Según Heráclito todo fluye, todo cambia, nada permanece. “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río”, dice en uno de los fragmentos que han llegado hasta nosotros. (Ni el río ni nosotros seríamos los mismos.)
El devenir es el Principio de Todas las Cosas. Todo es fuego que se enciende y se apaga según una medida. El cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como una ley inmanente al mundo.
El devenir se da según la lucha de los contrarios. La tensión entre los contrarios en lucha genera el movimiento; por eso a la paz sigue la guerra y a ésta nuevamente la paz.
“La guerra es la madre de todas las cosas”, dice Heráclito. Y este movimiento retorna eternamente sobre sí mismo. Al terminar el gran año solar todo vuelve a comenzar y a repetirse.
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