Resulta difícil pensar en cualquier comportamiento que sea tan importante para nosotros como lo es el apego. La alimentación, el sueño y la locomoción son imprescindibles para la supervivencia, pero el ser humano, como ya ha planteado la filosofía, es un “animal social”. Son nuestros lazos sociales los que nos permiten una vida plena.
El apego entre cuidador y bebé se comprende como un sistema de regulación diádica (según el diccionario, dos seres estrecha y especialmente vinculados entre sí). Las conductas de cuidado de la madre (cuidador primario) le permiten al niño desarrollar mecanismos para regular el estrés, las emociones, las situaciones novedosas y comprender los estados mentales en épocas posteriores.
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