.
La duda, la impaciencia, el miedo, la vergüenza y otras más, nos da un gran aprendizaje que no limitan, sino que impulsan. Todo depende de la actitud con la que te enfrentes a ellas.
Introdúcelas en tu vida.
Durante el camino, el dar 1% más de mí cuando las palabras: “ No puedo más”, eran mi vocabulario favorito en ese momento, me han hecho hacer cosas increíbles e inimaginables en mí, en un “empollón” que en la Egb siempre suspendía gimnasia.
Si de verdad quieres, si de verdad tienes un PORQUE , lo acabaras consiguiendo SI o SI.
Siempre puedes dar más de lo que te imaginas, si quieres conseguir algo, te lo aseguro.
Las excusas, las quejas siempre aparecerán en el camino. Pero si quieres mi recomendación: ¡¡ TE LAS CREAS TÚ MISMO Y SOLO TE VAN A JODER, NO TE VAN A AYUDAR!!.
“Es que…” Como dirían las madres: “ Ni es que ni es cas…” No existen las excusas, las quejas si de verdad estás haciendo lo que tú quieres.
La culpa no la tiene el mundo si las piernas no te responden si no has dormido nada, la culpa no la tiene tu madre que no te ha puesto el desayuno que siempre te gusta, no es de Jorge Javier Vázquez por el programa que tiene o la chica que te gusta, no te hace ni puto caso. En la mayor parte de las situaciones, la responsabilidad de los resultados que quieras y obtengas, dependerá de ti.
Así que las excusas, ME LA BUFAN.
Así que deja de quejarte porque no tienes resultados en tu vida, y quitate las telarañas de tu cuerpo, crea, salta, suda, cagate en todo, pero haz, y no esperes que los demás resuelvan tu vida.
El victimismo es el deporte nacional y yo no lo práctico. ¿Y tú?
No sé si llegaré a Esparta, en el camino de la vida que estoy recorriendo conseguiré algo, si llegaré a la meta en Barcelona, si mi empresa irá como sueño, si la chica que me gusta, me dirá SI o si llegaré a entrevistar a Risto Mejide, pero estoy orgulloso de poder decir que:
.- Que siempre sigo a mi corazón y a mi intuición
.- Soy coherente entre lo que siento y quiero.
.- Marco una diferencia en mi vida, que quiero y lucho por ella.
.- A dar el paso adelante, me muestro como soy, y a quien le guste bien y el que no, que no mire.
.- Como buen maño, sigo aun en los momentos difíciles.
.- Y jamás me arrepiento de nada.
No sé si lo conseguiré o no, no sé qué pasará mañana, no sé que pasara en la carrera, en mi vida, pero a día de hoy, puedo gritar a los 4 vientos, que el camino a Esparta, está siendo de lo más gratificante.
¿Y hacia donde te está llevando tu camino?
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