Un estudio de la London School of Economics (LSE) y Goodyear (pdf) sobre las actitudes de los conductores europeos con respecto a la conducción autónoma permite intuir que un cierto número de ellos se plantearán exhibir actitudes hostiles en su estilo de conducción cuando se crucen con ese tipo de vehículos, aprovechando que saben que sus algoritmos les harán frenar a tiempo y no incurrir en acciones que puedan suponer algún peligro.
Los conductores con actitudes agresivas son un fenómeno tan antiguo como la conducción. El hecho de que lo primero que piensen cuando escuchan hablar de vehículos autónomos sea precisamente eso, que podrán adelantarlos imprudentemente o aprovechar su actitud cauta para esperar que aporten la lógica prudencia de la que ellos carecen es, sencillamente, una prueba de los desafíos que esperan a esta tecnología. Después de todo, es mejor atacarlos, no vaya a ser que terminen por desarrollar personalidad…
De hecho, una de las marcas que se está mostrando más puntera en el desarrollo de la tecnología de conducción autónoma, Volvo, ha tomado la decisión, en el despliegue de sus primeras pruebas con cien 4×4 autónomos en Londres, de que esos vehículos sean idénticos y sin marcas de ningún tipo que puedan servir para diferenciarlos de otros vehículos del mismo modelo que no lleven instalada dicha tecnología, con el fin de evitar que otros conductores se hagan ese tipo de planteamientos e intenten, por ejemplo, frenar agresivamente o invadir su carril de manera temeraria. El ayuntamiento londinense, además de colaborar con Volvo para esas pruebas en tráfico real, está tratando de atraer a Google para que realice un despliegue similar de su tecnología, con el fin de convertirse en un auténtico escaparate de unas tecnologías que podrían contribuir a mejorar su caótica circulación.
La combinación de vehículos autónomos y de conducción convencional en ciudades y carreteras parece ser una cuestión que preocupa a algunos. La realidad es que introducir en el sistema vehículos con sensores más eficientes que los sentidos humanos, provistos de mejores reflejos y programados para reaccionar ante cualquier problema es algo que mejora su funcionamiento global desde la primera unidad, sin más problemas derivados de ello que aquellos que puedan venir de la naturaleza humana. Un vehículo conectado y capaz de almacenar y transmitir vídeo de un incidente, por otro lado, debería servir como supuesto desincentivo a un comportamiento supuestamente hostil por parte de otros conductores… siempre, claro está, que quepa esperar un comportamiento racional de determinadas personas…
This article is also available in English in my Medium page, “Surprise, surprise, the bullies will target self-driving cars“
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