En los últimos años hemos vivido un empuje de la actividad emprendedora. Emprender está de moda. Los medios de comunicación, la academia y los empresarios le han dado un espacio destacado a emprendedores.
De acuerdo a los datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de los últimos años, Uruguay es uno de los países más emprendedores por oportunidad de la región y todo el mundo no hace más que hablar, estimular y ponderar la iniciativa emprendedora de la sociedad. Pero esto no solo pasa en nuestro país, el mundo está hablando de emprender.Posiblemente esta situación tenga mucho que ver con la crisis del sistema financiero mundial y el descreimiento del sistema político por casos de corrupción que acompañan la crisis económica en los países del norte. Por lo que los emprendedores han pasado a ser los nuevos héroes del sistema económico, como auténticos creadores de valor para la sociedad y fuente de esperanza para el futuro.
Pero la sociedad quiere más. La nueva vedette del ecosistema emprendedor son las mujeres. En Uruguay hay un claro desbalance entre la actividad emprendedora femenina en relación a la masculina (según datos del GEM 2012, la tasa de actividad emprendedora femenina fue del 10% mientras que la masculina el 20%), y esto es reflejo de lo que está pasando en muchas otras economías. Es por ello que en varios países se están creando estímulos e iniciativas para promover la actividad emprendedora femenina. Las escuelas de negocios, los gobiernos y las empresas privadas están generando espacios para estudiar, entender la problemática específica de este grupo de la sociedad y sortear los obstáculos que se les presentan. Ejemplo de ello, es que recientemente en Uruguay se lanzó el Programa “Más Emprendedoras” que busca promover la creación y el desarrollo de empresas manejadas / con mujeres al frente por mujeres en Uruguay, liderado por Endeavor Uruguay y BID: FOMIN.
Las mujeres en el mundo emprendedor
Los datos del 2012 indican que 126 millones de mujeres están emprendiendo en nuevos negocios en el mundo, mientras que 98 millones están liderando empresas ya establecidas. Por primera vez en la historia, en siete países la tasa de actividad emprendedora femenina es superior a la masculina (Panamá, Tailandia, Ghana, Ecuador, Nigeria, México y Uganda). Estas mujeres no solo crean puestos de trabajo para ellas mismas, sino que también emplean a otros, planean crecer y están activamente innovando con nuevos productos y servicios, generando valor para toda la economía.Si miramos los resultados de años anteriores, existe una tendencia estable de creación de empresas lideradas por mujeres en la mayoría de las economías, con una participación en todos los sectores industriales, y en muchos países también aumentó la intención empresarial entre las mujeres. Pero esto no es suficiente, la sociedad les exige más.
El perfil del emprendimiento femenino
Los resultados del GEM 2012 muestran que las mujeres están más concentradas en los sectores de consumo y servicios en relación al resto de los sectores. No hay una gran concentración en rangos de edad, la cantidad de emprendedoras en el tramo de 18 a 34 años es igual al de 35 a 64 años. Y el tamaño de las familias de mujeres emprendedoras es igual al de las familias de hombres emprendedores (con tres a cinco integrantes en promedio). Por otra parte, las mujeres tienden a ser más innovadoras que los hombres.A su vez, las mujeres suelen estar más motivadas por necesidad (es decir, porque no tienen opciones laborables) que por oportunidad (como sinónimo de aprovechar una oportunidad que se les presenta). Tienden a tener una menor percepción de la existencia de oportunidades para emprender en su entorno más cercano. Y, en todos los países sin distinción, tienen menos confianza en la percepción de sus capacidades para empezar nuevos negocios. Finalmente, suelen tener más miedo al fracaso.
En general las mujeres están más frenadas a hacer crecer sus negocios. En América Latina más de la mitad de los emprendimientos liderados por mujeres no tienen personal contratado. Mientras que en Europa más del 80% sí lo tienen. Esto está muy relacionado con el hecho de que que las proyecciones de crecimiento en los emprendimientos liderados por mujeres son muy menores respecto de los hombres y no planifican conquistar nuevos mercados.
Las principales barreras a la hora de emprender o de crecer en sus negocios actuales no son la familia, sino la dificultad para acceder a recursos o la falta de confianza.
¿Y eso qué implica?
Preocupa la enorme incidencia de los emprendimientos unipersonales. En general este tipo de emprendimientos tienen muchas más dificultades que en equipo, por no tener todas las habilidades o recursos necesarios para todas las etapas del emprendimiento, entre ellas el crecimiento y las posibilidades de acceder a recursos. Por otra parte, el gran foco en servicios hace cuestionarse si todo el potencial emprendedor está en uso, ya que el sexo de la persona no limita en las aptitudes de acuerdo al sector de actividad.¿Qué hacer al respecto?
Existe una importante correlación entre la percepción de las mujeres sobre lo que significa emprender y su incidencia de ese grupo en la Tasa de actividad emprendedora. En aquellas economías donde hay más percepción de oportunidades para mujeres, donde las mujeres demuestran tener más autoconfianza, mayor percepción de habilidades y mayor formación, es donde la tasa de actividad emprendedora femenina es más alta.Se ha detectado que existen determinadas prácticas que ayudan a que esto sea posible: la importancia de desarrollar redes de contención, que implican mentoras y Role-Models mujeres que hablen el mismo lenguaje que las emprendedoras y que permita compartir experiencias sirviendo no solo de inspiración sino además de guía. Es relevante el rol de la capacitación y formación con el fin de aumentar las capacidades, la autoconfianza y ofrecer respaldo a la hora del emprender. Además de brindar apoyo en el rol de la familia y en el acceso a recursos a través de la creación de redes y conexiones.
La actividad emprendedora está reconocida como el conductor del crecimiento económico de los países y por ende, de bienestar social en el mundo moderno. La sociedad precisa de emprendedores y las mujeres son actualmente un recurso subutilizado. Si las mujeres no emprenden, la mitad de la capacidad del mundo para salir adelante está siendo desperdiciada. Es por ello que es importante impulsar esa parte de la sociedad para que todo el “músculo” de la economía que así lo quiera pueda hacerlo.
Publicado en Café & Negocios, El Observador, 11 de setiembre de 2013.
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