Vivimos inmersos en un mar de distracciones y de fuentes de interrupción. Algunas son externas y otras nos las producimos nosotros mismos al no saber gestionar adecuadamente nuestro estrés. Algunos lo dan por inevitable y asumen que, aunque la falta de atención limite nuestra productividad, no hay mucho que hacer con ello o no merece la pena el esfuerzo.
En este pequeño post quiero ayudarte a tomar conciencia de que quizás nos estemos jugando algo más importante: las posibilidades de crecimiento de nuestro cerebro. O lo que es lo mismo: su subdesarrollo y las consecuencias que tiene en cómo llevamos la vida en general. Este es el peaje a pagar cuando no adoptamos nuevos hábitos para adaptarnos mejor a la nueva realidad en la que ahora vivimos.
Neuroplasticidad
Explica Daniel J. Siegel que cuando logramos concentrar la atención en algo, lo que realmente sucede en nuestro cerebro es que:
- Nuestra atención canaliza la energía mental a través de nuestros circuitos cerebrales…
- activando y vinculando neuronas que contienen contenidos similares y…
- consolidando toda esta actividad neuronal en cambios estructurales.
* Las investigaciones señalan también que cuando nos concentramos atentamente, además de activar circuitos, segregamos 2 neurotransmisores (acetilcolina y factor neurotrófico) que bañan y refuerzan las conexiones entre las neuronas activadas.
Dicho de otro modo, el cerebro parece tener la capacidad de ir cambiando en función de nuestra atención ya que, cuando prestamos atención producimos cambios neuroplásticos que son la base del aprendizaje. Esta característica llamada “neuroplasticidad” es la base científica que debe animarnos acambiar nuestros hábitos donde sea necesario ya que, además de existir un fundamento fisiológico,tenemos la oportunidad de hacer crecer nuestro cerebro y de mejorar nuestra capacidad de adaptación en respuesta a la experiencia.
No tenemos excusa… pero sí alternativa: las roturas de atención o la falta de interés por las cosas interrumpen constantemente las condiciones neuroplásticas necesarias para que nuestro cerebro se desarrolle.
Las cosas… de una en una
Si las investigaciones concluyen que el cerebro está hecho para concentrarse en las cosas de una en una, el primer paso será que creemos las condiciones adecuadas para poder concentrar la atención de manera contínua y sin distracciones frecuentes. Quizás esto sea hoy en día lo más difícil pero ese “estado de alerta perfecta” es algo que podemos lograr con la ayuda de GTD, quizás empezando por desarrollar algunos hábitos de captura o gestionando las interrupciones más asertivamente.
Lamentablemente muchas personas ven su trabajo más como una carga que como un placer. Algo que ya suele empezar a suceder en el colegio… cuando eliminan nuestro interés natural y nuestra capacidad de atención. Pero gracias a la neuroplasticidad quizás todavía podamos recuperarlas.
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