Por Gonzalo Fuentes
“El regalo de la felicidad pertenece a quienes lo sacan de su envoltorio.”
Anónimo
Llenamos las páginas de internet con millones de artículos tales como:
- 7 maneras de que tu piel luzca mejor.
- Cómo dejar de fumar en 5 pasos.
- 8 pasos para dejar tu trabajo y montar tu negocio.
- 5 tipos de besos que harán las delicias de tu pareja.
- Etc, etc, etc.
Tenemos “pasos” para lograr todo tipo de cosas. ¡Y me encanta! Me encanta descubrir nuevas estrategias para vivir mejor la vida. De hecho el blog en el que ahora te encuentras va de eso.
Pero hoy me voy a pasar de listo. Te voy a ofrecer 3 maneras y 3 herramientas que harán de ti una persona más feliz. Profundamente más feliz. ¿Te suena bien? (Me alegro, porque yo ahora mismo estoy asustado de lo que voy a escribir en las próximas líneas.)
Pero para poder abordar un desafío tan épico tenemos primero que responder a una gran pregunta:
¿Qué nos hace realmente felices?
Guauuu…. Encantado de conocerte. Un placer. ¡Hasta la vista!
¡No! ¡Aquí sigo! Me voy a meter en el fango… Hasta la médula.
Hay muchas cosas que nos hacen felices. Muchas experiencias que podemos vivir. Muchos juquetitos con los que nos podemos divertir. Muchas comidas que podemos disfrutar. Muchos lugares que podemos conocer. Montones de cosas que podemos aprender. Expresiones artísticas con las que nos podemos conmover.
Pero si tuviera que decir ALGO que nos hace de verdad sentirnos felices y plenos, algo que nos impregna hasta el higadillo, algo que nos hace cosquillitas y nos mueve hasta el último rincón de nuestro ser,…
Si tuviera que concretar y quedarme con ALGO por encima de todas las demás cosas…
Ese ALGO sería…
¡¡¡¡¡¡Las personas!!!!!!!
O lo que es lo mismo…
Tú, Yo, Nosotros,…
O… ¡Por mí y por todos mis compañeros!
La relación con nosotros mismos y con los demás.
Ese es el Eje de Nuestras Vidas.
Por mucho que hagamos, que consigamos, que poseamos, o incluso que nos aislemos, lo más importante de nuestras vidas es nuestra interactuación humana.
La calidad y profundidad de nuestra interactuación humana.
¡La Piedra Filosofal!
Qué tontería, ¿verdad? Estaba delante de tus narices. Una y otra vez. Tú a mil cosas, a mil historias, con la cabeza a tope de pensamientos, buscando la manera de sentirte mejor, y la llave de la felicidad en tu vida estaba en tu casa, en la calle, en el trabajo, en el bar, en tu grupo de ‘lo que sea que hagas’, bajo la forma de…
Personitas Humanas.
Pero me dirás: “¡Gonzalo! ¡Mi felicidad NO puede depender de los demás! ¡Yo soy el que tiene que luchar por ella! ¡No puedo dejarlo en manos de los demás!”
Y yo te diré: “¡Tienes razón! ¡No puedes esperar que los demás te hagan feliz! ¡Pero sí depende de la calidad y profundidad de tus interactuaciones humanas con ELLOS!”
Como dice esta cita que encontré gracias a Ana Bizarro, y que ella encontró gracias a Raimon Samsó:
“La medida del éxito viene por cuantas personas son más felices porque tú existes.”
Piénsalo… Es delicioso…
Pero, ¿cómo podemos hacer para mejorar esa calidad y esa profundidad de nuestras relaciones humanas, tanto con nosotros mismos como con el resto?
Bueno, para eso he escrito este artículo tan estupendo.
Vamos a ello. Pero antes de nada hemos de empezar con la noción más básica de todas. Para comprender desde dónde construir este cambio.
Lo Más Básico Entre Lo Básico
Para poder resolver este gran enigma en la búsqueda de nuestra felicidad, poder utilizar las técnicas más sofisticadas, y poder salir triunfantes de este pantanal en el que me he metido, has primero de saber y reconocer una cosa.
Los cimientos de todo este proceso. Desde dónde comienza todo.
¿Alguna pista? ¿Te lo estás imaginando?
Para poder mover una sola pieza de este rompecabezas has de saber primero responder a esta pregunta:
¿Quién eres Tú?
Sí, Tú. Esa cosa tan bonita que se esconde bajo tu piel. Que respira, disfruta, llora, ríe, trabaja, juega, danza, canta, escribe,…
¿Quién eres Tú?
…………………………………..
Bueno, ¿ya lo tienes verdad? Sigamos…
¿Que no? ¿Que no has respondido ya a esa pregunta? ¿Que no sabes quién eres tú? ¡Venga, hombre! ¿Te lo tengo que decir yo todo o qué?
Joder… Me dais un trabajo que vamos… Pero seré bueno y te lo diré.
Tú… Esa cosa tan bonita que se esconde bajo tu piel… Tú….
Tú eres Amor.
(música de los Beatles sonando de fondo… )
Sí, amig@, herman@, compañer@,…
Tú eres Amor.
¿Y lo sabes, verdad?
Bueno, a veces lo olvidamos. A veces muchas veces. A veces que duran días, semanas, meses, años. Y pensamos, ¿cómo puedo ser Amor con todo lo que me está cayendo, con cómo me siento? Lo sé. Estoy contigo. Es así. Simplemente. No me voy a poner ahora a discutir sobre eso. Es un hecho.
Y ahora que sabes quién eres y de qué madera estás hech@, podemos continuar y ver esos 3 pasos o esas maneras en las que puedes mejorar enormemente la calidad y profundidad de tus relaciones. Y, por lo tanto, ser más feliz. (Es que a los blogueros nos encanta dividir todo en pasitos… )
Estas 3 maneras están relacionadas con 3 ideales más antiguos que nuestra memoria.
Nos vamos a poner unas togas en plan Platón y vamos a nombrarlos con solemnidad:
Verdad, Belleza y Bondad.
¿Resuenan un poquito, verdad?
Pero no nos vamos a quedar en pura abstracción. Sino que vamos a sacar el juguito y a concretar lo que necesitamos para nuestro propósito de mejorar nuestras relaciones personales. Voy a daros una herramienta para cada una de estas 3 cualidades.
Veámoslas una por una.
Verdad
Existen tantas verdades como pensamientos. Y el mundo es una maraña infinita de pensamientos. Si cada uno defendiéramos a muerte nuestras verdades, o lo que es lo mismo, cada uno de nuestros pensamientos, empezaríamos por matarnos a nosotros mismos. Lo cual a veces hacemos, pero agradecidos estamos de que este no sea el caso.
A veces “sentimos” la verdad de las cosas. Parece que sí hay verdades ahí fuera. Pero no considero que la verdad resida ni en el contenido de las palabras ni en el contenido de nuestros pensamientos (otra verdad discutible).
La verdad reside más en el cómo que en el qué. Lo que pasa debajo de la superficie. La verdad es más el proceso que lo manifestado. No importa tanto el contenido, sino lo que sucede detrás.
La verdad es la que nos conecta, la que nos sana, la que nos libera. La verdad es una de esas cosas que mejora la calidad y profundidad de nuestras relaciones humanas. Con nosotros y con los demás.
Pero antes de que esto se convierta en un manual de filosofía, vamos a pasar rápido a una herramienta que considero muy útil para conectar con esa verdad que tantos beneficios reporta.
#La Herramienta que Activa la Verdad:
La Vulnerabilidad.
En mi opinión, la vulnerabilidad es un concepto mucho más amplio de lo que solemos pensar. Y dependiendo de cada persona, está se mostrará de una u otra manera.
La vulnerabilidad no es ni ser débiles ni ser víctimas. Y esta es una distinción importantísima. Actuar como víctimas es uno de los peores y más incapacitadores roles que podemos adoptar.
Estas son para mí algunas de las manifestaciones de la vulnerabilidad:
Ser vulnerable es mostrar tu fragilidad. Reconocer que a veces no puedes. O que estás cansado. Que por mucho que lo intentasno encuentras la salida. Ser vulnerable es reconocer tus límites (aunque estos no vayan a durar siempre). Ser vulnerable es ofrecer tu amor, tu cariño y tu atención. Ser vulnerable es abrirte a echar una mano, o aceptar la mano tendida. Ser vulnerable es reconocer tu dolor y abrazarlo. Ser vulnerable es decirle a alguien que te gusta. Ser vulnerable es aceptar recibir. Ser vulnerable es reirte de ti mismo. Ser vulnerable es pedir ayuda para recorrer tu camino. Ser vulnerable es reconocer tus miedos. Ser vulnerable es decir lo que piensas, defender tus valores y mostrar tus gustos.
Ser vulnerable es abrir tu corazón aunque duela. O reconocer que sólo lo puedes abrir hasta cierto punto.
Tu fuerza reside en tu interior. No en lo que aparentas. Y para que se desate tienes que estar dispuesto atravesar la puerta de tu vulnerabilidad.
Atravesar esa puerta te conecta con la verdad. Con la verdad en tu relación contigo mismo y con los demás.
Hay una práctica con la que puedes experimentar para enriquecer tus relaciones y saborear el lado dulce de la vulnerabilidad:
Dar un pasito fuera de tu zona de comodidad en cada una de las interactuaciones que tengas. Decir algo difícil. Ofrecer un contacto difícil. Decirle algo bonito a la otra persona. O quizás ponerle un límite a la otra persona o mostrar tu desacuerdo. O llegar a un acuerdo. Quizás desvelarle un secreto. Decirle lo que piensas sobre algo aunque resulte incómodo. Sólo tú sabes cuál esTU zona de comodidad.
Eso te acercará un poco más a la verdad y mejorará la calidad y profundidad de tus relaciones. La verdad a veces duele y te aleja de algunas personas pero te acerca más a otras y a ti.
Si quieres inspirarte con un video sobre vulnerabilidad, pincha aquí.
Bondad
La bondad es una cualidad muy denostada en nuestros días. Aunque todos queremos que los demás sean buenos con nosotros y nosotros con los demás, parece que es algo que no está de moda. Está desfasado ser bueno. Puede que incluso te moleste que te digan que lo eres. Está ese dicho que dice que “es tan bueno que se pasa de tonto”, porque por miedo al rechazo decides ser más bueno con los demás que contigo, esa enfermedad tan tonta que yo llamoagradabilidad.
Y es que hay tanto listo suelto…
Pero tú y yo sabemos que la calidad y profundidad de nuestras relaciones depende de este rasgo sí o sí, ser bueno contigo mismo y con los demás.
Así que veamos la herramienta para esta cualidad:
#La Herramienta que Activa la Bondad:
Ayudarte a ti mismo a conseguir lo que quieres y ayudar a los demás a conseguir lo que quieren.
Tan sencillo como eso. Sé un potenciador de tus deseos y de los deseos de los demás. Y la gente quiere y desea muchas cosas.
Incluso si tienes dudas de que lo que desea esa otra persona pueda ser bueno o no para ella, puedes hacerlo, ya que será trabajo de la otra persona descubrir y aprender sobre lo conseguido. Lo mismo sucede contigo. Permítetelo.
Puedes ayudar a una persona que está buscando trabajo pasándole una oferta, presentarle a alguien que le pueda ayudar en su proyecto (un gran potenciador), regalarle un libro relacionado con su búsqueda personal, regalarle un poco de tu tiempo y tu sabiduría. Lo que sea que le vaya a ayudar a conseguir lo que quiere.
A su vez, aprende a recibir. Permite que los demás te ayuden. No serás mejor por lograr algo sol@. Necesitas a los demás y ellos te necesitan. Nada grande lo lograrás sin ayuda. Y nada grande será grande sino involucra a más gente y les beneficia de alguna manera. Somos una comunidad. No una carrera de galgos.
Abre los ojos y desengrasa tus oídos. A tu alrededor circulan los deseos de millones de personas. ¿A cuántas puedes ayudar?Piensa en grande, pero valora los actos “pequeños”.
Puedes crear incluso un negocio en torno a eso. En realidad es la verdadera esencia de un negocio: dar un servicio a otras personas para que consigan lo que quieren. Si el mundo se rigiera más por este paradigma y menos en hacer más dinero como objetivo prioritario, otros gallos cantarían.
Tus relaciones cambiarán utilizando esta herramienta. Estarás constantemente plantando semillitas de amor. Eso sí, un consejo.NO hagas esto nunca esperando algo a cambio. De esta manera no funciona, pierde su efecto. (A no ser que lo hayas acordado de antemano como es en el caso de un intercambio o un negocio.)
Belleza
La belleza no es tan sólo lo que se ve cuando ves algo que cumple unos cánones de belleza. La belleza es algo que conmueve profundamente a aquel que la quiere ver.
Utilizar las dos herramientas descritas más arriba ya activa de por sí la belleza en tu interior. Pero aun existe otra herramienta que puedes utilizar.
#La Herramienta que Activa la Belleza:
Tu Singularidad.
Expresar y vivir en tu singularidad.
Vivimos en el mundo de las 10.000 formas. Y aunque en esencia todos seamos lo mismo y todos queramos lo mismo, la forma de manifestarse y expresarse en cada uno es completamente distinta.
Tu cara es única, tus ojos son únicos, tu pelo (o no pelo) es único. Tu piel es única, tus manos son únicas.
Y esa es sólo la superficie. Tu manera de VER el mundo ES única. Tú eres un UNIVERSO y una COSMOVISIÓN en sí misma. Tú eres Dios (o el Universo, o la Divinidad, o la Vida) viviendo el mundo de una manera ÚNICA Y SINGULAR. Irrepetible.
Así que honra eso. Y de esa manera estarás aportando Belleza al mundo. Cuanto más quieras encajar en un molde porque así te aceptarán más, te querrán más y te rechazarán menos, menos expresarás y vivirás tu singularidad y menos belleza aportarás al mundo. Estás aquí para aprender cosas nuevas.
Y eso influirá en la calidad y profundidad de tus relaciones.
Porque vivir en tus valores más profundos, bajo tu visión más auténtica, te puede alejar de ciertas personas. Pero te acercará a tu tribu. Te acercará al entorno donde brillas con luz propia.Y estarás aportando belleza y calidad a tus relaciones. Tú eliges.
Muchas veces tenemos miedo a nuestra singularidad y a nuestra propia voz porque en algún momento nos dijeron que el camino y el modus operandi para ser querido y aceptado era uno en concreto. Eso fue hace mucho tiempo. Y se quedó como un mensaje, como un programita en tu interior. Y pasó de generación en generación…
Es hora de despertar de ese mal sueño. Sé tú mism@. Acepta tus gustos, tus valores, siéntete bien. No aceptes la normalidad como norma. Da un pasito detrás de otro, y el velo se irá deslizando suavemente hacia abajo.
Sé Más Feliz
Aquí tienes 3 herramientas para conseguirlo.
Recuerda…
A veces no resulta fácil. Pero observa atentamente las recompensas. Para poder escribir este artículo he tenido que hacer uso de las 3 herramientas de las que he hablado.Ahora, con un poco de miedo, tendré que atravesar la puerta y pulsar el botón de ‘Publicar’.
Recuerda: sé más feliz.
Puedes dejar tu comentario aquí abajo.
¿Es Posible Ser Feliz Sin Los Demás? (Mi cara de tomate explosivo en esta foto parece decir lo contrario.)
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