Probablemente hay un exceso de innovación retórica.Es habitual la sobreactuación entre algunos
líderes de compañía que se llevan constantemente la innovación a la boca pero no le dedican ni un minuto
de su agenda. También en algunos políticos que no hablan de otra cosa pero ni se les pasa por la
cabeza aplicar seriamente la innovación a las administraciones públicas. Los retóricos de la innovación
se caracterizan por presentarla como de una facilidad extraordinaria. Es curioso como gente que nunca
ha arriesgado ni un céntimo de su bolsillo habla con una soltura total de lo natural que es que arriesguen
los demás. Creo que los que nos sentimos a pie de obra de la innovación no la encontramos para nada
fácil, en mi caso, cada día me parece más difícil. La capacidad de liderazgo, la disposición de talento
que combine creatividad y sentido de la ejecución, el compromiso de las unidades de negocio para hacer
un hueco a innovaciones radicales en su agenda del día a día, no son vectores fáciles de implementar.
No son imposibles, pero fáciles tampoco.
Pero tanto la innovación como el emprendimiento, sin ser la última frontera ni el fin de la historia, son
mucho más que modas. Y una vez pasada su fase más snob y retórica quedarán como una forma básica
de despliegue de las organizaciones y los territorios. Y entonces, cuando no sonarán a novedad se
percibirá con claridad lo que era auténtico de lo que era simplemente seguidismo superficial. Al final,
quedan las trayectorias solventes y los resultados. Entre tanto, paciencia con la retórica de la innovación
y el emprendimiento y algunos de sus evangelizadores que nos hacen más mal que bien. Por suerte, cada
día tenemos más ejemplos de empresas que pasaron de la fase retórica de la innovación a la fase
de resultados. En éstos debemos fijar nuestra atención mientras dejamos al coro de la retórica de ruido
de fondo. Soy optimista con la innovación y el emprendimiento basados en resultados, pero no iluso,
porque de fácil no tienen nada. Nuestro gran reto cuando trabajamos con una empresa es que la
innovación se note en la cuenta de explotación. Y nuestro gran reto cuando emprendemos es que
nazcan empresas que crezcan y creen ocupación.
(la imagen pertenece a una obra de Andrea Mantegna)
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