sábado, 19 de enero de 2013

Prepárate cuando no haga falta para cuando haga falta estar preparado

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enRhEDSe ha dicho en alguna ocasión que «la suerte es el resultado de estar muy bien relacionado». Mucho hay de cierto en esta afirmación. Si la vida es algo, la vida son relaciones, y más aún en el mundo de la empresa, y más todavía en culturas como las latinas y mediterráneas que son de contacto.

Por dar un par de datos que recojo en mi libro Fast Good Management, España ocupa en Europa el noveno lugar de un total de diez en utilización de gestión profesional de Recursos Humanos; por el contrario, en la utilización de sistemas de contratación basados en las afinidades personales ocupa la primera posición. 

No obstante, y como ya hemos hablado en más de una ocasión, networking no es establecer relaciones, sino mantener relaciones. O como decía Andrés Ortega (@ander73), Director General de RRHH de Damco, en su excelente artículo Be networker my friend: «Networking no es conocer mucha gente, sino conectar con personas. Se sigue confundiendo networking con intercambio de tarjetas». Andrés Ortega es, precisamente, uno de los impulsores junto a otras personas de enRhED, que entiende que «la cooperación en red es la forma de actuación que más y mejor puede generar valor».

¿Esto qué significa? La conclusión es clara: el networking hay que trabajárselo y cuidarlo. Y hay quehacerlo cuando no hace falta para cuando haga falta poder utilizarlo. Ya se sabe: Cuanto más sudas en tiempos de paz, menos sangras en tiempos de guerra. Es el mensaje implícito en la fábula La cigarra y la hormiga.

La mayoría de la gente recurre al networking cuando la cosa se pone fea: sufre un despido o tiene que echar el cierre a su propia empresa. El refranero, siempre sabio, tiene su versión particular de esta actitud: Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena

Esa actitud no es la más recomendable por varios motivos:

1. Primero, porque se da la sensación de ser una persona que se mueve exclusivamente por el interés.
2. Segundo, porque nos lleva a actuar movidos por la ansiedad: hay que recuperar el tiempo perdido, y con ansiedad en el cuerpo, no se adoptan las mejores decisiones.
3. Tercero, porque con las prisas nos lleva a poner a veces en compromiso a las personas forzando que se rompan las relaciones. 

Cuando a uno le va bien en la vida, tiende a ‘descuidarse’. Reflexionar desde el éxito es muy complicado. Es normal, pecados del ser humano. Es, probablemente el mayor peligro en la vida de las personas y de las empresas: la autocomplacencia; el exceso de relajación, el aburguesamiento producto de la comodidad de la situación.

Hace algunas semanas publicábamos el post Te va ocurrir una de estas dos cosas. Y allí decíamos: «O tu propia empresa va a quebrar o te van a despedir de la empresa en la que trabajas». Todo tiene una fecha de caducidad más corta y cada vez estaremos obligados a pasar, todos, por mini–crisis tanto personales como profesionales. No se salvará nadie. Ni yo ni tú.

En este contexto, el networking, que siempre ha sido importante, cobra más importancia que nunca. Es una de las ventajas competitivas actuales. Las Redes Sociales –Facebook, Twitter, LinkedIn–, son una excelente vía para establecer un primer contacto y poder acceder a gente que de otra manera sería complicado, pero después a la gente hay que conocerla en versión 1.0, ponerla cara y ojos y mantener vivo el fuego de la relación para que no se apague.

Esto significa que el networking exige tiempo, esfuerzo y energía. El networking es un trabajo en sí mismo. Simplemente apunto tres ideas respecto a esta cuestión:

1. Networking tiene que ver más con dar que con recibir. Nos han enseñado a relacionarnos con el objetivo de ‘a ver qué puedo sacar del otro’. Es una versión cínica y egoísta del networking. El enfoque es el inverso: dar para recibir. A quien actúa de esta manera, le acaban sucediendo cosas buenas.

2. Networking es aportar valor. Si vas saltando de evento en evento pero no tienes nada valioso que ofrecer, simplemente sumas gente a tu agenda pero no construyes. Por eso la clave número uno de cualquier negocio o estrategia de marca personal es la diferenciación: Dedícate a ser el mejor siendo diferente, ya sea por lo que ofreces, cómo lo ofreces o lo que haces sentir.

3. Networking no es irse de cañas. Esa es la versión ‘guay’ y tuiteable del networking. Irse de cañas está bien, es necesario, el punto de partida, pero insuficiente. Irse de cañas establece contactos, pero nada más. Luego hay que pasar a la acción. Networking no es sólo ocio sino también negocio.

Termino con una frase de John C. Maxwell (@johncmaxwellco), autor del excepcional libro El poder de las relaciones, y al que ya hemos citado aquí varias veces: «Trabajar duro no es suficiente; tampoco ser excelentes en lo que hagamos; para ser exitoso tienes que aprender a establecer relaciones».

* Hoy en Libros de Management (@librosdemanagem) puedes ver una reseña de Alíate con el miedode Juana Erice; también Zara: visión y estrategia de Amancio Ortega de David Martínez; y Los mitos de Silvia de un grupo de importantes profesionales de Recursos Humanos.

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