jueves, 27 de diciembre de 2012

Aprenda a esperar

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Por: Eduardo Kastika - @EduardoKastika
1. Producir e incubar 
Los dos principios clásicos de la creatividad son ladivergencia (generar, producir, experimentar) y la convergencia(elegir, sintetizar, organizar).
Hay miles de analogías que representan estos principios.
Una es la dinámica existente en entre los pujos y la dilatación en un parto: fuerza y relax, empuje y espera, producción e incubación.
"Convergencia" no es lo mismo que "incubación". Pero ambas ideas se parecen en tanto complementan a los momentos que identificamos con el "torrente" creativo.
2. ¿Cuándo estamos creando?
La imagen común de quien crea es la del momento de la producción: un pintor pintando, un músico componiendo, un escritor escribiendo.
Pero el pintor también está creando cuando está inmóvil frente a la tela en blanco. Esperando la inspiración. O no esperando nada. Simplemente estando inmóvil.
Esa espera es parte del proceso creativo, no es una pausa en la creación que hay que esperar que se termine para volver a crear. Sin espacio para la incubación no hay profundidad creativa.
En la vida de quien crea hay varios momentos en donde, teóricamente, “no pasa nada” y hay que esperar. Nos gusta verlos como momentos en donde se incuban cosas o, también, momentos de "eco acción".
3. ¿Qué hacemos cuando "no estamos creando"?
Lo más común es comprender a esas pausas como momentos en donde se incuban ideas. El autor con la hoja en blanco esperando que las ideas lleguen.
Pero también se incuban cosas más importantes.
Hay momentos en los que los creativos tienen montones de ideas pero no tienen “ni la más mínima idea” de para qué van a usar esas ideas.
Es que están incubando una dirección, están incubando un rumbo, están esperando a que todas esas ideas se integren en un proyecto que las potencie.
4. Todo llega
Una de las cosas que también se incuban es el aplauso del público.
El aplauso del público, así como las ideas y los proyectos, no es algo que llegue con sólo “empujar”. Hay que pujar, pero también hay que esperar. Una espera activa, creativa, constante.
Si el creativo hace lo suyo y no desiste, y no se traiciona a sí mismo… el aplauso llega.
Conclusión: no sólo se crea produciendo. Si no hay espacio para la espera, no hay profundidad creativa.

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