viernes, 8 de julio de 2011

El doble modelo en la gestión del conocimiento

http://www.emprendedoresnews.com/tips/canjes/el-doble-modelo-en-la-gestion-del-conocimiento.html

Cuándo está por hacer algo importante: ¿está seguro que dispone de las destrezas necesarias para actuar de la mejor manera posible? Si usted es profesional, ejecutivo o estudiante y está diseñando su plan ¿Tiene como acudir al back up de los casos similares del pasado? ¿Tiene a mano lo que aprendió a lo largo de su historia? ¿Recuerda qué estrategias fueron exitosas y las que debería evitar porque lo condujeron a fracasos o al bajo rendimiento?

Aprender la lección. Al contrario de lo que se cree, una lección no se sabe cuando se recibe y se repite de la memoria sino cuando la respuesta cambia ante la misma situación como consecuencia del aprendizaje. Ahí recién se puede afirmar que se aprendió.
La memoria registra y sistematiza el conocimiento para que se encuentre disponible cuando sea necesario. Para que el conocimiento sea útil debe estar almacenado con algún criterio que facilite su uso. La memoria no es muy eficiente autoorganizando la información.

Recordar y resolver problemas. Es importante tener clara la diferencia entre hacer algo de memoria y resolver un problema. Una tarea sólo exige voluntad y energía para aplicar la memoria. Un problema es algo nuevo y por eso no se puede resolver sin aprendizaje o sin generar una idea salvadora. Hay un conocimiento tácito al que no se sabe cómo acceder y otro explícito pero que no se sabe utilizar para generar ideas.

Soy lo que seré. Esta frase expresa la noción de desafío. Para llegar a ser lo que se debe y se quiere llegar a ser hay que descubrir lo que se desea. El deseo es el principal motor del cerebro, ya que cuando es muy grande cualquier obstáculo se vuelve pequeño.

Así se inicia el camino a la excelencia. La mediocridad consiste en no llevar adelante los sueños y fabricar excusas para no correr el riesgo de fracasar.

Inteligencia múltiples. Cada persona nace con un genio interior que deberá descubrir y potenciar. Mientras que la educación busca igualar a todos convirtiendo la debilidad de la ignorancia en mediocridad, lo que hay que lograr es que la fortaleza personal se transforme en excelencia. El poder duro -hard power- procede de la fuerza. El poder blando – soft power- atrae por la cultura o por la bondad de una política.

El cerebro humano tiene los dos: el poder duro de la razón en su hemisferio izquierdo y el poder blando de la emoción en el derecho. El poder inteligente –smart power- conjuga razón con emoción, plan con intuición, conocimiento con imaginación.

Instalar un GPS en el cerebro. El GPS cuenta con el mapa de la ciudad o del territorio. El cerebro debe contar con la información sobre qué y cómo se hace o se hizo (procesos), qué dio mejores resultados (buenas prácticas), sobre qué hay que evitar (errores), quiénes pueden ayudarnos (capital social), etc. El GPS necesita saber dónde uno está para brindar la información ya en el lugar en que se encuentra. Para eso hay que llevar puesto el GPS, lo que se consigue con un teléfono inteligente, como extensión natural del cerebro. El sistema de comunicación lo facilitan los satélites que orbitan la tierra. La clave es saber dónde uno está y a dónde quiere ir. Sin conocer los objetivos, el GPS es inútil. Un software externo no sabe nada de nosotros, es un radar que nos vigila. El software interno es como una brújula que recurre al pensamiento creativo y estratégico: ¿Dónde estaba ayer? ¿Dónde estoy hoy? ¿Dónde quiero estar mañana y ¿Cómo haré para conseguirlo?

Un doble camino de desarrollo. El método Ilvem enseña primero a usar y actualizar el cerebro en la percepción: velocidad y comprensión en la lectura, capacidad de escucha, agudeza sensorial y capacidad de observación. En el procesamiento: técnicas de estudio, concentración y memoria. En la comunicación: oratoria, redacción, diseño de un sitio web propio. En la aplicación del conocimiento: técnicas para la resolución de problemas.

El segundo recorrido es aprender a convertir espíritu en materia. La inteligencia espiritual es la batería que brinda y recarga la energía. La inteligencia emocional la pone en movimiento cada día, la creativa la hace circular mediante las ideas, la estratégica convierte las ideas en planes, la corporal ejecuta el programa, la social permite liderar y trabajar en equipo, la digital consolida el proyecto en internet.

Convertir espíritu en materia. Finalmente el proceso se concretará en un logro, entonces el espíritu se habrá convertido en materia. Estudiando el cerebro de los grandes hombres se comprobó que su éxito no dependía de factores innatos. Einstein tenía un cerebro parecido al de cualquiera, la diferencia estaba en el software con el que lo hacía funcionar.

La PNL o programación neurolingüística descubrió que aprendemos imitando. Entonces lo ideal es imitar a los mejores hombres y a las mejores técnicas. Este principio se aplica a personas, empresas y naciones. Japón destruido después de la 2da guerra mundial y sin recursos naturales, imitó y mejoró los productos que importaba y se convirtió en potencia.

Hay tareas que realizamos miles de veces en miles de horas con miles éxitos y fracasos. No sacar partido de ese activo es un desperdicio ya que impide aprender continuamente, cargando las innovaciones que ocurren cada día y que puedan ser de utilidad futura. Gestionar el conocimiento significa no empezar de nuevo cada día ante una hoja en blanco, como si no existiese la experiencia. La información se genera a diario, se cuenta con el mapa de procesos, existe tecnología más que suficiente. ¿Por qué no usa el GPS cerebral? Existe la posibilidad de contar con un sabio ante una duda o que se comunique cuando algo pueda interesar para ser más eficiente. Hay que salir de la prisión de la amnesia educativa.

Carrera de metodología intelectual. El programa es sistémico porque las materias están relacionadas, holístico porque se usan todas las fortalezas, ecológico porque sustituye la fuerza bruta por la calidad de los métodos, sinergético porque el todo resultante supera a la suma de las partes.

El curso que se dicta en español o en inglés genera un incremento de la autoestima, el capital invisible presente en cualquier logro significativo y permite aplicaciones a idiomas, informática, marketing personal y digital, autoestima, comunicación, orientación vocacional o profesional, y se adecua a las necesidades del cursante.

Como dijo una vez Nietzsche: “los métodos constituyen la mayor riqueza del hombre”.

Dr. Horacio Krell: Director de Ilvem, consultas a horaciokrell@ilvem.com

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