viernes, 1 de mayo de 2015

La innovación del Tiqui Taca

http://www.xaviermarcet.com/2015/05/la-innovacion-del-tiqui-taca.html 







Tiqui Taca: dícese de un sistema de juego futbolístico que consiste en una extraordinaria cantidad de pases entre jugadores de un mismo equipo con objetivo de ordenar sus transiciones al ataque y desordenar al contrario. El tiqui taca sin goles, es una suerte de preciosismo futbolístico estéril. Es plástica inútil. La selección española y, especialmente, el Barça de Guardiola fueron consideraros equipos de excelencia cuando combinaron preciosismo con resultados y recibieron muchas críticas cuando el juego de posesión elevada se mostraba barroco pero inofensivo.

Hay también una innovación tiqui taca. La que hace preciosismo con retos, ideas y prototipos pero no llega nunca al mercado. La que pone más énfasis en la liturgia que en los resultados. La que piensa más en funnels que en clientes. La innovación tiqui taca es la que esgrimen las empresas que no pueden responder a la pregunta de cual es su índice de vitalidad ( % de ingresos o beneficios que se corresponden con proyectos nacidos de una sistemática de innovación y que hace 2 o 3 años no existían). Hay una forma de ver la innovación en la que esta es siempre tangencial, está ahí, se roza, pero no penetra al corazón del negocio. Esta innovación tiqui taca, ni prepara ante la disrupción, ni permite sedimentar la convicción de que afrontar cambios profundos no es algo excepcional si no algo consustancial a las organizaciones contemporáneas.

La innovación en las empresas sirve básicamente para tres cosas:

1) impactar en la cuenta de explotación gracias al desarrollo de nuevos productos y servicios que aportan un carácter diferencial para los clientes.

2) Preparar a la organización para cambios culturales que permitan afrontar con garantías procesos de transformación rápidos y radicales.

3) Definir un perímetro de negocios abierto, capaz de concretar alianzas y modelos de negocio compartidos.

A la innovación tiqui taca, la que se recrea pero no produce resultados, se la combate desde arriba, con líderes que den ejemplo. Líderes que no juzguen la innovación de los demás simplemente, si no  líderes que sean innovadores, que exploren, que den ejemplo. Líderes cuyo criterio sobre el riesgo permita también la innovación radical y la capacidad de responder o acelerar la disrupción. Sin líderes inspiradores e innovadores el riesgo de innovación tiqui taca es muy alto.

Los modelos de innovación deben ser poliédricos. Funcionan cuando saben combinar el bottom up con el top down y cuando la lateralidad no es un episodio sino una mecánica natural de innovar. Estos modelos ayudan a involucrar a la gente y a hacer realidad el cambio cultural además de focalizarse en retos y proyectos orientados a resultados.

Innovar no es fácil. Es difícil. Hacerlo desde organizaciones instaladas con negocios muy consolidados es todavía más difícil. Encontrar modelos de negocio o tecnologías que nos permitan sustituir antiguos modelos de éxito (vacas lecheras) que periclitan es uno de los retos más importantes que tienen una organización y sus directivos.

Las empresas cada vez gestionan mejor la innovación. Los modelos del tiqui taca sin goles o del ruido sin nueces cada vez se ponen más en evidencia. Pero que exista mayor preparación y se superen algunos papanatismos no quiere decir que la innovación sea fácil. Al contrario, a mayor profesionalidad más consciencia de la dificultad del reto de innovar alcanzado resultados significativos y cambio cultural para estar entrenado ante transformaciones importantes. 

(la imagen pertenece a una obra de Pinturicchio)

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