domingo, 12 de agosto de 2012

Vivir la diversidad

http://www.aiesec.org.ar/blog/2012/08/12/14-vivir-la-diversidad/ 


Uno de nuestros valores es vivir la diversidad. En general en AIESEC cuando pensamos en diversidad pensamos en personas de otras culturas y religiones que viven en países lejanos a los nuestros. Esto es natural porque somos una organización que genera oportunidades de prácticas laborales en distintos países del mundo, intercambios. Sin embargo la diversidad está mucho más cerca de lo que pensamos.
Muchas personas que viven en nuestra propia ciudad piensan y sienten diferentes, eligen estilos de vida diferentes.
Por eso en esta post del blog “Historias de Líderes” quería acercarles una entrevista que efectué en 2010 a la escritora Helena Modzelewski, quien gentilmente me relató como fue el proceso de creación de su novela “A su imagen y semejanza”.

A su imagen y semejanza – Una lectura obligada

Siempre se ve a la literatura como un portal que nos lleva a otra realidad. Muchas veces a otras tierras, a otros tiempos, a otro mundo. Y realmente Helena Modzelewski con “A su imagen y semejanza” logra transportarnos a otra realidad.

De forma amena, natural y desprejuiciada Helena Modzelewski nos presenta una realidad que coexiste a diario con todos nosotros. Basta salir a ciertas calles de nuestra ciudad para ver transexuales y travestis trabajando sexualmente, como único modo de subsistencia. Sin embargo siempre corremos la mirada y no pensamos qué cambiada y diferente sería la realidad de estas mujeres si la transfobia fuera seriamente combatida y erradicada en Uruguay y el mundo entero. Este libro les da voz, a través de la historia de diferentes chicas, a una minoría dentro de una minoría (el colectivo LGBTTTQ) que quiere y debe ser escuchada.

De lectura fácil y amena, este libro tiene como personaje central a un profesor de inglés novato que, por razones profesionales, entra en contacto con este mundo. Al tener una mirada ingenua, carente de prejuicios nos las muestra por quienes realmente son, devolviéndoles su humanidad frente a un lector que posiblemente tenga prejuicios respecto a estas personas. Asimismo este personaje sirve de conector de las historias de diversos personajes en el libro.

Cada uno de estos personajes revelará un aspecto diferente de la realidad transexual. Gabriel, el profesor termina descubriendo finalmente su identidad, convirtiéndose así no solo en escucha sino también en partícipe de estas historias. Es meritorio haber logrado con un tema tan duro, un bello equilibrio entre este submundo desconocido y la buena literatura.

La novela está basada en hechos y personas reales, siendo el resultado de muchas entrevistas en profundidad que la escritora efectuó entre 2002 y 2004. Sólo en el final la autora incursiona en la ficción, explorando ideas para crear un futuro mejor y más digno para ellas, que son excluidas por buena parte de la sociedad. Curiosamente las ideas que planteaba la autora en 2004 se están dando en el presente, con varios emprendimientos por parte de cooperativas de transexuales y travestis quienes, con capacitaciones y confección de diversos productos están intentando efectuar otro tipo de trabajos y abandonar el trabajo sexual como único modus vivendi posible.

Gentilmente Helena Modzelewski nos concedió una entrevista, para que pudiéramos adentrarnos en cómo fue el proceso de composición de la obra.

¿Cuál fue el puntapié inicial que te alentó a escribir literatura?

H.M.: – Inicié este camino al participar en una recopilación de cuentos, llamada “Memorias para armar”, en la cual se recogían testimonios de diferentes mujeres durante la época de la dictadura. Yo en esa época era una niña y consideré que mis recuerdos no eran lo suficientemente crudos como para lo que la publicación pretendía. Eso me inspiró a redactar de forma literaria la experiencia dela Socióloga MaríaLuz Osimani durante este período. Al leérsela, se emocionó diciendo que yo podía darle voz a tantos que no la tienen, a través de la literatura.

Pero ¿por qué el tema transexualidad habiendo tantos otros temas más populares que también merecen notoriedad y atención?

H.M.: – Me pasó como a Gabriel, el personaje de la novela. Al igual que en el libro, algunos años después, María Luz me pidió que le hiciera de intérprete inglés-español en una entrevista. El encuentro era entre chicas trans y unas médicas estadounidenses con el propósito de generar un intercambio para campañas de prevención del VIH-SIDA. Al entrar en contacto con estas personas me di cuenta de lo rico de su humor. Hablando con ellas incluso me distraía y no traducía al inglés lo que ellas decían, por el asombro que me generaba. Al igual que Gabriel, mi mirada era sumamente ingenua.

¿Cómo siguió el proceso a partir de este primer contacto con estas chicas transexuales?

H.M.: – Yo estaba decidida a escribir sobre este tema. Sin embargo fue muy difícil conseguir el nexo por resquemor a cómo utilizaría la información que las entrevistas me proveyeran. Debía probar mi seriedad y respeto por la temática. Asimismo tal vez mi apariencia convencional les trasmitía una imagen pacata de mi persona y eso me complicara generar ese nexo. Sin embargo, con insistencia logré una entrevista con Gloria, la presidenta dela ATRU(Asociación de Travestis del Uruguay).

¿Y cómo fue el encuentro?

H.M.: – Fue una entrevista larga y tan rica de información que yo no podía al principio idear una forma de incluir tantas cosas diferentes en un relato. Por eso el cuento basado en la entrevista con ella va hacia el pasado, hablando de las primeras experiencias homosexuales de ella, volviendo hacia el presente y tratando temas complicados como el doloroso y resignado convencimiento de que sus parejas tarde o temprano las van a abandonar por mujeres reales, planteándose así el debate de ¿qué es y qué no es una mujer?

¿Fue complicado obtener el consentimiento de otras chicas para ser entrevistadas?

H.M.: – Terminar el primer cuento con las experiencias de Gloria fue la entrada para poder entrevistar a otras chicas. Y yo lo sabía… mientras redactaba ese cuento mi nerviosismo era tal que no podía ni dormir prácticamente. Pero, al leérselo una vez terminado, su reacción fue favorable. Se emocionó con el cuento lo que me abrió las puertas para poder entrevistar a otras chicas.

¿Cómo se dio la transición de una recopilación de cuentos a la novela que finalmente “A su imagen y semejanza” es?

H.M.: Discutiendo con amigos conocedores de literatura se llegó a la conclusión de que una serie de cuentos sobre el tema hacían perder la fuerza emotiva que la historia podría llegar a tener. Así fueron surgiendo ideas de cómo aglutinar estos cuentos tan dispares, y estos caminos transitados tan diferentes. Una de las ideas fue incorporar un bar en la historia donde estas chicas se juntaran, pero con mi desconocimiento sobre las realidades y diálogos que se dan en un bar de las características que ellas frecuentan, incluir esto implicaba una segunda investigación sobre este tema. Ya investigar toda la realidad de las chicas había sido un proceso arduo como para añadir otro y tener ese bar en la novela. Entonces un chico gay me pidió ser entrevistado y como no supe decir que no, accedí. Es allí que aparece una de las historias más interesantes y el componente religioso en la novela. Este hombre había experimentado un rito religioso para tratar de convertirse en heterosexual. Es allí que aparece el relato anónimo que atraviesa toda la novela, cuya identidad se revela solamente al final. También se me ocurrió introducir un personaje que contara, en parte, la historia de lo que yo había vivido al conocer a las chicas. Así se me ocurrió crear al personaje de Gabriel, que como yo es profesor de inglés, pero muy joven, porque si la mirada desde donde iba a contar las historias era bastante ingenua, sería más creíble si fuera un personaje joven.  Así surgió Gabriel, una mezcla entre yo misma y alguien más, que al final de la novela se revela.

Tras la publicación de la novela ¿cómo fue el proceso de publicidad y ventas de la misma?

H.M.: – La editorial estaba muy convencida del producto y por ello se publicaron 1000 copias, cuando lo recomendado para material primo es 500 porque las ventas, con suerte van a ser de ese número y siempre muchas van a quedar para vender. Sin embargo se pensó que  debido a diversos factores, como una intensa aparición en los medios, iba a generar mucho interés por parte del público. Pero ni sectores conservadores de la sociedad reaccionaron, ni la gente lo compró de forma masiva. Incluso en su momento fue promovido en Buenos Aires, pero quedaron muchos ejemplares restantes que decidí donar a grupos que trabajan con la temática, por lo que la novela va a seguir siendo leída.

Entonces ¿ves como un fracaso comercial a la novela?

H.M.: – Al principio sí lo vi como un fracaso pero ahora que ya pasaron unos años lo analizo y fue un éxito. Se vendieron 400 copias en Uruguay, lo cual para un autor novel es un éxito, más tratándose de un tema como éste. La gente uruguaya es muy pacata y es complicado ir a una librería y pedir “la novela de las travestis”. Incluso he tenido casos de conocidos que me han pedido para comprarme la obra personalmente pero que no se animaban a ir a la librería y pedirla. Quizás por miedo al que dirán, a por qué leo esa novela de travestis. Pero ¡es una novela! Nadie se va a convertir en travesti por leer una ficción. El impacto de la novela es individual, las personas que la han leído y que me han contactado han dicho siempre cosas positivas al respecto. Homófobos que ya no lo son tanto, señoras “de bien” que se compadecen y dejan de señalar con el dedo… Son todas experiencias de las que me siento orgullosa.

Me llamó la atención la tapa de la novela, con inspiración en el expresionismo, en el fauvismo de Henri Matisse, evocando cuadros como “Le chambre rouge” (en español Armonía en Rojo). ¿Qué recursos utilizaron para crearla?

H.M.: – Una de las entrevistadas nos facilitó fotografías para que utilizáramos en el diseño de la tapa. Sin embargo no podíamos mostrar la foto explícitamente, porque la identidad de las entrevistadas debía ser resguardada, por lo que se realizó un trabajo en negro, destacando esos ojos dibujados y esa boca roja. Igualmente no todas las críticas de la tapa fueron buenas. Fito Galli por ejemplo cuestionó que utilizara esa imagen y me dijo que le pareció la tapa más terraja que había visto. Me dio mucha risa y a la vez me dejó mortificada la opinión de ese artista al que tanto admiro. Pero finalmente me convencí de que la cubierta me sigue gustando mucho.

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