A muchos nos ha pasado, estamos en la ducha o tal vez en la cama a punto de dormirnos, cuando de repente una solución o idea se nos viene a la cabeza. McCartney, por ejemplo, recuerda que se despertó un día con la canción Yesterday en la cabeza.
En el 2010, científicos identificaron unos pocos rasgos que todos los momentos eureka (o situaciones donde se nos ocurre una buena idea) tienen en común: son repentinos (la experiencia es sorpresiva e inmediata), fáciles (la solución se procesa sin dificultad), tienen una influencia positiva y dan la sensación de ser correctos (incluso antes de que tengas tiempo de analizarlos y determinar que lo son).
Un artículo publicado en Scientific American comenta investigaciones recientes que apoyan la idea de que estos momentos eureka generalmente por lo general están bien.
En un estudio, que se publicó en Thinking and Reasoning, un grupo de científicos liderados por Carola Salvi, presentó a una muestra de sujeto 4 experimentos con desafíos a la mente. En el primero, se les daba tres palabras y se les pedía que pensaran en una palabra que pudiera combinar con las tres. Luego de cada set, los participantes reportaban si habían encontrado la solución a través del análisis (se siguió una estrategia para encontrar la solución) o súbitamente (la respuesta simplemente se les vino a la mente, de manera sorpresiva).
Al analizar los resultados del estudio, los científicos encontraron que el 93.7% de los problemas que habían sido resueltos con insights, habían sido resueltos correctamente. Por otro lado, solo el 78.3% de los problemas resueltos a través del análisis eran correctamente solucionados. Este patrón se sostuvo en los otros tres experimentos también.
Como explica el artículo de Scientific American, la discrepancia puede deberse al hecho de que el insight y el análisis son procesos diferentes en el cerebro. Investigaciones llevadas a cabo con EEG y RM han revelado que, justo antes de que se de un insight, la corteza occipital, que es responsable del procesamiento visual, se apaga momentáneamente así las ideas pueden aparecer y flotar en la consciencia. Como resultado, es menos probable que los insights sean incorrectos. Por el contrario, el pensamiento analítico se realiza conscientemente y eso lo hace susceptible a apuros y equivocaciones en el razonamiento.
Fuente: NYMAG
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