Los sueños utópicos desde la era industrial imaginaban a las máquinas al servicio del hombre, eliminando la necesidad humana de hacer labores manuales –robots limpian el piso o incluso ponen a dormir a los niños. Pero quizás las cosas  sean al revés: las máquinas sean las que coordinen a los hombres haciendo pequeñas tareas com si fueran una colonia.
Consideren el caso de Stephanie Hamilton, una trabajadora jamaicana que es parte de algo más grande que ella. Es parte de un programa informático.  Esta natuva de Kingston y otros empleados realizan tareas que les asigna un algoritmo que corre en una computadora en Berkeley, California. Este software, desarrollado por Mobile Works, representa la última tendencia en crowdsourcing: organizar trabajadores extranjeros a escala masiva para hacer trabajos que las computadoras todvía no dominan. 
Compañías como Mobile Works buscan ofrecer alternativas para reducir costos usando softwares que controlan detalladamente el proceso de trabajo, incrementando la eficiencia al tener múltiples trabajadores realizando la misma tarea. Según su fundador Anand Kulkarni, la meta es hacer que una multitud de trabajadores “se comporte mucho más como un recurso automático que como seres humanos poco confiables”. En cierta forma la idea es robotizar a los humanos y humanizar a los robots o a los programas informáticos. 
Será interesante observar hasta dond ellega esta tendencia, especialmente ante el incremento exponencial de la capacidad de procesar información de las computadoras, que coquetamente se acerca a la inteligencia artificial.