Emprender es como jugar. Va de retos, cuesta esfuerzo y suele ser más divertido que aburrido.
START. Utrecht es una ciudad preciosa. Sus canales son azules por la noche y las bicicletas surcan sus calles sin parar. Y Utrecht, que está en Holanda como saben y a tan sólo 30 minutos en tren de Amsterdam (o “Appsterdam” como ya se la llama desde los círculos digitales), aloja la sede del “DGG” o “Dutch Game Garden”. El DGG, que se inauguró en 2008 como iniciativa municipal, aloja a no pocos grupos de estudiantes ilusionados que están “incubándose”. Viven creando un videojuego y quieren despegar, como empresarios/as, gracias a él. El diseñador Mark Leblanc definió hace algunos años “los placeres” que debiera implementar cualquier experiencia memorable, como un juego: la posibilidad de expresarnos libremente, la pertenencia a una comunidad, la fantasía y el disfrute que ofertan las buenas historias… y el reto. El placer del reto. De enfrentarse a él, de que “cueste” y de superarlo finalmente, tras no pocos esfuerzos. Y es que los humanos estamos diseñados para trabajar duro. Y lo disfrutamos.
En el DGG, que tuve oportunidad de visitar recientemente, se gestan proyectos interesantísimos en lo artístico, lo técnico, lo literario y por supuesto en lo relativo a las buenas maneras en gestión y marketing. Chicas y chicos que fluyen, también entre asignaturas, y que constituyen empresas “que quieren ser” como RockitBit, Lionade Games o Speelbars; además de “las que son” como Abbey Games, Little Chicken o Vanguard, por citar algunas. Casi 30 centros, sólo en Holanda, egresando a miles de alumnos en la materia digital (hasta 4.000) y, por supuesto, insertándoles el gen “emprendedor” desde la primera etapa de sus estudios universitarios. El gen del reto, como diría Leblanc.
La visita al DGG la motivó la participación en el proyecto europeo GameBiz. Y es que todos, y desde toda Europa, queremos observar tamaña proeza y aprender de ello. Necesitamos que nuestros estudiantes emprendan “desde dentro” y además que lo hagan “pronto”. Y que entiendan la necesidad. Puede que no existan trabajos para todos. Existentes. Pero si los hay de nueva creación y pueden diseñarlos y gestionarlos ellos. Y funciona. Allí, en ese país tan pequeño y potente, funciona a las mil maravillas.
Dos informaciones.
La primera. Estamos de enhorabuena. Y es que Barcelona, por citar un ejemplo, aloja muchas de estas iniciativas que, ya sea incubando o acelerando, echan una mano “de verdad” a nuestros estudiantes. Sin ir más lejos, GameBCN nació hace unos pocos meses y ya incuba a prácticamente una decena de estudios que, sin complejos, desarrollan mirando de frente. ¡Y con valentía! Se valora el grupo y su equilibrio. La ilusión y el foco. Y va a funcionar.
La segunda. El año pasado oferté la posibilidad de emprender desde una de mis asignaturas a mis alumnos/as. Buscamos un cliente potente y real, y por tanto un anclaje entre la presión y la motivación, y nos dispusimos a crear un juego aplicado, en este caso a Medicina y gracias a la colaboración del PRBB (Parc de Recerca Biomèdic de BCN). Todo en tan sólo 16 semanas. Reto y dificultad creciente. Como en un videojuego. Que es “su” lenguaje. Pasados 10 días, teníamos una empresa en la clase, tarjetas de visita incluídas (Growing Games) así como un sistema de gestión de proyectos basado en metodologías ágiles (SCRUM) y distintos roles (productora, ilustradora, programador, técnica de sonido, artista conceptual…) que, emulando a “Los Vengadores”, diseñaron nada más y nada menos que todo un universo transmediático (la información discurre por medios distintos que a veces confluyen) consistente en dos juegos para dos plataformas distintas, un documental y un vídeo “teaser” además de un cuento “de papel” y demás piezas, también desde las redes y el “community management”. Espectacular. Orgullo. Y un profesor fuera de su zona de confort, aprendiendo tanto como ellos y ellas. Terminado el proyecto, los estudiantes pasaron de curso y algunos decidieron continuar con él. Ahora es su Trabajo Final de Grado. Están colaborando con personas de otras facultades, por aquello de que quizás les falte “algún superhéroe”. Y piensan en emprender. Y además, y de nuevo con la ayuda del PRBB, se motivó una campaña de micro mecenazgo en Precipita que tras 3 meses de espera, y promoción, dio luz verde a la continuidad del proyecto.
Emprender es como jugar. Va de retos, cuesta esfuerzo y suele ser más divertido que aburrido. Y da esperanzas reales. NEXT LEVEL.
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