EDUCAR DESDE LA CREATIVIDAD
“Después de todo, cuando escribís una carta de amor no os preocupáis por la técnica; la escribís con todo vuestro ser. Mas cuando no hay amor en vuestro corazón, buscáis una técnica, cómo poner las palabras juntas. Señores, si no amáis, no dais en la tecla. Creéis que podréis vivir dichosamente, creativamente, aprendiendo una técnica, y la técnica es lo que destruye la creatividad” (Krishnamurti).
El arte supremo del maestro es despertar la ilusión por la expresión creativa y los conocimientos” Albert Einstein
“Educar en la creatividad es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza, amantes de los riesgos y listas para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentado en su vida escolar y cotidiana, además de ofrecerles herramientas para la innovación. (Betancourt, 1993.p.42). Evidenciamos así, tanto desde lo conceptual como desde la práctica, una de las dificultades que tiene la dinámica educativa actual tradicionalista, que es de carácter estructural y tiene que ver en cómo están preparados los docentes para enfrentar una responsabilidad tan grande como lo es transmitir conocimiento a las nuevas generaciones. El esquema tradicional utilizado para la enseñanza no es el más adecuado para estimular la creatividad en los niños y jóvenes, sobre todo en la actual época donde la información está al alcance de todos a través de los diferentes medios de comunicación; este esquema ha hecho que no se estimule la creatividad. Como consecuencia de esta dinámica tradicional observamos que las personas que han cumplido su ciclo de formación escolar y universitaria no pusieron en práctica su capacidad creativa y por lo tanto no tenemos resultados que nos permitan tener sociedades más dinámicas, flexibles, confiadas y preparadas para enfrentar la avalancha de conocimiento que trae consigo la tecnología y tampoco para enfrentar los retos que trae una sociedad en cambio constante. En palabras de Bueno (Bueno, 1998. p. 185). “Si la creatividad se puede diagnosticar y cultivar será necesario tener en cuenta en el sistema educativo el objetivo de la creatividad y las condiciones mejores para su desarrollo”. Pero si de lo que se trata es de generar ciudades de la creatividad y del conocimiento se debe hacer una apuesta para confiar en que la generación naciente tenga todas las posibilidades a su alcance desde la educación para construir un mundo diferente. La originalidad es una de las condiciones de la creatividad y los niños son originales, una característica que los adultos dejan desaparecer fácilmente. Encontrar el origen de dicha falta de creatividad es relativamente fácil, la educación ha sido regida por unos estamentos preestablecidos con lo que se llama un estilo educativo Autoritario; tal como lo afirma Bueno (1998.p. 521) “El estilo autoritario (denominado también directo o tradicional) se caracteriza, como su mismo nombre indica, por el papel preponderante y directivo del profesor en cuanto al desarrollo del que hacer educativo. Él es quien dirige, ordena, decide, manda en definitiva, cuando, cómo y de qué manera hay que trabajar en clases.
Puede parecer utópico integrar en un mismo concepto las expresiones: lúdica, educación, formación, valores, espacios, ciudad, creatividad e innovación. Parecen términos de alguna manera inconexos, pero la verdad el cambio que el mundo está estableciendo en cuanto a la calidad educativa y a la formación en valores, se integra dentro de un espacio físico real y vivible; dicho espacio propicia la formación personal de tal manera que se pueda, a través de actividades específicas, lograr un direccionamiento asertivo de las capacidades de cada individuo para orientarlos hacia aspectos que procuren su formación integral. Apropio el concepto de Ciudad Creativa definido por Menchén (2009), quien la define como “ciudad creativa aquella que proporciona a sus ciudadanos las condiciones y el clima propicio para que fluya la creatividad, con el objeto de generar proyectos innovadores que beneficien a toda la comunidad.” No se trata de planificar la creatividad, más bien se necesita crear condiciones gestionando las ciudades como sistemas complejos auto-organizados donde el papel de los ciudadanos y pequeños grupos es fundamental (Carlos A. Churba). Integramos así, la responsabilidad social del educador en la construcción de la ciudad creativa, esta no puede construirse sin aquel.
La preocupación creciente de las sociedades en todo el mundo, se enfoca cada vez de manera más determinada en lograr que los futuros ciudadanos establezcan un compromiso efectivo entre su proyección y los elementos que reciben para su formación. Esa preocupación busca entonces métodos de aprendizaje y enseñanza que sean coherentes con las expectativas planteadas: delinear parámetros específicos que fomenten los valores y saquen a relucir las capacidades que cada individuo posee para enfrentarse a determinadas situaciones, todo ello desde una educación integral que promueva fundamentos básicos en torno a lo que se quiere ser, lo que se debe hacer y la manera en que se puede lograr. Tal como Menchén (2009) lo afirma, “En la sociedad actual sus fuentes de riqueza son el conocimiento, la imaginación y el capital humano”. “Es en este tipo de ciudades donde germinan las comunidades del conocimiento” (A. Gurrutxaga; A. Unceta), que no es otra cosa que revocar de raíz el concepto predominante de “EDUCACIÓN”.
Si se retoma la forma en que las generaciones pasadas han recibido los conceptos básicos de educación y la manera en que ello influyó en las decisiones profesionales y personales que tomaron en la vida, la conclusión que puede obtenerse es que nunca se recibió orientación hacia la creatividad y la innovación, antes bien, se entregó información y se sembraron conocimientos ya pre establecidos, simplemente para continuar con un saber impuesto; no sólo afectando la parte intelectual, el poco o ningún estímulo a áreas menos exploradas como la creación, la inventiva, el desarrollo de ideas, el aprendizaje desde la experimentación, el crecimiento personal y la exploración espiritual, limitaron la genialidad de muchas personas. “Este estilo autoritario de educación puede tener consecuencias negativas, en cuanto que fomenta la sumisión y la dependencia y no permite al individuo mostrarse tal y como es creando en el grupo un clima tenso y conflictivo, que afecta a la actitud hacia el aprendizaje. Como queda de manifiesto, no se potencia el trabajo creativo y espontáneo sino que el sujeto actúa de forma reacia a las iniciativas del líder. Al analizar las producciones de estos alumnos se contaba que estas son mayores pero de menor calidad”. (Bueno, 1998.p. 521). A partir de esa experiencia, los nuevos enfoques administrativos desde el ámbito público, tienen la enorme responsabilidad de fomentar un nuevo estilo de aprendizaje, un estilo que permita el uso adecuado de los recursos innatos del concepto intelectual y personal. Unir dichos aspectos, más que lograr la integridad, lo que permitirán es instaurar un nuevo énfasis en la educación; dicho énfasis repercutirá positivamente en la formación de seres humanos, de ciudadanos e individuos enmarcados en su vida dentro de un panorama geográfico que los inmiscuye y los alienta. Esa integralidad permitirá que la educación se constituya en parte fundamental de la concepción a futuro de lo que llamamos ciudad, pues cada uno estará desde el mismo proceso cognitivo enmarcado dentro de un marco político y social, generando a partir de allí cambios profundos y reales, esos cambios que aún hoy en día no se han podido vivir por las falencias que se han tenido anteriormente. “Se le inspirará al educando confianza en su capacidad creativa a la vez que se le observará su talento en cualquier campo ayudándole a su mayor desarrollo .también podemos verificar esta relación entre creatividad y auto confianza” (Bueno, 1998.p.247).
Parecería muy difícil lograr una sociedad verdaderamente creativa, pero si se establecen los mecanismos que permitan un cambio real y profundo en la educación, se logrará sin duda que a través de la formación de seres encaminados en su propia virtud y capacidad, con las herramientas necesarias para ser desde ellos mismos se proyecte un verdadero cambio en el futuro. No sólo se logrará con ello tener mejores educandos, sino mejores personas; sin duda lo que la sociedad necesita es elementos humanos formados más que desde el intelecto desde el espíritu, pues la misma historia nos está orientando a un renacer de valores en aspectos nunca antes tenidos en cuenta para la construcción social. Uno de ellos es precisamente ese: el de personas valiosas internamente que puedan reflejar su luz y energía a la sociedad en la que se desenvuelven. Si a través de la práctica educativa se logra fomentar o coartar la creatividad así como la autoestima de los alumnos tenemos dos tipos de estilos de enseñanza, que según sus características permiten o no el desarrollo de estas variables mencionadas anteriormente. “Si queremos conseguir formar personas responsables y comprometidas tendremos que desarrollar la autoestima. Para comprometerse la persona, necesita tener confianza en sí misma, creer en sus aptitudes y encontrar en el propio interior los recursos necesarios para superar las dificultades inherentes a su compromiso. Asi mismo, para ser creativos se necesita tener confianza en sí mismos y ser conscientes de la propia valía. Para ello, cuando estamos ante un educando, actuaremos con las siguientes pautas: recompensar cualquier trabajo creativo, y apreciar cualquier esfuerzo creativo que realice, haciéndole ver que sus ideas tienen valor; tratarle con respeto; conseguir un clima que le de seguridad para pensar, crear y sentir libremente; también podrá preguntar cuando crea oportuno; animarle en sus aficiones. (Bueno, 1998.p.247).
Sólo mediante una reestructuración de lo que se enseña y la manera en que se hace, puede permitirse a las nuevas generaciones adquirir elementos reales que permitan el fomento de su propio ser. Proyectos planteados por diversos pensadores y pedagogos, marcan la diferencia respecto a lo que una sociedad puede alcanzar o no; lo importante es que se encuentren los mecanismos y apoyos necesarios para que dichos proyectos puedan ser llevados a la praxis, sembrando con ello las semillas que luego se transformen en auténticas fortalezas institucionales. “La creatividad puede ser desarrollada a través del proceso educativo, favoreciendo potencialidades y consiguiendo una mejor utilización de los recursos individuales y grupales dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. (Betancourt, 1993.p.42).
El fomento real a esos proyectos educativos que fomenten y valoren la opción creativa y el crecimiento personal, se ven reflejados de manera interesante en el planteamiento de un proyecto gestado en la región eje cafetero en Colombia por un grupo de profesionales liderados por el maestro Luís Guillermo Vallejo artista plástico Caldense que tiene como objetivo principal promover una conciencia colectiva y lo han denominado la “FABRICA DE SUEÑOS”. “Crear un espacio físico y psico-pedagógico para el proceso de desarrollo humano de niños, niñas y jóvenes, a través de un proyecto integral de artes, dedicado al despertar de la conciencia grupal que permita que los niños y jóvenes encuentren caminos creativos para la resolución de los problemas propios del siglo XXI.” Fábrica de sueños.
“La Fábrica de sueños” presenta el arte desde una pedagogía psíquica basada en la imaginación, apoyando los procesos de formación ciudadana donde se recupere la sociedad desde “sueños comunes, utopías compartidas que ofrecen caminos de búsqueda hacia la resolución de conflictos y transformación cultural”; se hace comprensible entonces que a partir del mismo desarrollo pedagógico con énfasis en lo creativo y lo imaginario, se contribuya con este tipo de proyectos a educar con un nuevo estilo y una nueva visión respecto a lo que se quiere lograr a futuro. La unificación de los conceptos en un espacio real de interactividad y aprendizaje, sin duda reforzaría el crecimiento académico y personal de los educandos. “Una sociedad que imagina, es una sociedad que sabe orientar los sueños en beneficio de un mundo mejor, donde las propuestas emergen de la iniciativa del pueblo y no de modelos importados. Propuestas que se sostienen a través del tiempo ya que hacen parte del compromiso psíquico imaginal de un colectivo” Fábrica de Sueños.
Llevar a la realidad los planteamientos que presenta este tipo de proyectos favorecería de manera inmediata el enfoque de un ciudadano creativo con proyección social; integraría aspectos tan disímiles en los individuos canalizando toda la energía que puede generar el ansia del saber, las ganas de aprender y el deseo de ser en una formación educativa mucho más enfocada en lo que se ha planteado: en la creatividad. Obviamente basados en que dicho aprendizaje pueda ser llevado a cabo en la interacción espacial que facilite los procesos. “Siguiendo con estas ideas no podríamos hablar de una educación creativa sin mencionar la importancia de una atmósfera creativa que propicie el pensar reflexivo y creativo”. (Betancourt, 1993.p.42). De esta forma, planteamientos tan concretos como el proyecto de la Fábrica de Sueños o un efectivo dimensionamiento de la estructura educacional, orientada hacia la formación integral desde y para el fomento de la creatividad, logrará el desarrollo de valiosos instrumentos que permitirán el surgimiento de una conciencia colectiva desde los valores personales. Si se complementa la formación con la lúdica y la participación de artes en el proceso, se establecerán unos lineamientos valiosos y positivos en la formación de los ciudadanos, pues a partir de la sensibilización de cada ser y de sus logros personales, la sociedad en la que vivan reflejará el cambio que se pueda sembrar desde su infancia.
Bibliografía
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Betancourt, M. (1993). Siempre de corazón, La Habana, San Miguel del Padrón
Bueno, J. (1998). Psicología de la educación aplicada, Madrid, CCS
Churba, Carlos A. “Ciudades Creativas” carloschurba@gmail.com
Kertész, R. (1993). El placer de aprender, Documento. Publicado en Internet www.inun.edu.ar/cdliderazgo/formación.html
Pacheco, J. (1998). Construyendo imaginarios, Colombia, Magisterio
Robinson, Sr Ken. Conferencia publicada en Internet. http://www.youtube.com/watch?v=RDlqfjXwyLg
Romero, M. (2001). La autoestima. Documento publicado en Internet www.pntic.mec.es/recursos/infantil/salud/autoestima.htm
Solar, M y Ségure, J. (1993). Estrategias docentes. Su efecto en el desarrollo de la creatividad en los alumnos, Chile, Paideia
UNESCO. (2001). Documento publicado en Internet www.unesco.org/culture/creativity/html
Venturini, J. (1998). Publicado en Internet html://Venturini.com/creatividad.html
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