La profesora Amy E. Blitz, de Babson College, pasó por la chilena Universidad del Desarrollo para dar clases de gestión e innovación estratégica, instancia en que América Economía habló con ella sobre cuatro aspectos importantes en el mundo del emprendimiento y la innovación.
Autor: Daniela Arce
Cada vez son más los emprendedores en América Latina. Proyectos como Start-Up Chile, iNNpulsa Colombia y aceleradoras con alcance regional y global, como Wayra y Endeavor, respectivamente, son catalizadores de negocios liderados por emprendedores que no sólo han buscado en estas organizaciones recursos económicos, sino también orientación para levantar con éxito los proyectos.
En medio de la necesidad de debatir sobre innovación y emprendimiento, la académica de Babson College, Amy E. Blitz, quien realizó clases de gestión e innovación estratégica, durante su visita a la Universidad del Desarrollo (UDD), en Chile, habló conAmérica Economía acerca de algunos aspectos fundamentales -tanto para emprendedores como para el mundo empresarial- para la generación de proyectos novedosos dentro y fuera de una empresa.
1. Celebrar el fracaso:
Es fundamental que los emprendedores sepan escuchar, trabajar en equipo, ser creativos y tolerar la frustración, sobre todo, cuando las cosas no suceden como se han planificado. Aprender a levantarse tras un fracaso es necesario, dice Blitz, por que “se tiene que reconocer como un paso crítico en el camino hacia el éxito”. Y no sólo eso, sino que también “honrarlo y aprender de este”.
También es importante que no sólo los emprendedores comprenda esto, sino los gobiernos, organizaciones, CEOs, inversores y legisladores.“Cualquiera que en la sociedad no entienda esto, sino que castigue el fracaso, asfixiará la innovación antes de que esta pueda nacer”, dice la académica.
Fotografía: Amy T Blitz.
2. Desarrollar capacidades:
Si bien, todavía persiste la discusión acerca de si los emprendedores nacen o se hacen,es cierto también que nunca está demás algo de capacitación. En un equipo de emprendedores, siempre hay varios perfiles, algunos más conocedores del negocio y otros más carismáticos. Por ello, en varios concursos de emprendimiento se asesora a los concursantes, de manera que puedan mejorar sus presentaciones y enfoques.
Blitz compara esta necesidad de formación con la preparación de los atletas. “Un deportista puede estar dotado como corredor desde su nacimiento, pero sin el entrenamiento adecuado, el equipamiento, la experiencia, los habilidades analíticas, y el continuo mejoramiento, probablemente no alcance todo su potencial. Todo el campo de los deportes como ciencia ha evolucionado tanto en las últimas décadas, que el atleta naturalmente dotado de hace 50 años probablemente no podría llegar muy lejos hoy sin entrenamiento”.
3. El CEO innovador:
Es claro que aferrarse al pasado no es la mejor estrategia para los negocios, sobre todo, para los que se supone quieren mantenerse vigentes. Por ello,“el mejor CEO es el que entiende el contexto en el cual compite la compañía, desde el entorno macroeconómico hasta el político, pasando por los cambios tecnológicos, demográficos, de gustos, la competencia, los suministradores, las barreras burocráticas, etc”. También es importante que entienda el alcance de la innovación y se encargue de solicitar los recursos humanos y económicos para proyectos innovadores.
“Puede ser muy difícil lograr este pivoteo por varias razones, tales como equipos estancados o intereses internos, inversiones a largo plazo o bienes en riesgo, la influencia de determinados inversionistas, la existencia de clientes que no quieren un cambio, suministradores que no están aún listos para la transformación, y muchas otras.Pero donde esto sucede, un liderazgo visionario es esencial”, dice Blitz.
4. El “Ecosistema de Innovación”:
Mientras algunos postulan que la innovación es crear valor, de forma de anticiparse a las necesidades de las personas, mediante innovaciones evolutivas o disruptivas, para otros no es más que crear algo, sin necesariamente marcar una tendencia.
Las diversas opiniones al respecto crean vacíos a la hora de evaluar qué es o no innovación. Para Blitz, definir qué se entiende por innovación puede ayudar en el debate, pero claro está, la respuesta no es sencilla. “¿Se trata simplemente de innovación de un producto, como por ejemplo el primer iPod, o puede ser algo más que eso? He observado innovación aplicada a modelos de negocio, a operaciones y diseño organizacional”, dice la académica, quien además destaca la innovación organizacional como crucial, por permitir la colaboración desde distintos puntos geográficos, otorgando a las compañías acceso a los mejores recursos, pese a la distancia, o a lo interno de la organización.
“Son los casos de las grandes farmacéuticas, la industria biotecnológica y la academia. Esta área de rediseño organizacional ha creado lo que veo como 'Ecosistemas de innovación', un nuevo tipo de enfoque organizacional a la innovación que va más allá del viejo, más lento y a menudo más costoso modelo de I+D meramente interno”, continúa.
La académica destaca el surgimiento de varios ecosistemas de este tipo en Cambridge, Massachusetts, donde se congrega talento emprendedor, científico y tecnológico. Pero esta clase de escenarios son complejos, y como tales no son fáciles replicar. Es necesario, en parte, “redefinir cómo pensamos la innovación, al expandir las fronteras desde donde miramos esto. Todo nos puede ayudar a continuar evolucionando, mejorando y progresando en las maneras que rebasan el desarrollo simple de nuevos productos”, dice Blitz.
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