buda
¿Es posible medir científicamente la compasión y la bondad de las personas? Todas las 
grandes religiones del mundo tienen distintos acercamientos a cosas como las relaciones
 sociales y familiares, pero en la base de todas ellas siempre hay una idea recurrente de 
bondad. Para los cristianos consiste en tratar al prójimo como a ti mismo, y para los
budistas, por ejemplo, implica cultivar un sentimiento de compasión y amor por todos los seres
 vivientes.
Un equipo de psicólogos de la Universidad de Winsconsin-Madison preparó un experimento 
en el que trataron de medir las reacciones de compasión entre dos grupos. El primer grupo 
practicó una técnica de meditación budista para ejercitar la compasión, la cual consiste en 
concentrarse alternativamente en un ser querido, en un amigo o familiar, en ellos mismos, en un
 extraño y en una “persona difícil” en sus vidas, mientras repiten el mantra “que te liberes 
de todo sufrimiento, que encuentres alegría y paz.”
Por su parte, el segundo grupo participó en un entrenamiento de reprogramación conductual a 
través de una técnica que transforma los pensamientos negativos en positivos. Ambos grupos
 practicaron sus respectivas técnicas por Internet al menos treina minutos al día durante dos 
semanas.
Una vez concluido el entrenamiento, los científicos tuvieron que inventar una forma de medir la
 empatía en los miembros de ambos grupos. Para esto los sometieron a una pequeña prueba 
para ver sus reacciones espontáneas frente a una situación que puede ser percibida como de 
injusticia. Se trata de un juego donde los participantes de los grupos de control interactúan 
con dos supuestos jugadores anónimos a través de Internet (el “Dictador” y la “Víctima”). El 
dictador posee $10 y puede decidir cuánto dinero darle a la víctima; el participante luego 
recibe $5 y debe decidir cuánto de este dinero darle a la víctima (o si no darle en absoluto) para 
redistribuir y hacer un poco más equitativa la posición de la víctima frente al dictador. El objetivo 
del juego es medir la “compasión” del participante dependiendo de la cantidad de dinero que este 
le diera a la víctima. El grupo que practicó la técnica budista compartió más de dinero con la víctima.
Antes y después del experimento, ambos grupos fueron sometidos a scaners fMRI para medir 
sus ondas cerebrales. Mientras estaban en la máquina, se les mostraron imágenes de personas
 sufriendo, como niños llorando o víctimas de quemaduras. Al finalizar el experimento se dieron 
cuenta de que la gente que había practicado la meditación budista mostraba mayor actividad 
en la región inferior de la corteza parietal, una zona asociada a la empatía.
Aunque el experimento está atravesado de múltiples lagunas (como por ejemplo el hecho de
 que diferentes culturas tienen diferentes nociones del bien, la compasión, etc.), al menos
 muestra que un poco de meditación hace que las personas que la practican se vuelvan
 un poco más atentas y empáticas respecto al sufrimiento de los demás.