Un sistema regional de innovación debe servir para analizar la adaptación de los territorios a las nuevas situaciones tecnológicas e industriales y tiene que ser un instrumento para planificar, dinamizar y hacer competitivos los territorios mediante la interacción, movilización y regulación de agentes, recursos, e infraestructuras. Por otra parte, hay que distinguir entre los inputs o medidas políticas que llevan acabo los agentes y administraciones y los ouputs del sistema que son objetivos a alcanzar. Así, un sistema de innovación competitivo es aquel que muestra habilidades para conseguir unos éxitos que garanticen una mejora del nivel de vida de la sociedad.
1. El nuevo marco de la competitividad territorial
El diamante de la competitividad establecido por Porter se complementa con el sistema regional de innovación, devenido éste en mecanismo conceptual que sirve para analizar la adaptación de los territorios a nuevas situaciones tecnológicas e industriales (densidad de investigadores, calidad de la investigación, mapas de investigadores, redes de infraestructuras, transferencia y transmisión). Y, también, instrumento para planificar, dinamizar y hacer competitivos los territorios mediante la interacción, movilización y regulación de agentes, recursos, e infraestructuras.
Por otra parte, en una visión de la competitividad (figura 1), podemos distinguir entre losinputs o medidas políticas que se llevan acabo por los agentes y administraciones, y losouputs del sistema que son objetivos a alcanzar. Así, un sistema de innovación competitivo es aquel que muestra habilidades para conseguir éxitos en el plano internacional que aseguren una mejora del nivel de vida para todos. Este bienestar se deriva de múltiples factores como son las estrategias empresariales y el desarrollo de negocios con fuerte soporte de la innovación, crecimiento de la productividad, beneficios, y desarrollo sostenible. Así, podemos plantear que un territorio es competitivo si tiene diseñado y gestiona adecuadamente un sistema regional de innovación en el que los entornos científicos y tecnológicos tienen un protagonismo creciente.
La nueva lógica espacial viene impulsada por la ciencia, la innovación tecnológica y la globalización de las economías. En estos tres ejes convergentes pivota el actual desarrollo urbano y regional, pues las regiones que ganan son las regiones urbanas; las fábricas y las oficinas refluyen hacia las grandes ciudades. Esta nueva lógica afecta a las pautas de localización empresarial y al conjunto de relaciones que los sectores productivos mantienen con el territorio urbano.
Al analizar nuestras ciudades para implementar Planes, Programas y Estrategias, debemos tener en cuenta el territorio con sus características, recursos, políticas, dependencias y relaciones. Determinados factores tienden a perder importancia, mientras que otros como las redes e infraestructuras que proporcionan conectividad y nuevos conocimientos adquieren ahora más importancia.
En este bosque de bosques el éxito de nuestras ciudades depende de un sistema de innovación con todos sus elementos engranados que proporcionen productividad, innovación, y orientación al mercado internacional del conjunto de sectores locales. A las ciudades se les aplica el concepto de competitividad enfatizando la capacidad de la economía local para mantener y atraer empresas al tiempo que aumenta el nivel de vida de quienes participan en ellas. En este proceso de globalización, la competitividad ya no depende de los recursos naturales o energéticos, de la base industrial tradicional, de la posición geográfica, de la acumulación de capital o de la voluntad política de un estado protector.
En definitiva, estamos ante un nuevo marco de competencia que propicia la especialización de ciudades y metrópolis en actividades intensivas en conocimiento generadoras de alto valor añadido, dando lugar a un nuevo espacio de flujos que favorece una organización en red donde las ciudades se erigen en nodos articuladores de la nueva economía de archipiélago.
Fuente: elaboración propia.
Figura 1. La Competitividad Territorial: Inputs y Ouputs
2. Elementos-mecanismos de competitividad.
2.1. Actividades de investigación:
Las actividades de investigación de excelencia se han convertido en un factor crítico de competitividad para ciudades y regiones que aspiran no sólo a mejorar sino a cambiar la estructura productiva y elevar la calidad de vida. En España, hace años que se abrió un proceso de descentralización que conlleva una cierta regionalización de la enseñanza superior e incluso de la investigación. En estos momentos dicha dinámica se aprovecha para plantear las posibilidades y relaciones de producción, intercambio, cooperación, transmisión y difusión que existen entre territorios con universidades y centros de investigación. Regiones y ciudades son competitivas con y por la investigación, los investigadores, los polos de investigación, y en general con la I+D (véase Cuadro 1).
Cuadro 1
Producción de Conocimientos |
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2.2. El entorno tecnológico:
Las regiones también se hacen atractivas y competitivas si han desarrollado y cuidado un entorno tecnológico (véase Cuadro 2) que mantiene relaciones de colaboración fluidas con la investigación, el entorno productivo y los demás agentes del sistema. Salvando las distancias, podemos aplicar aquí aquello de "dime el entorno tecnológico que tienes y te diré el sistema productivo que existe en el territorio y su competitividad".
Cuadro 2
Equipamiento e Infraestructuras de Transferencia Tecnológica |
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Se trata de redes tecnológicas distribuidas y de activos, no necesariamente asociadas a suelo o edificios, con importancia creciente para las regiones. Cada vez son más las ciudades que implementan infraestructuras blandas de este tipo, bien sea al amparo de universidades y administraciones regionales (caso de redes de laboratorios y centros tecnológicos, como la Red de Laboratorios de la Comunidad de Madrid con tutelaje público), bien sea al amparo de Ayuntamientos (redes locales de apoyo, viveros), Cámaras y otros agentes.
2.3. Apoyo institucional y riesgo:
La innovación no surge de la nada. Siempre ha necesitado el apoyo institucional y el riesgo en diferentes versiones, tal como recoge el Cuadro 3.
Cuadro 3
Financiación de la Innovación-Mercados y Resultados |
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En este sentido, los gobiernos regionales están creando agencias de capital riesgo, participan en empresas estratégicas de alta tecnología, impulsan redes tecnológicas de comunicaciones para la investigación o reservan diferentes recursos para la atracción e inversión extranjera de cara a ampliar las posibilidades de un territorio competitivo.
2.4. Tejido productivo y empresarial:
El tejido productivo y empresarial ha sido y es ampliamente analizado desde diversas perspectivas. Desde la óptica de los sistemas nacionales de innovación, interesa descender a los mecanismos de apropiación del conocimiento y de la tecnología. Algunos mecanismos a reforzar (véase Cuadro 4) abundan, previa educación básica pero sólida, en la cualificación del personal disponible pero también en la participación de la población en la formación de por vida; en el empleo en sectores tecnológicos apoyados fundamentalmente en el conocimiento, en el equilibrio y la regulación de los empleadores; en la capacidad de las pymes de mantener departamentos de desarrollo tecnológico, y en la creación e implicación de grandes empresas con la investigación aplicada.
Cuadro 4
Sistema Productivo, Transferencia y Aplicación de Conocimientos |
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A este grupo de factores, podemos añadir otros, no menos importantes, en la organización de cualquier sistema de producción equilibrado, a saber: la existencia y capacidad de activos fundamentales como los Institutos Politécnicos y de EE. MM. con líneas de equipamiento, ratios, conexión y aproximación a la industria y demás sectores económicos, adaptación de oferta-demanda, participación de empresarios en programas. Los Centros de Apoyo a la Formación de Tecnologías (oferta-demanda, clientes, cursos, usos); e incluso las Escuelas de Artes y Oficios Aplicados ya desaparecidas deberían recuperarse. Y, sin querer agotar las posibilidades, bucearemos en la calidad de equipamiento urbano e infraestructuras para incubar y crear nuevas empresas como los Centros Locales de Emprendedores (distribución, tipo empresas-negocios asistidos), los Viveros Locales-Municipales (negocios y ocupación de jóvenes, actividades urbanas, escolares, culturales) o las Incubadoras Públicas-Privadas (ocupación-rotación y tiempos, tipos de NEBT creadas y localización posterior, seguimiento).
En todo caso, se persigue masa crítica para apoyar plataformas tecnológicas a partir de clusters. También elevar el número de empresas creadas en un periodo de tiempo con su estructura, rotación, y posibles efectos multiplicadores en el tejido.
2.5. Emprendedores:
Los emprendedores, el talento y las personas son la clave en la actual reorganización industrial y empresarial, pues la tecnología depende de ellos. Podemos diseñar y planificar los mejores centros de investigación e infraestructuras con toda una amplia oferta de mecanismos de transferencia, pero sin emprendedores que consigan ser empresarios y que pongan los conocimientos convertidos en productos-servicios en el mercado y en la sociedad iremos a remolque de la innovación. Los emprendedores, al contrario que los proyectos, centros tecnológicos y demás infraestructuras no abundan. Y no abundan porque, en general, en nuestras ciudades y regiones no hay un modelo cultural.¿Sabemos qué hacen nuestros licenciados, técnicos y tecnólogos, dónde trabajan, de dónde proceden, qué producen, cuál y cómo debería ser el modelo formativo para abrir iniciativas emprendedoras? Conviene reparar, además de considerar todo lo anterior referido a la creación de "nuevas empresas de base tecnológica", en elementos de la cultura local que pueden condicionar el volumen de la oferta de empresarios, como son la consideración social que merece la figura del empresario y la capacidad de riesgo que se traducen en una mayor propensión a convertirse en empresario (véase Cuadro 5).
Cuadro 5
Emprendedores, formación y nuevas empresas tecnológicas |
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La dedicación anterior, el talento y el origen o el nivel de formación, son claves para conocer la movilidad social, sus costes y dependencias, y las perspectivas o predisposiciones de nuestros jóvenes hacia y en la innovación. Esto es un proceso a internalizar en las escuelas, universidades y en la sociedad, en general. Los elementos de cultura técnica y la oferta de formación profesional y especializada nos ayuda a trazar el mapa del emprendimiento, mecanismo básico, junto a la libertad y creatividad, de la innovación. La industria y la empresa, como la investigación, requieren dedicación, paciencia y dedicación continua.
3. Competitividad y ventajas territoriales.
En cualquier caso, la base de la competitividad del tejido empresarial y de las regiones urbanas va más allá del uso efectivo y eficiente de los factores de producción clásicos. El desarrollo adecuado y eficaz de elementos intangibles adquiere una especial importancia en la caracterización y éxito de las ciudades y sus organizaciones creando ventajas competitivas sostenibles.
Las relaciones entre la competitividad acentuada por la globalización y la justificación de diseñar o tener sistemas de innovación consolidados, deben ser objeto de una atención específica. No se trata de obtener resultados sólo en términos de crecimiento económico, empleo y cohesión social, sino de vincular directamente estos resultados -que más bien son objetivos- a un incremento simultáneo de las capacidades de los actores y a una mejora sustancial de la innovación política, institucional y empresarial que proporcione calidad de vida. Como en el traído y llevado desarrollo sostenido en el que para que sea sostenido tiene que haber primero desarrollo, aquí más que gobernanza de la innovación habrá que innovar en la gobernanza.
Cuando la tecnología ya no es suficiente para desarrollar sistemas sociales complejos, los sistemas de innovación completos y bien desarrollados son una herramienta que puede elevar la competitividad, pues proporcionan ventajas y diferencias territoriales. Ocurre que ahora, se vuelven competitivos territorios que utilizan bien los recursos. Incluso se dan circunstancias en geoterritorios, por las que los que eran, dejan de serlo, y los que no lo eran, lo son. De todas formas, los agentes públicos y privados lideran las reglas de la competitividad territorial y lo hacen mediante una estrategia que incluye las ventajas comparativas derivadas de entornos como el científico, la formación del personal, la creación de redes de centros e institutos de investigación, la planificación de la industria, y las mayores o menores posibilidades de captar inversiones.
Un sistema regional de innovación debe servir para analizar la adaptación de los territorios a las nuevas situaciones tecnológicas e industriales y tiene que ser un instrumento para planificar, dinamizar y hacer competitivos los territorios mediante la interacción, movilización y regulación de agentes, recursos, e infraestructuras. Por otra parte, hay que distinguir entre los inputs o medidas políticas que llevan acabo los agentes y administraciones y los ouputs del sistema que son objetivos a alcanzar. Así, un sistema de innovación competitivo es aquel que muestra habilidades para conseguir unos éxitos que garanticen una mejora del nivel de vida de la sociedad.
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