El profesor Albert Mehrabian, de la Universidad de California, en Los Ángeles, analizó cuál es el impacto de un mensaje y determinó que un 7% es verbal (solo con palabras); un 38%, vocal (por medio del tono de la voz, los matices y otros sonidos) y el 55% es corporal o no verbal.
Asimismo, Mehrabian remarcó que a la hora de establecer una situación comunicativa se debe tener en cuenta la zona de comodidad de cada persona y el mayor impacto de nuestro lenguaje corporal al atravesarlo. El antropólogo Edward T. Hall (1914-2009), que fue profesor de la Universidad de Denver y de la Escuela de Negocios Harvard, subdividió las necesidades territoriales de cada persona (proxémica) en cuatro zonas de menor a mayor distancia: zona íntima (15 a 45 cm.), zona personal (46 a 120 cm.), zona social (1,2 a 3,5 metros) y zona pública (a partir de los 3,5 metros).
Es muy importante que seamos conscientes de nuestros gestos y de los efectos positivos o negativos que estos pueden causar en otros. No tenerlos en cuenta podría jugarnos una mala pasada aun cuando tengamos buenas intenciones o al momento de expresarnos con quienes nos evalúan. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo es recomendable evitar mostrarnos nerviosos, mordiéndonos las uñas, moviendo la pierna de forma temblorosa o teniendo una postura tensa o excesivamente relajada.
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