Un 29 de mayo de 1953, los exploradores Edmund Hillary y Tenzing Norgay se convertían en los primeros en alcanzar la cima del Everest. Hasta ese momento parecía un imposible, algo que el hombre nunca iba a conseguir, y a ellos mismos los tildaron de locos por intentarlo. Me gusta mucho esta historia, porque estoy convencida de que los cambios son de los que se animan. Con trabajo, compromiso y haciendo equipo, se llega lejos. ¡Tan lejos como la cima del Everest!
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