«Un deseo débil trae resultados débiles, de la misma forma

que poco fuego da poco calor»
NAPOLEON HILL

En muchas ocasiones, en entrevistas en medios de comunicación o en conversaciones con clientes o amigos, me han preguntado que cuál es mi libro preferido de desarrollo personal. Evidentemente, después de haber leído cientos de ellos, uno no puede quedarse con uno sólo, pero hoy lo haré.

Si me pusiesen en la tesitura de seleccionar sólo un libro para los suscriptores de esta newsletter, ese libro sería Piense y hágase rico de Napoleon Hill, que además es uno de los personajes incluido en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 9ª edición).

La obra fue escrita en 1937 y es el resultado de 25 años de investigación del autor en colaboración con más de 500 millonarios como Henry Ford, John D. Rockefeller, Charles M. Schwab, Thomas A. Edison, Theodore Roosevelt o Woodrow Wilson, que le revelaron su secreto de la riqueza.

Piense y hágase rico fue inspirado por el empresario del sector del acero Andrew Carnegie (1887–1919), y en él Napoleon Hill describe los 13 pasos hacia la riqueza, y aunque el libro está enfocado desde el punto de vista del mundo del dinero, el término riqueza se refiere a prosperidad y es aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida y a cualquier meta que queramos lograr. En concreto, esos 13 pasos hacia la riqueza son:

1. Deseo.
2. Fe.
3. Autosugestión.
4. Conocimientos especializados.
5. Imaginación.
6. Planificación organizada.
7. Decisión.
8. Persistencia.
9. El poder del equipo maestro.
10. El misterio de la transmutación del sexo.
11. El subconsciente.
12. El cerebro.
13. El sexto sentido.

¿Por qué es mi libro preferido de desarrollo personal?

Porque Napoleon Hill hace en Piense y hágase rico algo que prácticamente ningún autor ha hecho, o al menos de manera tan detallada y concreta, y es vincular el desarrollo personal con el desarrollo espiritual.

Existe una mente universal (inteligencia superior, poder divino o fuente) para la que no existen ningún tipo de límites y con la que estamos en permanente comunicación–a través del subconsciente, nuestra fuerza secreta–, y según sea nuestra relación con esa fuente, los resultados serán unos u otros.

Cuando la comunicación con esa fuente es clara, fluida e intensa, entonces por el camino aparecerán las personas, circunstancias y situaciones precisas, para que nuestros deseos puedan materializarse y ser una realidad. Esa mente universal es la que nos ayuda a que nuestros pensamientos dominantes (deseos sostenidos) se transformen en realidades físicas (hechos tangibles).

Quizás por eso, uno de los personajes más importantes del siglo XX, Albert Einstein, dijo: «La decisión más importante es decidir de una vez por todas si vives en un Universo que te apoya, que te sustenta, que te quiere o si vives en un universo que es hostil y que no te sostiene». Y añadía: «Solo hay dos formas de vivir tu vida, como si nada fuese un milagro y la otra como si todo fuese un milagro».

Aunque nunca se dice –o al menos no lo he escuchado–, la película-documental de El secreto es una copia en muchos aspectos de este libro, aunque con un enfoque muy comercial dirigido al gran público.

Para acabar, si no leíste la primera newsletter 01/16, te animo a que lo hagas en el siguiente link: 5 artículos para triunfar en 2016.