sábado, 5 de enero de 2013

Por esa playa embanderada de gaviotas

Yo soy el niño que juega con la espuma

de los mares desahuciados

Por esa playa embanderada de gaviotas

yo estiro mis brazos como flojas redes

mientras las olas pellizcan mis sueños

y una sola lágrima revienta contra las rocas

Los arrecifes se asoman a la orilla

vienen descalzos a bailar sobre mi alma

y en sus labios traen algas y corales

la levadura del mar convertida en beso

Yo muevo mis pies entonces

como dos viejos remos

mi corazón es un océano de rostros y de manos

y yo entro en él sin darme cuenta

con mi equipaje de arena

aferrado al timón del viento

a la proa de los años

donde una voz que no es mi voz

eleva el ancla de este pequeño barco

que se aleja con mi infancia a bordo.

Mario Meléndez  


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