viernes, 31 de agosto de 2012

No hay emprendimiento sin una cultura emprendedora

 
No hay emprendimiento sin una cultura emprendedora
Cristóbal Undurraga, gerente de Emprendimiento de Corfo
El 2012 fue declarado como el año del emprendimiento ya que -como la educación- ésta es una de las herramientas más potentes que tiene una sociedad para surgir.
Uno de los mayores desafíos de la política pública es potenciar las habilidades emprendedoras de las personas, porque implica fortalecer una cultura que conciba el emprendimiento como necesario, donde se pierda el miedo a fallar y a cambiar.
Corfo no sólo trabaja para potenciar el apoyo existente para generar un entorno emprendedor, sino que además, busca reducir los tiempos y trámites necesarios para respaldar a los emprendimientos que ayudarán a que crezca Chile.
Así, el año pasado dio a conocer un instrumento para favorecer el entorno emprendedor con el cual potenciar el ecosistema, a través del cofinanciamiento de programas que produzcan habilidades y competencias en personas o empresas. Esto se llevó a cabo gracias a un programa con foco en los escolares, las mujeres y en los medios de comunicación, para que éstos a su vez se embarquen en la tarea de difundir el emprendimiento.
A casi un año de su lanzamiento, los resultados son promisorios. En todo el país se han adjudicado un total 112 proyectos que han beneficiado a más de 160.000 personas, tanto directa como indirectamente. Por ejemplo, sólo en la iniciativa enfocada a los escolares -hubo 86 postulaciones a nivel nacional- se otorgaron 38 propuestas, las que favorecerán a 81.000 postulantes. Un avance que comprueba la importancia de que el emprendimiento parta desde fases tempranas, pues es en el colegio donde los jóvenes pueden adquirir habilidades para descubrir esta herramienta y mejorar sus oportunidades.
Todo esto se ha reforzado, gracias a la  agilización de los  trámites y tiempos de espera en los procesos de Corfo. Y es que si el 2012 es el año del emprendimiento, hay que hacer de este camino uno más expedito y que apoye el sueño de emprender. Así, se ha enfocado en aprobar más y mejores iniciativas, reduciendo los  plazos en la evaluación. Por ejemplo, a través de InnovaChile, en el año 2010 los días hábiles de espera entre la etapa de postulación y el pago de la primera cuota de los subsidios eran de 146 días y en 2011 fueron de 114. Asimismo, la evaluación que comprende desde la postulación de los proyectos a la decisión de aprobación, se redujo en 10 días.
Entre otras cosas, esto ha llevado a que el número de beneficiarios directos en InnovaChile aumentara en 201% entre 2010 y 2011, pasando de 5.636 a 19.101 beneficiados.
¿Cuál es el desafío? Una comunicación cada vez más clara, transparencia en los procesos y una buena orientación a todos quienes accedan a la institución. Ya han pasado seis meses y el balance -hasta la fecha- es positivo. Se fomenta un ecosistema que aliente a instituciones y ciudadanos a emprender y lograr la meta: que todos los chilenos lleguen al desarrollo antes de que finalice esta década.

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