jueves, 16 de agosto de 2012

Elegir las reglas de juego

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Contrariamente a la percepción general, lo político es lo fundamental en materia de desarrollo, y lo económico no es sino un subproducto de lo primero. Veamos por qué es así.
CARICATURA El Observador 8 de agosto de 2012
En 1990 William Baumol planteó la hipótesis de que la cantidad de emprendedores en las distintas sociedades estaba dada y que lo que cambiaba de una sociedad a otra era la contribución a la producción generada por sus actividades emprendedoras. Baumol sostenía que los emprendedores podían realizar actividades productivas o improductivas, dependiendo del sistema de incentivos de esa sociedad. Si los incentivos eran los adecuados generarían innovación y progreso, si no lo eran sus actividades se orientarían a la búsqueda de rentas o al crimen organizado.
El sistema de incentivos es lo que otros autores denominan más genéricamente instituciones. De acuerdo al Premio Nobel de 1993, Douglas North, las instituciones son, en términos generales, las “reglas de juego de una sociedad”, o más detalladamente “la combinación de reglas formales e informales y las características de aplicación coercitiva de las reglas configura la estructura de incentivos de una sociedad”. North y Baumol coinciden en sostener que cuando los incentivos alientan a las personas a ser productivas las economías crecen. Entender cómo se configuran y cambian esas reglas de juego es fundamental para entender la evolución de una sociedad.
Reglas políticas y reglas económicas
Recientemente Daron Acemoglu y James Robinson han realizado importantes aportes que apuntan precisamente a comprender cómo es que esas reglas se conforman y evolucionan. Para ello analizan los tres últimos siglos de evolución de los países en el mundo entero.
Un aspecto importante de su tesis es que hay que diferenciar las instituciones políticas y las económicas. Cuando las instituciones políticas son las adecuadas (instituciones políticas inclusivas) habrá instituciones económicas que promuevan que las personas procuren adquirir habilidades, trabajen duro, ahorren, inviertan, y lo más importante, innoven. Por el contrario, las instituciones políticas extractivas tienen por propósito beneficiar a una élite reducida y crean un sistema económico extractivo. Contrariamente a la percepción general, lo político es lo fundamental en materia de desarrollo, y lo económico no es sino un subproducto de lo primero.
Una sociedad con instituciones económicas extractivas puede generar crecimiento por algún tiempo, pero no puede generar crecimiento sustentable. La innovación genera cambios impredecibles en una sociedad, dentro de los cuales están las alteraciones en los equilibrios de poder dentro de la misma, lo que es visto por las élites como una amenaza a su hegemonía. Esta es una explicación, por ejemplo, del colapso de la Unión Soviética.
La base para el desarrollo sustentable para Acemoglu y Robinson es la destrucción creativa, concepto que fue planteado originalmente por Joseph Schumpeter. Para Schumpeter el desarrollo es fruto de cambios radicales que generan los emprendedores, a través de la introducción de nuevos productos y procesos que vuelven obsoletas a las empresas establecidas. El crecimiento no es mera acumulación, sino cambio apoyado en la acumulación, se necesita ahorrar e invertir, pero también crear.
Inclusivo versus extractivo
¿Cómo podemos emplear estos esquemas de análisis para definir lo que hay que hacer a nivel de políticas púbicas y empresas? El sistema de partidos políticos en Uruguay es fuertemente inclusivo, y es una de nuestras grandes fortalezas. Ahora bien, las instituciones políticas no solo incluyen a los partidos, sino también a las corporaciones empresariales y a los sindicatos. Veamos dos ejemplos.
Ejemplo 1. Todas las investigaciones indican claramente que el sistema educativo público amplía las diferencias sociales en vez de ser un factor de movilidad social ascendente de los menos afortunados, lo que conspira gravemente contra la generación de instituciones económicas inclusivas. ¿Por qué es esto? Porque los gremios docentes, en control de una institucionalidad política extractiva encapsulada (la educativa) han generado una institucionalidad económica (el proceso educativo) también de carácter extractivo.
Ejemplo 2. El país ha hecho grandes avances en materia de promoción de la innovación empresarial con la creación de la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación). A pesar de ello no hay grandes avances en materia de innovación a nivel de las empresas. ¿Por qué? Porque en la inmensa mayoría de los sectores productivos establecidos no hay emprendimientos que desafíen el statu quo. Nadie innova desde la comodidad y las empresas establecidas tienen una gran capacidad de represalia frente a emprendimientos que quieran incursionar en sus mercados. Las políticas de innovación necesitan ser políticas de emprendimiento, y los emprendimientos de más impacto no son en sectores de alta tecnología, sino aquellos orientados a la producción de los bienes y servicios que son el grueso de la actividad económica. La ausencia de destrucción creativa en nuestra economía es una preocupante evidencia de falta de inclusión económica.
Los emprendedores están ahí, como sostiene Baumol. Lo que se requiere es generar las condiciones que maximicen su impacto positivo en nuestra sociedad, para lo cual es inevitable combatir los privilegios que hacen que los intereses de algunos pocos estén por encima de los del resto de la sociedad.
Publicado en Café & Negocios, El Observador, 2012.

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