Durante los últimos años han aparecido una serie de índices que analizan la felicidad de los países utilizando factores muy diferentes a aquellos que solían utilizarse para medir el avance de un país. El más célebre de todos ellos seguramente sea el Happy Planet Index realizado por la NEF (New Economics Foundations), aunque a él se han añadido otros como el Social Progress Index, un proyecto del profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard Michael Porter.
A ellos hay que sumar ahora el primero de estos índices realizado desde España y que, a diferencia de los anteriormente citados, alude a la felicidad individual de cada persona: el índice Pemberton, un proyecto de Gonzalo Hervás, profesor de psicología en la Universidad Complutense de Madrid, y Carmelo Vázquez, presidente electo de la International Positive Psychology Association (IPPA) y catedrático de la Universidad Complutense. Dicho trabajo, realizado a lo largo de los últimos cuatro años, ha sido revisado y validado por los comités científicos de diferentes revistas hasta su publicación definitiva en las páginas de Health and Quality of Life Outcomers. También ha sido presentado en congresos como el de la European Conference of Positive Psychology, que tuvo lugar en Copenhague en 2010, o el Primer Congreso de Psicología Positiva en Madrid, celebrado el año pasado.
Cómo medir la felicidad
El índice tiene como objetivo la medida del bienestar a partir de once variables que aluden al llamado “bienestar recordado”, más relacionado con las emociones, así como otras diez que se refieren al “bienestar vivido”, que hace referencia a esos acontecimientos ocurridos el día anterior que pueden influir de manera positiva o negativa a la felicidad de la persona. Según señala la investigación, la conjunción de ambas dimensiones permite averiguar de manera bastante acertada el bienestar de quien responde al cuestionario. Los autores han realizado la encuesta a participantes de 16 a 60 años de nueve países diferentes (Alemania, India, Japón, México, Rusia, España, Suecia, Turquía y Estados Unidos), en siete idiomas distintos.
Los acontecimientos del día previo juegan un papel importante en este índiceComo indica el estudio, la mayor parte de este tipo de investigaciones se fijan en los aspectos “recordados” de la felicidad, que en algunos casos pueden estar determinados por lo cultural, dejando de lado lo experiencial. Esta dimensión se refleja en algunas de las preguntas que intentan abordar este problema, y que son las siguientes: “me sentí satisfecho de algo que hice ayer”; “en algunos momentos me sentí desbordado”; “pasé un rato divertido con alguien”; “me aburrí durante bastante tiempo”; “hice algo que realmente disfruto haciendo”; “estuve preocupado por temas personales”; “aprendí algo interesante”; “pasaron cosas que me enfadaron mucho”; “me permití un capricho” y “me sentí menospreciado por alguien”. Los participantes debían responder a dichas cuestiones de manera afirmativa o negativa.
El cuestionario se complementa con una lista de 11 cuestiones sobre la felicidad recordada que han de valorarse en una escala del 1 al 10. Estas son: “me siento muy satisfecho con mi vida”; “tengo la energía necesaria para cumplir bien mis tareas cotidianas”; “creo que mi vida es útil y valiosa”; “me siento satisfecho con mi forma de ser”; “mi vida está llena de aprendizajes y desafíos que me hacen crecer”; “me siento muy unido a las personas que me rodean”; “me siento capaz de resolver la mayoría de mis problemas del día a día”; “creo que en lo importante puedo ser yo mismo”; “disfruto cada día de muchas pequeñas cosas”; “en mi día a día tengo muchos ratos en los que me siento mal” o “creo que vivo en una sociedad que me permite desarrollarme plenamente”.
La importancia de identificar la felicidad
Este índice ha sido aceptado por la comunidad científica puesto que complementa a aquellos que se habían aceptado hasta la fecha, como el de Ed Diener y Sonja Lyubomirsky. Como recuerdan Hervás y Vázquez en el preámbulo del estudio, “dada la centralidad de la felicidad en la vida de la gente, su medida es no sólo una manera de evaluar los sentimientos humanos y las capacidades psicológicas, sino tambiénuna parte central de los modelos comprehensivos de la salud psicológica”. Una medición correcta del bienestar personal sería el atajo perfecto para que la medicina interviniese en el momento y manera oportunos.
El cuestionario intenta abordar la felicidad desde todos los puntos de vista posiblesLos autores recuerdan que la mayor parte de investigaciones habían puesto de manifiesto la importancia de, sobre todo, dos formas de conceptualizar la felicidad: la hedonia y la eudamonia. La hedonia se centra en la satisfacción vital y la importancia de los componentes afectivos, mientras que la eudamonia se preocupa por la realización personal y un funcionamiento psicológico óptimo. A ellas se les ha añadido recientemente una visión más social del asunto, que pone de manifiesto la importancia de la estructura de la comunidad y de la sociedad como determinante de la felicidad del individuo. Los autores han querido ir más allá y sintetizar todas las visiones proporcionando uno de los cuestionarios más completos hasta la fecha.
El resultado es el PHI, el Pemberton Happiness Index, definido como “una breve medición de la felicidad general que incluye tanto la felicidad recordada como la experimentada”. Hay dos componentes en esta escala. Por una parte, la referida al bienestar social, eudemónico y hedónico, que comprende las once preguntas de valoración del 1 al 10, y por otra, la que resulta de la suma de positivas experiencias y la ausencia de negativas. Todo ello, con una vocación transcultural que permite obviar las particularidades de cada país y aspirar a una visión más global de la felicidad.
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