sábado, 5 de noviembre de 2011

Julio Olalla en el Aconcagua Summit

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Quiero compartir contigo lector, lo que escuché de la charla de Julio Olalla en Portillo en el Aconcagua Summit.

Hemos construido un mundo desde la forma en que sabemos, que ya no es sustentable. Y cada vez que tratamos de componer o hacer mejor las cosas, lo que hacemos es apurar el tranco hacia el precipicio.

Julio Olalla
Esto comenzó al final de la Edad Media y principio de la era industrial, cuando unos tipos llamados después los experimentalistas, dijeron ¿porqué no chequeamos lo que dicen nuestros maestros?
Aristóteles había dicho por ejemplo, que las mujeres tenían menos dientes que los hombres. A nadie en esos tiempos se le ocurría chequear eso, habría sido inconcebible; incluso peligroso.

El alboroto que eso generó derivó en una ruptura, una escisión, un acuerdo social, en que el mundo se dividía en dos: lo exterior, donde los experimentalistas podían hacer lo que quisieran y el interior, que quedaba excluido de esas prácticas y bajo el alero, en ese tiempo, de la iglesia. Ahí partió todo.

Se instaló decimos hoy, un paradigma; con sus luces y el desarrollo que permitió y con sus oscuridades, cegueras decimos.

Hoy, ese saber, esa forma de ver el mundo, no nos sirve más. Nos está llevando al precipicio.
El saber de la ciencia y la tecnología, que solo busca predecir y controlar, dejó fuera al alma humana. Debemos integrarla.

el Aconcagua
Y no sabemos como hacerlo. Solo sabemos que las emociones, la espiritualidad, el arte, son cosas que están ahí, como cosas de segundo orden. Si incluso seguimos reduciendo las clases de arte en los colegios en beneficio de más materias del lado de la ciencia y la tecnología.

Es que no la vemos. La ceguera esa, de que habla Olalla. No la vemos.

Y nos da algunas pistas. El lenguaje por ejemplo; acaban de descubrir que no solo sirve para describir el mundo, sino que además crea mundo. Si, eso desde el siglo recién pasado.
Las distinciones que aprendemos en el lenguaje nos permiten ver lo que vemos. No basta con lo ojos. Las distinciones en el lenguaje son claves.

Las emociones. Esa cosa que los ingenieros dejaron fuera de sus materias de estudio; y no solo la ingeniería.
Bueno, vemos el mundo según las emociones en que andamos. Tomar conciencia de ello y los coaches trabajan con esto, nos abre mundos, pues si logro mover el espacio emocional en que ando, por ejemplo de la resignación a la ambición, o del resentimiento a la paz, el mundo se me aparece de otra manera y las oportunidades emergen solas.
Aconcagua Summut en Portillo
Necesitamos integrar las emociones en nuestra vida. Suena divertido, suena como si no estuvieran. Es que las obviamos, no hacemos gestión sobre ellas, le exijimos a nuestros subordinados que hagan la pega sin ver en que emociones andan, sin cuidar esos espacios, sin gestionarlos. De ahí la potencia de los coaches en las empresas.

La espiritualidad. Hoy la física cuántica nos está mostrando como el corazón puesto a vibrar en ciertas disposiciones emocionales, inducidas por la oración, actúan físicamente sobre el mundo, sobre la realidad material. Ojo, que esto es de mucha potencia y al menos yo no lo tenía computado en absoluto. No existía; pamplinas. Si, la física cuántica lo está diciendo ... puede que ahora penetre nuestras mentes y nos mueva el mirar para donde hace falta.

Así que cuidado con ponernos en la emoción de la indignación en los tiempos que corren, por lo que la sugerencia de Claudio Orrego es movernos luego, más mejor, al entusiasmo.

A continuación la charla de Julio Olalla en el Aconcagua Summit:

Nota: una entrevista breve que le hicieron a Julio Olalla después de su exposición.

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