The brain is designed to design realities. If you operate your own brain skillfully, you 
         
    can learn to 
design your own realities, learn how to communicate in the language of the brain: electrons and photons.- Tim Leary 
Hace algunos años se creía que el cerebro era un sistema relativamente estático –nuestras
 conexiones neurales podían desligarse y nuestras neuronas destruirse pero no transformarse, 
regenerarse o formar nuevas conexiones sinápticas. Esta creencia hizo que muchos creciéramos 
bajo un extraño paradigma en el que se nos decía que debíamos de atesorar nuestras neuronas 
–porque jamás podríamos recobrarlas–; y en este sentido ingerir drogas era un acto severo,
 contranatura, digno de la más abyecta estupidez. Bajo esta impronta uno incluso podía
 experimentar una nostalgia por neuronas perdidas, una especie de efecto de miembro fantasma 
entre los tallos neurales de flores decapitadas.
Evidentemente el daño cerebral es una realidad –pero es una realidad dinámica y reversible.
 Pero por suerte para aquellos que exploraron quizás un poco demasiado las dimensiones
 psiconáuticas, también es una realidad la neuroplasticidad –la capacidad de
 transformarse estructuralmente que tiene el cerebro adulto– y la neurogénesis –la capacidad que
 tiene el cerebro adulto de regenerar células o generar nuevas neuronas. El cerebro se comporta 
como un sistema abierto (por no decir holístico) que puede ser cincelado lo mismo por estímulos 
químicos que por estímulos emocionales o meméticos  y nuestras neuronas, particularmente
 las del hipocampo y la zona subventricular, son como salamandras que transmutan en 
el fuego eléctroquímico de la sinapsis.
Investigación científica reciente muestra que la neurogenésis y la neuroplasticidad podrían tener 
un papel importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así como ser un factor
 vital en la reducción del estrés y en el tratamiento de la depresión. Un estudio incluso sugiere que
 nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la plasticidad  –por el movimiento dinámico de 
nuestras neuroconexiones– más que por la química.
Emerge un nuevo paradigma, un nuevo mapa –y el mapa no es el territorio porque el territorio
 se está moviendo siempre. La neuroplasticidad sugiere que las conexiones individuales en el 
cerebro están siempre recreándose, según cómo se usan. En inglés se dice “neurons that fire
 together, wire together”/”neurons that fire apart, wire apart” (las neuronas que disparan al mismo
 tiempo se conectan entre sí, las que disparan o se encienden por separado conectan 
aparte). Esto significa que constantemente están emergiendo nuevas relaciones sinápticas, nuevos
 mapas corticales  –colectivos que desempeñan funciones específicas pero que pueden estar 
separados. La sinfonía cerebral actúa de manera global, continentes aparentemente inconexos
llegan a sicronizarse para ejecutar operaciones complejas al unísono.
La capacidad neuroplástica del cerebro puede ejemplificarse en el desarrollo de la 
capacidad de ecolocación que algunas personas ciegas logran recableando su cerebro. 
Resonancias magnéticas muestran que estas personas adaptan áreas de procesamiento visual 
para esta nueva habilidad de ecolocación, en la que intervienen áreas de procesamiento auditivo.
De la neuroplasticidad y de la neurogénesis surge la posibilidad de tomar control de los procesos
neurales y, como si nuestro cerebro fuera una etérea plastilina, esculpir estados mentales de diseño. 
Según Michael Merzenich, uno de los pioneros en el campo de la neuroplasticidad, los ejercicios 
mentales pueden ser tan útiles como las drogas para tratar padecimientos tan severos
 como la esquizofrenia(pero, ¿quizás la gimnasia mental podría curar no sólo enfermedades
 del cerebro sino de todo el organismo?). De este nuevo acercamiento se atisba toda una 
gama de posibilidades: la dirección de orquestas neurales, el self-hacking, la reingeniería de 
neuronas y la manipulación de mapas corticiales para el aumento de funciones específicas o, po
r supuesto, para la sanación de daño cerebral — así que nunca es demasiado tarde para hacer 
de tus neuronas, especialmente de los astrocitos, vitales en la neurogénesis, nuevas y
 brillantes constelaciones en tu propio firmamento.
1. Ejercicio físico
Un estudio realizado por el Dr. Kwok Fai
 So de la Universidad de Hong Kong
 mostró un correlación entre 
personas que solían correr
 frecuentemente y la 
neurogenésis. “Investigación ha 
demostrado que el ejercicio puede 
mejorar el estado de ánimo y la 
cognición y también se ha demostrado
 que un déficit en la neurogénesis adulta puede resultar en una depresión”. El estrés, 
especialmente la depresión, llegan a encoger el hipocampo –una de las zonas en la que
ocurre la neurogénesis. Científicos creen que existe una relación entre el ejercicio, y en general 
aquello que reduce el estrés, con la neurogénesis.
 2. Meditación
Uno de los líderes en el campo de la investigación neurocientífica de la meditación, el Dr.
Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, ha estudiado lo que llama “la respuesta de relajación”,
 la cual induce una serie de cambio bioquímicos en el cerebro. Benson sugiere que la
 meditación renera células cerebrales, de esta manera reduciendo el estrés.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oregon indica que la técnica de 
meditación conocida com IBMT (entrenamiento integral de mente cuerpo) puede facilitar la 
neurogenésis.
3. Comida /Antocianinas
Consumir antocianinas, pigmentos hidrosolubles que pueden encontrarse en las zarzamoras,
 arándanos, frambuesas y hasta en el vino, parece tener propiedades neuroregenerativas. Comer 
este tipo de moras silvestres es recomendado para prevenir el Alzheimer y podría tener un efecto 
positivo en la función del hipocampo.
Otros alimentos que se cree podrían fomentar la nuerogénesis son los alimentos ricos en 
Omega-3 o fitonutrientes como la oroxilina.
4. Reducción de calorías /ayuno
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science muestra que la restricción de calorías 
produce estados favorables para la neurogénesis: ratas a dieta crecieron nuevas neuronas
en el hipocampo.
Diferentes tradiciones, particularmente en Oriente, hablan sobre la importancia de celebrar 
ayunos con cierta regularidad para restaurar las funciones corporales y cognitivas. Es posible 
que una ciencia del ayuno pueda llevar a la neurogénesis.
5. Tener (mucho) sexo
Como hemos visto la neurogénesis –y en general la salud– está ligada a la reducción del 
estrés y a promoción de la relajación –la salud es tranquilidad en movimiento. Evidentmente
uno de los actos que mayor reduce el estrés –en diversas capas– es el sexo.
reduce la neurogénesis adulta y restringe la arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación 
tiene el efecto opuesto, y promueve la generación de nuevas células cerebrales.
“Ratas adultas fueron expuestas a una hembra sexualmente receptiva una vez (aguda) o 
una vez diariamente por 14 días (crónica) y se midieron sus niveles de circulación glucorticoide… Los resultados mostraron que experiencias sexuales agudas incrementaron los niveles de circulación 
corticoide y el número de neuronas en el hipocampo. La experiencia sexual crónica dejó de 
producir un incremento en los niveles corticoides pero continuó promoviendo la neurogénesis y 
estimuló el crecimiento de la espinas dendríticas y la arquitectura dendrítica. La experiencia sexual 
crónica también redujo el comportamiento relacionado con la ansiedad”.
6.  Fotoestimulación /casco de luz infrarroja
Uno de los campos de investigación más interesantes pero menos probados es el de la 
estimulación de ciertas zonas cerebrales a través de la luz o el magnetismo.  Las populares 
máquinas de luz y sonido –LEDs programados a cierta frecuencia para emular ondas cerebrales y 
sonidos binaurales– llegan a generar estados similars a la meditación por lo cual podrían también 
inducir estados de neurogénesis. El incipiente campo de la medicina biomagnética, basada en 
los pares magnéticos descubiertos por el Dr. Isaac Goiz, es un novedoso tratamiento para
 diferentes enfermedades, incluyendo la depresión y quizás podría estimular las células del 
cerebro a regenerarse.
Un casco desarrollado por  el Dr Gordon Dougal, de la empresa Virulite, sostiene revertir la
demencia senil, regenerando neuronas  a través de la estimulación de luz infrraroja.

7. Ayahuasca/antidepresivos
Se sabe que algunos antidepresivos,  inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, 
facilitan la neurogénesis. Sin embargo, producen numerosos efectos secundarios, entre ellos
la falta de libido (lo cual resulta un tanto contradictorio). Una alternativa a esto parece ser la
ayahuasca, el cada vez más popular brebaje medicinal psicoactivo del Amazonas, utilizado con
particular efectividad en el tratamiento de adicciones pero que podría tener aplicaciones incluso 
en la cura de enfermedades como el cáncer.
A diferencia de los antidepresivos, la ayahuasca, una medicina que algunos llaman un 
psicointegrador, ofrece una experiencia integral en la que los beneficios químicos son 
complementados por beneficios emocionales y hasta espirituales que redondean el tratamiento 
y permiten una asimilación más profunda.
Estudios con personas que han tomado ayahuasca por un periodo sostenido de tiempo 
muestran una mayor recaptación de serotonina. Según la investigadora Jace Callaway, esto
se podría deber a la tetrahidroharmina que contiene la ayahuasca. Luego de dosificarse con esta
 molécula por seis semanas, y  realizarse una tomografía computarizada por emisión de
fotones individuales, descubrió un incremento en su recpatación de serotonina, algo que disminuyó
 cuando la dejó de utilizar.
Otro estudio, realizado por  Stuckey y Echenhofer en el California institute of Integral Studies, 
mostró que la ayahusca incrementa la coherencia en la banda de ondas gamma. Según el Dr.
Luis Eduardo Luna: “La coherencia es una medida de la similitud del electroencefalograma en 
dos sitios distintos y puede considerarse una medida de comunicación entre dos regiones del 
cerebro. Una hipercoherencia distribuida ampliamente parece razonable dado los intensos y
sinestéticos fenómenos que suelen ocurrir durante una experiencia de toma de ayahuasca”. 
Esta misma alta actividad de coherencia gamma ha sido observada en monjes zen en estados 
profundos de meditación.
Existen ciertamente otras opciones que no alcanzamos a cubrir aquí. Entre ellas la
 neurogénesis provocada por ambientes estimulantes –algo que ha sido demostrado en ratas.
Ejercicios mentales orientados al aprendizaje, juegos de memoria y terapias alternativas como
 la hipnosis. Algunas otros psicodélicos, como la psilocibina, también de la familia de las 
triptaminas, como el DMT (ingrediente activo de la ayahuasca y molécula similar a la 
serotonina) o la ketamina, han sido utilizados prometedoramente para tratar la depresión, y 
como hemos visto existe posiblemente una relación entre las cosas y las sustancias que logran 
combatir la depresión y la regeneración neuronal. 
A considerarse también está la filosofía y la religión, en general un sistema de ideas y creencias 
puede llevar, siendo el cerebro tan maleable, a un estado de “bienaventuranza” neuronal (o 
de neuro-gnosis). Estados de éxtasis religioso han sido supuestamente reproducidos en el
laboratorio por el Dr. Michael Persinger, con su llamado “casco de dios” (estimulación transcraneal).
 Pero lo más interesante de esto sería ensamblar un sistema ideológico funcional a la
 manera de un autoplacebo, un placebo consciente de ser placebo, capaz de generar
 neuronas a sabiendas de que las neuronas se generan cuando uno piensa ciertas cosas 
–como por ejemplo en constelaciones brillantes de neuronas que se disparan unánimes llenando 
el espacio de filamentos de luz entrelazados como la alarma de un museo, en una inteligente 
acupuntura digital.
Twitter del autor: @alepholo