Y aquí nos vemos en la segunda y última parada por este viaje al fondo de las más frecuentes causas de fracaso de la aventura emprendedora. Ahórrate años de errores leyendo las ideas principales de este gran libro de Fernando Trias de Bes, El libro negro del emprendedor.
Solo un infeliz confía en su idea feliz
No hay nada más ridículo que alguien que te dice que tiene una idea genial, pero que no puede hablar de ella por miedo a que se la roben. Es lo que el autor llama “emprendedor Gollum”, su idea es “su tesooooro”, pero están muertos antes de empezar.
Más que de idea hay que hablar de oportunidad, y yo agrego que las últimas tendencias en métodos emprendedores hablan de “problema-solución” (te recomiendo la guía de la idea al negocio de Emprenderalia, me la he leído toda y es muy útil, además de ser gratuita). La idea no es tan importante, lo importante es cómo se ejecuta el proyecto, la forma de la idea. Hay ideas buenas que no llegan a ser buenos negocios, e ideas simples que son implementadas brillantemente. Es lo que afirmo al final de mi formación, la idea es un buen comienzo, pero está lejos de ser lo más importante. Lo importante no es qué te van a comprar, sino por qué van a hacerlo (y yo agrego que deberías preguntarte también por qué no van a hacerlo) Según el autor, la respuesta a esa pregunta se resume a que lo harán porque haces algo mejor o porque lo haces más barato. Bueno, yo creo que es una simplificación demasiado extrema, pero básicamente es así.
No se trata de “cuidar tu idea” para que no te la roben, sino de poder explicarla fácilmente en menos de 30 segundos a cuantas más personas mejor, así podrás contrastarla. Hay dos conceptos que debes diferenciar: la forma de la idea, que es la capacidad de ponerla en el mercado, y el modelo de negocio que la hace sostenible (porque también hay modelos de negocio que hacen una idea inviable).
Lo importante es la mirada del emprendedor sobre su idea, su mirada única, como la del artista sobre un paisaje: lo que hará único el cuadro es su visión de esa realidad.
Hay veces que el emprendedor se obseca con una idea que no funciona, eso le pasa por ejemplo a los falsos emprendedores que piensan que la idea es su motivo de emprender. Como digo en mi formación, es muy importante poder responderte por qué nadie puso en marcha tu idea. Y seguramente han tenido esa misma idea, seguro, pero por algo no la pusieron en marcha. Intenta responder a esa pregunta. Sin embargo, mientras cambiar la forma de la idea es casi inevitable, cambiar radicalmente suele ser caro, y a menudo inviable. Es importante tener un plan B por si la idea no cuaja (y quitarse de encima todos los prejuicios culturales que tenemos sobre el fracaso, que es parte del camino!).
La importancia de elegir un sector que se conoce
Hace unos meses entrevisté a un presumible dueño de su tiempo. Sin embargo, cuando llegó la pregunta del millón, me di cuenta que no era un dueño de su tiempo. Cuando le pregunté “Te has arrepentido alguna vez”, me respondió que cada día desde que dejó su trabajo. Hacía 7 años que no se tomaba vacaciones y él y su mujer trabajaban casi todos los fines de semana. Cuando repasé su historia, me di cuenta que había hecho todas las cosas que digo en mi formación que hay que evitar: Empezó por un producto y no por una demanda, se endeudó desmedidamente, intentó reproducir sus condiciones de trabajo en su negocio, no empezó pequeño (pensando en grande, pero pequeño)… y se lanzó en 2 sectores que no conocía en absoluto: Las piscinas y la restauración. Yo lo había entrevistado porque me habían hablado de su fabulosa vida en Tailandia, pero en realidad apenas podía disfrutar de esos maravillosos paisajes.
Como ya leí en el increíble libro “The new Business Road test” de John Mullins, el sector debe pasar también por un exhaustivo análisis, no solo la idea. El sector, la industria, debe ser atractiva. Dice Mullins que la crisis de las punto com se debió a ideas interesantes de empresas prometedoras que se movían en industrias sin atractivo.
Pero además debes preguntarte si te gustará trabajar en ese sector (o al menos si tu negocio es automatizable en caso de que ya no te guste una vez montado). Para saber si el sector que has elegido es en el que quieres trabajar, imagina que tu idea no funciona y que tendrás que encontrar otra en el mismo sector. ¿Sigues teniendo el mismo entusiasmo? Es que para escoger el sector has de tener cierto feeling con él, y si quieres hacerlo con el mínimo esfuerzo, como lo digo en mi formación, también tendrás que conocerlo, porque conocer las reglas te permitirá aumentar tus probabilidades de éxito.
¿Y si aun así quieres emprender en un sector que no conoces? Pues habla con personas de ese sector. A través de las dudas que te manifiesten, podrás anticipar dificultades. O trabaja un tiempo en ese sector por cuenta ajena y tomate el tiempo de conocerlo. O, a pesar de que el consejo es no hacerlo, asóciate con alguien que venga de ese sector.
El sector que elijas debe estar en auge, y si es así será una de tus principales fuentes de financiación. Por más que tengas una idea brillante en el sector de los video-clubs por ejemplo, yo no invertiría en ese sector. Para evaluar tu sector verifica que esté creciendo, eso es más importante que el tamaño en sí del mercado. Debe ser un sector de buenos márgenes, para absorber los errores del comienzo. Y si los competidores entran en el mercado a un ritmo más acelerado que el crecimiento de la demanda, ten en cuenta que los márgenes van a caer con el tiempo. Un sector saturado es por definición un sector poco rentable, así que verifica que la competencia no sea atroz y de preferencia donde la inversión inicial para entrar sea baja, ya que si las cosas salen mal, es diferente fracasar con 10 000€ que con 100 000. Y también el momento económico es importante, obviamente; Sin embargo te invito a leer este articulo que escribí para el blog español Desencadenado, ya que no por ser momentos bajos no hay ideas de negocios ni sectores que bullen. Y si el sector peca de falta de profesionalización o de una mala gestión, puede que te sea muy fácil mejorar lo presente y hacerte un hueco en el mercado.
Nunca pongas todos los huevos en una misma cesta
No olvides que, aunque no te lo hayan dicho en la escuela de negocios, necesitas poder satisfacer tus necesidades para vivir durante todo el periodo en el que emprendes. Muchos negocios no han prosperado no porque la idea sea mala, sino porque el emprendedor ha tenido que abandonarla y buscarse un trabajo para subsistir. Así que si puedes contar con el sueldo de tu pareja o con ahorros, tanto mejor! Si no tienes un aire financiero, es posible que tus necesidades te impidan tomar decisiones con objetividad. El autor cuenta cómo esperó hasta poder tener ahorros como para vivir 2 años incluso si no facturara un euro. Tus necesidades personales (tu sueldo) DEBEN estar en tu plan de negocios. Y por supuesto, no vivas como un empresario rico a la primera de cambio, no seas precoz repartiendo beneficios. Todos los emprendedores (y los coachs financieros!) recomendarán una vida austera, al menos por un tiempo.
Si no tienes el apoyo de tu familia, tendrás una presión añadida que será casi insoportable. No des ese paso sin el apoyo de los tuyos, no solo económico, sino también moral, lo necesitarás.
¿Un equilibrista puede ser dueño de su tiempo?
Bueno, aquí es donde me voy a separar del autor, pero dándole la razón en muchas cosas. Según Trias de Bes, emprender para tener mejor equilibrio entre la vida personal y profesional es el más inalcanzable de los motivos lamentables para emprender, porque emprender es un contrato de 24 horas al día durante los 365 días del año. Y muy frecuentemente, tengo que admitir, esto es cierto, sobre todo al principio. ¿Y por qué digo que me separo de él? Porque hay contraejemplos, y muchos. Mucha gente, y muchos están en este blog, mejoraron significativamente su equilibrio entre la vida profesional y personal. En el blog de Time Ferris hay un estudio de caso de un info-emprendedor que factura cerca de 1.000.000 de dolares al mes (AL MES, no al año) con su producto de fitness, y su motivo lamentable para emprender fue el de nunca tener que volver a despertarse con un despertador…me encanta. Aunque es cierto que, sobre todo al principio, la mayoria de los dueños de su tiempo no lo han hecho trabajando menos, sino eligiendo en qué trabajan y ganando en libertad. Pero también es cierto que con el tiempo, muchos han mejorado su libertad. No voy a extenderme sobre lo que ya hablo en mi formación, pero es importante saber que si quieres mejorar tu calidad de vida, esto tiene que ser parte del plan, y es posible porque otros lo han hecho, aunque no digo que se consiga sin esfuerzo. Si tu motivo lamentable para emprender es el de mejorar tu calidad de vida, no empieces una empresa con un objetivo diferente, como el de facturar millones o el de llamar la atención de las revistas de negocios. Piensa todo tu sistema y tu negocio para que tu vida mejore con ello, y te recomiendo que lo pienses bien, sabiendo que quizás tengas que arremangarte bastante sobre todo al principio. Sin embargo es cierto que ahora las preocupaciones de la empresa te seguirán todo el tiempo a donde vayas, y debes disciplinarte para no invadir toda tu vida privada con conversaciones sobre tu proyecto. Y también es cierto que el hecho de mejorar tu calidad de vida es solo un motivo lamentable más para emprender, pero no suficiente como para ser emprendedor. Aunque si este objetivo forma parte del plan, ten en cuenta que debes tener una reflexión sobre tu productividad como emprendedor.
Las ventas nos esclavizan y los beneficios no s realizan
Intenta que tu empresa dé beneficios lo antes posible, y si en tu plan de negocio has puesto pérdidas en el primer año, pregúntate qué deberías cambiar para tener beneficios desde el principio. Busca ese modelo de negocio que de forma más rápida te dé beneficios sin comprometer la sostenibilidad. Lo importante no es facturar mucho, sino ganar dinero lo antes posible. Aunque el autor no lo menciona directamente, sugiere que hagas un análisis 80/20 y dejes de lado a los clientes que menos margen te dejan, que en general suelen ser los que más quebraderos de cabeza te dan (y de paso aumentas también tu calidad de vida!)
Crecer no es siempre obligatorio, no es cierto que “o creces o mueres” aunque te lo hayan enseñado en tu escuela de negocios. Es mejor saber encontrar el tamaño que se adapta a tus capacidades y deseos.
No hay nada más ridículo que alguien que te dice que tiene una idea genial, pero que no puede hablar de ella por miedo a que se la roben. Es lo que el autor llama “emprendedor Gollum”, su idea es “su tesooooro”, pero están muertos antes de empezar.
Más que de idea hay que hablar de oportunidad, y yo agrego que las últimas tendencias en métodos emprendedores hablan de “problema-solución” (te recomiendo la guía de la idea al negocio de Emprenderalia, me la he leído toda y es muy útil, además de ser gratuita). La idea no es tan importante, lo importante es cómo se ejecuta el proyecto, la forma de la idea. Hay ideas buenas que no llegan a ser buenos negocios, e ideas simples que son implementadas brillantemente. Es lo que afirmo al final de mi formación, la idea es un buen comienzo, pero está lejos de ser lo más importante. Lo importante no es qué te van a comprar, sino por qué van a hacerlo (y yo agrego que deberías preguntarte también por qué no van a hacerlo) Según el autor, la respuesta a esa pregunta se resume a que lo harán porque haces algo mejor o porque lo haces más barato. Bueno, yo creo que es una simplificación demasiado extrema, pero básicamente es así.
No se trata de “cuidar tu idea” para que no te la roben, sino de poder explicarla fácilmente en menos de 30 segundos a cuantas más personas mejor, así podrás contrastarla. Hay dos conceptos que debes diferenciar: la forma de la idea, que es la capacidad de ponerla en el mercado, y el modelo de negocio que la hace sostenible (porque también hay modelos de negocio que hacen una idea inviable).
Lo importante es la mirada del emprendedor sobre su idea, su mirada única, como la del artista sobre un paisaje: lo que hará único el cuadro es su visión de esa realidad.
Hay veces que el emprendedor se obseca con una idea que no funciona, eso le pasa por ejemplo a los falsos emprendedores que piensan que la idea es su motivo de emprender. Como digo en mi formación, es muy importante poder responderte por qué nadie puso en marcha tu idea. Y seguramente han tenido esa misma idea, seguro, pero por algo no la pusieron en marcha. Intenta responder a esa pregunta. Sin embargo, mientras cambiar la forma de la idea es casi inevitable, cambiar radicalmente suele ser caro, y a menudo inviable. Es importante tener un plan B por si la idea no cuaja (y quitarse de encima todos los prejuicios culturales que tenemos sobre el fracaso, que es parte del camino!).
La importancia de elegir un sector que se conoce
Hace unos meses entrevisté a un presumible dueño de su tiempo. Sin embargo, cuando llegó la pregunta del millón, me di cuenta que no era un dueño de su tiempo. Cuando le pregunté “Te has arrepentido alguna vez”, me respondió que cada día desde que dejó su trabajo. Hacía 7 años que no se tomaba vacaciones y él y su mujer trabajaban casi todos los fines de semana. Cuando repasé su historia, me di cuenta que había hecho todas las cosas que digo en mi formación que hay que evitar: Empezó por un producto y no por una demanda, se endeudó desmedidamente, intentó reproducir sus condiciones de trabajo en su negocio, no empezó pequeño (pensando en grande, pero pequeño)… y se lanzó en 2 sectores que no conocía en absoluto: Las piscinas y la restauración. Yo lo había entrevistado porque me habían hablado de su fabulosa vida en Tailandia, pero en realidad apenas podía disfrutar de esos maravillosos paisajes.
Como ya leí en el increíble libro “The new Business Road test” de John Mullins, el sector debe pasar también por un exhaustivo análisis, no solo la idea. El sector, la industria, debe ser atractiva. Dice Mullins que la crisis de las punto com se debió a ideas interesantes de empresas prometedoras que se movían en industrias sin atractivo.
Pero además debes preguntarte si te gustará trabajar en ese sector (o al menos si tu negocio es automatizable en caso de que ya no te guste una vez montado). Para saber si el sector que has elegido es en el que quieres trabajar, imagina que tu idea no funciona y que tendrás que encontrar otra en el mismo sector. ¿Sigues teniendo el mismo entusiasmo? Es que para escoger el sector has de tener cierto feeling con él, y si quieres hacerlo con el mínimo esfuerzo, como lo digo en mi formación, también tendrás que conocerlo, porque conocer las reglas te permitirá aumentar tus probabilidades de éxito.
¿Y si aun así quieres emprender en un sector que no conoces? Pues habla con personas de ese sector. A través de las dudas que te manifiesten, podrás anticipar dificultades. O trabaja un tiempo en ese sector por cuenta ajena y tomate el tiempo de conocerlo. O, a pesar de que el consejo es no hacerlo, asóciate con alguien que venga de ese sector.
El sector que elijas debe estar en auge, y si es así será una de tus principales fuentes de financiación. Por más que tengas una idea brillante en el sector de los video-clubs por ejemplo, yo no invertiría en ese sector. Para evaluar tu sector verifica que esté creciendo, eso es más importante que el tamaño en sí del mercado. Debe ser un sector de buenos márgenes, para absorber los errores del comienzo. Y si los competidores entran en el mercado a un ritmo más acelerado que el crecimiento de la demanda, ten en cuenta que los márgenes van a caer con el tiempo. Un sector saturado es por definición un sector poco rentable, así que verifica que la competencia no sea atroz y de preferencia donde la inversión inicial para entrar sea baja, ya que si las cosas salen mal, es diferente fracasar con 10 000€ que con 100 000. Y también el momento económico es importante, obviamente; Sin embargo te invito a leer este articulo que escribí para el blog español Desencadenado, ya que no por ser momentos bajos no hay ideas de negocios ni sectores que bullen. Y si el sector peca de falta de profesionalización o de una mala gestión, puede que te sea muy fácil mejorar lo presente y hacerte un hueco en el mercado.
Nunca pongas todos los huevos en una misma cesta
No olvides que, aunque no te lo hayan dicho en la escuela de negocios, necesitas poder satisfacer tus necesidades para vivir durante todo el periodo en el que emprendes. Muchos negocios no han prosperado no porque la idea sea mala, sino porque el emprendedor ha tenido que abandonarla y buscarse un trabajo para subsistir. Así que si puedes contar con el sueldo de tu pareja o con ahorros, tanto mejor! Si no tienes un aire financiero, es posible que tus necesidades te impidan tomar decisiones con objetividad. El autor cuenta cómo esperó hasta poder tener ahorros como para vivir 2 años incluso si no facturara un euro. Tus necesidades personales (tu sueldo) DEBEN estar en tu plan de negocios. Y por supuesto, no vivas como un empresario rico a la primera de cambio, no seas precoz repartiendo beneficios. Todos los emprendedores (y los coachs financieros!) recomendarán una vida austera, al menos por un tiempo.
Si no tienes el apoyo de tu familia, tendrás una presión añadida que será casi insoportable. No des ese paso sin el apoyo de los tuyos, no solo económico, sino también moral, lo necesitarás.
¿Un equilibrista puede ser dueño de su tiempo?
Bueno, aquí es donde me voy a separar del autor, pero dándole la razón en muchas cosas. Según Trias de Bes, emprender para tener mejor equilibrio entre la vida personal y profesional es el más inalcanzable de los motivos lamentables para emprender, porque emprender es un contrato de 24 horas al día durante los 365 días del año. Y muy frecuentemente, tengo que admitir, esto es cierto, sobre todo al principio. ¿Y por qué digo que me separo de él? Porque hay contraejemplos, y muchos. Mucha gente, y muchos están en este blog, mejoraron significativamente su equilibrio entre la vida profesional y personal. En el blog de Time Ferris hay un estudio de caso de un info-emprendedor que factura cerca de 1.000.000 de dolares al mes (AL MES, no al año) con su producto de fitness, y su motivo lamentable para emprender fue el de nunca tener que volver a despertarse con un despertador…me encanta. Aunque es cierto que, sobre todo al principio, la mayoria de los dueños de su tiempo no lo han hecho trabajando menos, sino eligiendo en qué trabajan y ganando en libertad. Pero también es cierto que con el tiempo, muchos han mejorado su libertad. No voy a extenderme sobre lo que ya hablo en mi formación, pero es importante saber que si quieres mejorar tu calidad de vida, esto tiene que ser parte del plan, y es posible porque otros lo han hecho, aunque no digo que se consiga sin esfuerzo. Si tu motivo lamentable para emprender es el de mejorar tu calidad de vida, no empieces una empresa con un objetivo diferente, como el de facturar millones o el de llamar la atención de las revistas de negocios. Piensa todo tu sistema y tu negocio para que tu vida mejore con ello, y te recomiendo que lo pienses bien, sabiendo que quizás tengas que arremangarte bastante sobre todo al principio. Sin embargo es cierto que ahora las preocupaciones de la empresa te seguirán todo el tiempo a donde vayas, y debes disciplinarte para no invadir toda tu vida privada con conversaciones sobre tu proyecto. Y también es cierto que el hecho de mejorar tu calidad de vida es solo un motivo lamentable más para emprender, pero no suficiente como para ser emprendedor. Aunque si este objetivo forma parte del plan, ten en cuenta que debes tener una reflexión sobre tu productividad como emprendedor.
Las ventas nos esclavizan y los beneficios no s realizan
Intenta que tu empresa dé beneficios lo antes posible, y si en tu plan de negocio has puesto pérdidas en el primer año, pregúntate qué deberías cambiar para tener beneficios desde el principio. Busca ese modelo de negocio que de forma más rápida te dé beneficios sin comprometer la sostenibilidad. Lo importante no es facturar mucho, sino ganar dinero lo antes posible. Aunque el autor no lo menciona directamente, sugiere que hagas un análisis 80/20 y dejes de lado a los clientes que menos margen te dejan, que en general suelen ser los que más quebraderos de cabeza te dan (y de paso aumentas también tu calidad de vida!)
Crecer no es siempre obligatorio, no es cierto que “o creces o mueres” aunque te lo hayan enseñado en tu escuela de negocios. Es mejor saber encontrar el tamaño que se adapta a tus capacidades y deseos.
¿Ya sabes por dónde podría fallar tu modelo de negocio? Hace ya unos 5 años que leí este libro, y tengo todas sus enseñanzas bien grabadas, sus lecciones me acompañaron al tomar mi decisión de emprender, y aunque yo también lo hice por un motivo lamentable, no es menos cierto que siempre había soñado con convertirme en dueña de mi tiempo. ¿Tú estas preparando el camino?
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