Ya está. Tienes socios, financiación, una estructura jurídica, un local, quizás también unos empleados y acabas de cerrar tu primera venta. Felicidades: has montado un negocio, pero no te duermas porque solo acabas de empezar. Ahora viene lo interesante: consolidar tu proyecto y convertirlo en el tiempo en una empresa rentable capaz de dar de comer a sus empleados, sus socios y quizás crecer hasta niveles insospechados.
Sigue buscando nuevos compradores
Tu producto no se va a vender solo, y al principio no te conoce nadie. Procura hacer un plan de comunicación y publicidad acorde a tu proyecto. Invierte en marketing, pero de forma inteligente. Gastarte mucho dinero en soportes equivocados o dirigiéndote a un público objetivo que no es el tuyo no te servirá de mucho, no gastarte dinero tampoco te servirá de nada. Busca el medio más adecuado e invierte el tiempo y los euros necesarios para llevar tu mensaje a tu segmento de clientes.
Mantén la experiencia del cliente en el centro de tus prioridades
Mas allá de sumar nuevos clientes, es necesario que trabajes sin cesar en mejorar su experiencia. Presta especial atención a la post venta (como entregas el producto, como gestionas los problemas y reclamaciones). No se trata solo de vender, sino de convertir a tus nuevos clientes en tus mejores embajadores. Haz que te recomiendan mejorando sus expectativas y ofreciéndoles un servicio cada vez mejor.
Mantén el foco
Vas a tener muchas distracciones. Desacuerdos con los socios, preocupaciones financieras, dudas para comprar tal o tal cosa, problemas de organización, asuntos de recursos humanos, reacciones inesperadas de las administraciones, y una lista larga de imprevistos. Es muy fácil que pierdas el foco y cedas a la tentación de resolver los problemas urgentes antes de los importantes, o que quieras abrir nuevas frentes cuando todavía no has puesto todos tus esfuerzos en tu primera batalla. Al final de cada día, párate un momento a reflexionar, coge un poco de perspectiva, y analiza si estás perdiendo el foco. Si es así, procura corregir.
Consolida tu imagen
Henry Ford decía que la calidad es hacer las cosas bien incluso cuando nadie está mirando. Lo mismo se podría decir de tu imagen de marca. Sea la que sea la estrategia que hayas escogido (un nombre para la empresa o tu marca personal), tienes que actuar en todo momento como si alguien te estuviera mirando. Cualquier comunicación, cualquier actuación pública tuya debe ser acorde a la imagen de marca que quieres crear para tu empresa. Evidentemente, es todavía más importante en el día a día del trabajo. Normalmente, si has definido bien la necesidad a la cual responde tu propuesta de valor y te dedicas a dar la mejor experiencia posible al cliente, tu imagen de marca debería consolidarse en el sentido que has previsto. Pero no te puedes descuidar y parecer siempre profesional.
Tómate tiempos de descanso
Vas a tener que trabajar mucho. La preocupación por la marcha de tu negocio y la motivación por conseguir tus objetivos te van a empujar alternativamente a actuar incesantemente para mejorar tu empresa. Pero necesitas descansar y cambiar de aires de vez en cuando, sino no serás capaz de mantener la motivación y la creatividad necesarias.
Controla tus resultados
Es la única forma de saber si vas en la buena dirección. Ponte objetivos y prepara una serie deindicadores de gestión para comprobar si los alcanzas o no. A lo mejor al principio necesitas solo cuatro datos y poco a poco te irás creando un cuadro de mando mucho más completo, pero medir tus progresos es inevitable. Como mínimo deberías saber cada mes cuanto has vendido, ganado o perdido y la situación financiera (saldos con proveedores, deudas clientes, existencias, créditos pendientes, saldo en cuenta). Los datos financieros solo son el resultado de todo el resto, por lo que no te van a enseñar los motivos, pero al menos sabrás como vas.
Rodéate de otros emprendedores
Quizás no sientas la necesidad ahora, pero cuando lo estés pasando mal (se suele pasar por fases complicadas antes de lograr resultados) puede que tu familia y amigos no sean los más apropiados para escucharte. Dos emprendedores de sectores muy diferentes tienen muchas cosas en común, y os podéis apoyar, aunque solo sea moralmente. Acércate a asociaciones, foros o conferencias especializadas, y seguro que conocerás a muchas personas interesantes.
Automatiza las tareas
Aunque las técnicas del taylorismo o del fordismo son de otros tiempos, sigue siendo válido el principio de eliminar tiempos perdidos gracias a la automatización. Cuando empieces tu negocio no puedes saber con exactitud cuales serán esas tareas repetidas, pero las reconocerás cuando las veas. La informática te puede ayudar mucho.
Te pongo un ejemplo: imagina que dentro de tu estrategia de comunicación quieres publicar contenidos en tus redes sociales. Quizás empieces conectándote de vez en cuando a Facebook y Twitter y publiques regularmente unas cosas que te parezcan interesantes. Con el tiempo te das cuenta que a pesar de ser una tarea corta te supone mucho tiempo, además de romper tu dinámica de trabajo en otras cosas. Entonces te preguntas si podrías programar tus publicaciones y descubres herramientas como Hootsuite.
En una empresa tienden a repetirse las necesidades y los procesos. Cuando tengas un poco más de experiencia, párate de vez en cuando en pensar lo que puedes automatizar y lo que no. Incluso puedes ir más allá y ver si puedes externalizar algunas tareas no estratégicas.
Antes de terminar, quiero por supuesto darte mucho ánimo para tu proyecto empresarial. Recuerda que si eres constante y procuras adaptarte al cambio puedes conseguir mucho. Supone trabajo, esfuerzo y tiempo pero si millones de personas en el mundo lo han conseguido, no hay motivo para que tú no lo consigas.
Pronto publicaré un artículo resumen con todos los temas que detallé en esta guía.
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