[...] cuando gran parte de las personas demuestren su afecto a los demás, el mundo será mejor para todos, la vida será más fácil y enriquecedora. [...]
La afectividad, ese concepto arraigado al afecto y al cariño, y por consecuencia,
a los sentimientos y emociones producidas por los demás hacia uno mismo.
Hablamos de entregar afecto a una persona cuando de alguna forma, ya sea física, emocional
y hasta espiritual demostramos nuestro agrado y apreciación hacia otra persona o
a un trabajo realizado por esta. Afectividad entonces, es la capacidad de apreciar, valorar
y demostrar al otro su importancia de él en nuestras vidas y hacerle saber de que él,
es singularmente único para nosotros.
Entendamos que todo lo que tiene que ver con afectividad, originalmente tiene que ver
con cariño y apreciación, los cuales, se originan de un sentimiento de amor y paz. Bien
dijo Jesús,“Ama a tu prójimo como a Ti mismo”, nos dijo que amaramos, pero antes
de eso, ¡ama como te amas a ti mismo! Lo cual es un punto bastante relevante que
muchas veces ha pasado desapercibido en esa gran frase de Jesús.
¿¿Como vamos a poder amar al resto sin amarnos nosotros mismos??
¡Esa es la pregunta del millón! Ya que muchas personas dicen textualmente “encontré
el amor de mi vida con…tal y cual”, “estoy buscando el amor con…tal persona”
cuando realmente, para mí, eso no es encontrar el amor. El amor no está en ningún
lado especifico, el amor está dentro de nuestros corazones y nosotros debemos
hacerlo nacer!
Una baja autoestima es una falta de apreciación y por ende, también falta de amor
de nosotros a nosotros mismos.
Cuando una persona de baja autoestima desea cambiar este aspecto de sí misma, el
primer paso es autoconocerse. Y en este proceso lo que busca es ver qué
capacidades, características y cualidades posee la persona, con tal de comenzar a
apreciarse por alguna de ellas.
En una situación opuesta, tener una gran personalidad, ser capaz de liderar y ejercer
poder sobre las personas se relaciona muchas veces a una alta autoestima, pero
no necesariamente tener una alta autoestima significa que las personas se amen
a sí mismas… muchas de estas no despiertan su amor por ellas, solo despiertan su
auto idolatría y se convierten en tenaces egocentristas ya que se han familiarizado tanto
con su papel en este mundo, con su personalidad y que creen que están superior a
muchas personas. Caen en una trampa del ego. En dichas situaciones, la persona con
gran autoestima tampoco se ama a sí misma, sino que se idolatra y hace que los demás
lo hagan también, con el fin de sentirse “amado” y llenar su vacio interior que sabe
que tiene, pero que le aterroriza enfrentar.
Para mí, no hay amor si no ha nacido nuestro propio amor interno. Ese sentimiento
propio hacia nosotros que nos hace sentirnos bien. Para mi es imprescindible amarse
para poder amar a los demás, y con demás, me refiero a todos los seres,
personas, animales, plantas, entre otros.
Evidentemente, cuando logras ese amor interno, estas por fin en condiciones de amar
a otro ser. El amor es siempre libre, aun cuando para mí esto es bastante claro,
muchas personas que no han logrado despertar su amor interno, tienden a
buscar un sucedáneo del amor externamente (ellos lo ven como el amor verdadero),
y lo que sucede siempre, es que comienzan los apegos y las dependencias.
Para mí, el amor es siempre libre, es infinito e incondicional, no exige ni
tampoco juzga, el amor verdadero es siempre un sentimiento constructor, que
nos ayuda a crecer como personas, de forma individual y de forma social y colectiva.
Creo que la clave primordial para el amor, debe ser “estar juntos, pero no amarrados.”.
Debe ser como dos aves volando libremente, por mucho que se amen, estas deben
volar juntas, pero nunca amarradas.
El amor interior en los niños debe ser despertado por el amor sincero y verdadero
de sus padres. Los padres tienen entre otras tantas esa tarea, darles su amor incondicional
a sus hijos y hacerlos grandes espíritus. Eso, evidentemente siempre sucederá con el
amor verdadero hacia los hijos. Dado que el amor construye… el amor nutre, entonces
el amor hará que el ser de su hijo se desarrolle plenamente, de forma
integral, consciente y sin carencias de ningún tipo ya que el amor, todo lo llena,
todo lo transforma, lo mejora y lo libera.
El amor en nuestra temprana edad de niños es imprescindible para el desarrollo humano.
Sin amor, sin afectividad hacia el ser recién nacido, este no podría vivir, no
podría desarrollarse.Un niño que ha recibido mucho amor cuando pequeño será
siempre una gran persona cuando adulto. El niño habrá aprendido mucho y
habrá despertado su amor interior con el cual cuando adulto cuidara desde el planeta
en que vivimos, los animales, plantas y por supuesto, a las personas de su entorno.
Ese ser humano estará en condiciones para dar amor a sus prójimos tal como dijo Jesús.
Debemos de entender que el amor como sentimiento y energía es infinito, el amor
verdadero es sin fin y nunca se acaba cuando se lo das a alguien, al contrario, el amor
como sentimiento constructor al dárselo a los demás, funciona como pequeñas
semillas que florecerán en sus corazones. El amor dado a los demás es lo único
que nos llevaremos después de la muerte, y es lo único que podemos dar de forma
ilimitada, porque el amor que demos siempre será la minúscula parte del amor
que nos regresará.
Es por eso, que si nuestros proyectos de vida son amorosos y son en pro de algo
bueno no solo personal sino también social, el florecimiento y las oportunidades
para realizarlos siempre se darán, y siempre estarán las personas dispuestas a ayudarnos
ya que el objetivo es muy valioso y muy motivante para personas que desean el bien
de los demás.
Contrario es un proyecto de vida centrado única y exclusivamente en intereses personales
que muchas veces caen en desmedro de los demás. Donde la carencia de amor y
afectividad hacia el prójimo es notable. Dichos proyectos de vida solo surgen de personas
que en sus vidas no han sido amadas ni mucho menos han despertado su amor
interno. Dichos proyectos nunca serán llevados adelante por una mano amiga, siempre
será impulsado por personas a las cuales se les tendrá que dar una
recompensa económica y material. Contrario a las personas que persiguen sus
ideales que son capaces de trabajar por ellos aun cuando no haya recompensa económica.
Personas carentes de afectividad generalmente poseen un desorden en
su personalidad, muchas veces estas pueden ser ambiguas e inconsistentes
en el tiempo, cambiantes ante los estímulos y con resultados poco armoniosos
para ellos y para su entorno, inclusive tales desordenes pueden terminar
en enfermedades.
La afectividad y el amor en la vida del ser humano es y debe ser un aspecto fundamental
para su desarrollo. La capacidad de poder expresar nuestros sentimientos y emociones
a los demás de forma amorosa nutre también a los demás y hace que estos valoren su
trabajo y se esfuercen en mejorar, por lo cual, cuando gran parte de las
personas demuestren su afecto a los demás, el mundo será mejor para todos,
la vida será más fácil y enriquecedora.
Basta solo con apreciar el trabajo de los demás y apreciar a las personas mismas,
partiendo previamente desde nuestra propia auto apreciación para producir algo bonito
en los demás. Como digo muchas veces, con un sincero “¡Gracias!” no salido solo
desde la boca, sino del corazón, estas mostrando tu afecto y aprecio al otro.
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