Les Demoiselles d'Avignon, 1907
Oil on canvas, 243,9 x 233,7 cm
The Museum of Modern Art, New York
Vanguardia artística del Noveciento, el cubismo viene a la vida a través de formas geométricas, de líneas duras y marcadas en las obras de los artistas Pablo Picasso y Georges Braque. Rechazando la tradición artística del pasado, llamada falsa y engañosa, ya que excluyen en la representación el tiempo, un elemento esencial de la realidad, los cubistas, por el contrario, lo incluiyen en sus obras, descomponiendo los temas y los objetos en diferentes formas geométricas elementales. La cuarta dimensión, el tiempo, invade el lienzo manifiestandose en los diferentes puntos de vista representados y en los diferentes aspectos de la realidad. Les Demoiselles d'Avignon puede considerarse el manifesto del cubismo y el icono de la revolucion formal que ha atraversado el siglo XX. El punto de apoyo de toda la obra es el desnudo, para demostrar el hecho que los grandes cambiamentos de mentalidad se juegan sobre el modo de representar la figura humana
Cinco figuras femeninas, protagonistas de la composición, sin ninguna ambientacion y contextualización, presentan líneas duras, quebradas y antinaturalista. Picasso pintó de una manera diferente cada personaje. La mujer que tira la cortina en el fondo está cubierta con una gruesa capa de pintura. Su cabeza es la más cubista de los cinco, y representa una forma geométrica aguda. Las máscaras supuestamente derivan de máscaras tribales africanas. Un retorno a la escultura primitiva o a la escultura africana, como se puede notar mayormente en las lineas triangulares y rigidas de los rostros. La elección se basa en la nueva pasion de Picasso por el arte africana, que viene vista como término de comparación y como estimulo al superamento del eurocentrismo occidental en el arte. Se piensa que Maurice Vlaminck ha introducido Picasso a la escultura africana del tipo “Fang” en 1904. La escultura Fang del siglo XIX es similar en estilo que Picasso vio en París poco antes de interpretar “Les Demoiselles d'Avignon.”
La idea para esta obra le viene a Picasso frecuentando un grupo de prostitutas que residían en la Carrer de Avinyo (la calle de Avignon) en Barcelona. Tanto es así que el mismo pintor en un primer momento habia pensado de intitular la obra como “El burdel de Avignon”.
Una posible inspiración: Les grandes Baigneuses (1906) de Paul Cézanne. La mayor parte del debate crítico en los últimos años se ha centrado en tratar de identificar la variedad de estilos dentro de la obra. La opinion dominante durante más de cinco décadas, expuesta en particular por Alfred Barr, el primer director del Museo de Arte Moderno de New York y organizador de muchas retrospectivas sobre la trayectoria del artista, es que la obra puede ser interpretada como una prueba evidente del período de transición en el arte de Picasso, un esfuerzo por conectar su trabajo anterior al cubismo, un estilo en el cual ha trabajara y desarrollara en los cinco o seis años siguientes. En 1974, sin embargo, el crítico Leo Steinberg en su ensayo fundamental “The Philosophical Brothel “ propuso una explicación completamente diferente para el gran número de atributos estilisticos. Según Steinberg, la mirada de soslayo, o el hecho de que las figuras miran directamente al espectador, así como la idea de una mujer tan dueña de sí misma, es decir, no sólo para el placer masculino, se remonta a la “Olympia “ de Manet de 1863
El libro "Les Demoiselles d'Avignon", de William Rubin, Helene Seckel y Judith Cousins , del 1994, realiza un análisis exhaustivo de la obra y su génesis. Rubin sugiere que algunos rostros de las figuras simbolizan la desfiguración causada por la sífilis y que la pintura fue hecha después de una serie de visitas a un burdel donde Picasso, entonces separado temporalmente de su amante, Fernande Olivier, asistia. Rubin interpreta la pintura como una expresión del ateísmo del artista, su voluntad de arriesgar la anarquía por la libertad, el miedo a la enfermedad y sobre todo el miedo y desprecio profundamente arraigado por el cuerpo femenino, que vivía con el deseo de ello y su extática idealización
Algunos Datos:
Fue pintado después junio 1906 hasta julio de 1907.
En 1916 fue expuesto por primera vez, en el Salon d’Antin.
El crítico y escritor francés André Salmon describe por primera vez el cuadro en 1912.
En 1920, André Salmon publica por primera vez el título del cuadro.
A principios de los años 20 la obra fue adquirida por Jacques Doucet y exhibida en 1925 en el Petit Palais.
En 1937 lo compró en París Germain Seligmann, por 150,000 francos. Después estuvo expuesto en la galería estadounidense Jacques Seligmann, en una exposición titulada 20 Years in the Evolution of Picasso 1903-1923.
Más tarde (1939) lo compró el Museo de Arte Moderno de Nueva York por 28.000 dólares, gracias a las donaciones de Lillie P. Bliss (18.000 dólares), Germain Seligmann y Cesar de Hanke (10.000 dólares).
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