Comienzo de la tarde de un sábado lluvioso en Buenos Aires. Voy a hacer café, me caigo de sueño y hay mucho que hacer todavía, antes garabateé estas líneas, que hoy son de regalo para mi amada hermanita, Luisa Margarita Garcia ,una poeta y cuentista del mejor realismo mágico que puede leerseen el presente.
Los amo. Les sirvo un cafecito y les dejo besos, muchos, para que no me extrañen. Miki.
NADIE ES TAN NADIE
Una putita de trigal urgente y de puntillas astrosas y harapientas,
De pocos años y muchas madrugadas,
De largos silencios y senos como almendras
Tenía una verdad (tan sólo una)
Entre las manitos cerradas sobre sucios billetes.
La artritis de la mente no le llenaba el alma de muletas
Pues tanto traste entre los huesos del lenguaje,
Invierte la ecuación:
Lengua que cobra-sonata deficitaria.
Y ella, anacrónica corista de varieté de dos mangos,
No podía dejar, por presumir poesía,
De comer todos los días y no sólo los domingos.
Prorrateando sexo sin besos en la boca
(Un beso es sólo para quien hemos querido),
Soportaba la contrición de sus medias con agujeros
Y bebía lejía con leche
Para aprender que se crece con cruces en la boca
Y demonios en el vientre.
No hablaba, no escribía,
Pero sí caía de rodillas ante dioses imperfectos,
Ordinarios, luctuosos, execrables
Llamados braguetas.
Que dejaban hostias sobre su pollera
Para que alguien en el averno los absolviese.
La verborragia de los que podían escupir enciclopedias
Le era tan ajena como la ducha caliente y la cama limpia.
Nadie es tan nadie
Como cuando debe tejer cuchillos en las caderas
Y solapar al hambre diciéndole que no existe.
La verdad que velaba cada noche
Rezaba que podía ser amada todavía.
Y ella creía…
Para no morir con cada pago.
Miriam Miki González
Sábado 2 de agosto de 2014, a las 14,26 hs.
Con Copyright © MIRIAM MIKI GONZÁLEZ
Todos los derechos reservados de autor 2014
Los amo. Les sirvo un cafecito y les dejo besos, muchos, para que no me extrañen. Miki.
NADIE ES TAN NADIE
Una putita de trigal urgente y de puntillas astrosas y harapientas,
De pocos años y muchas madrugadas,
De largos silencios y senos como almendras
Tenía una verdad (tan sólo una)
Entre las manitos cerradas sobre sucios billetes.
La artritis de la mente no le llenaba el alma de muletas
Pues tanto traste entre los huesos del lenguaje,
Invierte la ecuación:
Lengua que cobra-sonata deficitaria.
Y ella, anacrónica corista de varieté de dos mangos,
No podía dejar, por presumir poesía,
De comer todos los días y no sólo los domingos.
Prorrateando sexo sin besos en la boca
(Un beso es sólo para quien hemos querido),
Soportaba la contrición de sus medias con agujeros
Y bebía lejía con leche
Para aprender que se crece con cruces en la boca
Y demonios en el vientre.
No hablaba, no escribía,
Pero sí caía de rodillas ante dioses imperfectos,
Ordinarios, luctuosos, execrables
Llamados braguetas.
Que dejaban hostias sobre su pollera
Para que alguien en el averno los absolviese.
La verborragia de los que podían escupir enciclopedias
Le era tan ajena como la ducha caliente y la cama limpia.
Nadie es tan nadie
Como cuando debe tejer cuchillos en las caderas
Y solapar al hambre diciéndole que no existe.
La verdad que velaba cada noche
Rezaba que podía ser amada todavía.
Y ella creía…
Para no morir con cada pago.
Miriam Miki González
Sábado 2 de agosto de 2014, a las 14,26 hs.
Con Copyright © MIRIAM MIKI GONZÁLEZ
Todos los derechos reservados de autor 2014
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