COMPETIR CON LA MENTE
La mente es la casa de las creencias que promueven los pensamientos que conducen a las acciones que emprendemos.
La mente es lo que desarrolla y dirige la estrategia.
La mente provee una imagen e instruye al cuerpo en los movimientos necesarios para actuar.
La mente es el observador que hace las decisiones acerca de la clase de autodiálogo que utilizamos cuando actuamos.
La mente controla nuestra fisiología.
La mente se hace cargo del control emocional.
La mente es la locomotora que conduce al tren!
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Suecia se está “destetando” de los combustibles fósiles. El país depende del petróleo
sólo para el 30% de su energía, por debajo del 77% en 1970 (Estados Unidos
depende de combustibles fósiles para el 85% de su energía).
De todos los coches vendidos en Suecia, el 20% puede funcionar con etanol
(por encima del 2% en 2000). Un coche que utilice etanol hecho de caña de azúcar
o de celulosa emite un 90% menos de gases de efecto invernadero que un automóvil
con motor de gasolina. Los principales fabricantes suecos de vehículos a motor, como
Scania, ofrecen automóviles capaces de utilizar diferentes combustibles, siendo capaces
de circular con etanol, con gasolina convencional o con una mezcla de ambos.
Una comisión, patrocinada por el gobierno sueco, anunció su intención de hacer de
Suecia la “primera economía libre de petróleo”, empezando por la región del Golfo
de Botnia (situado a 200 kilómetros al norte de Estocolmo), que utilizará
biocombustibles en sus 22 municipios. En esta región, el etanol de baja emisión ya
está disponible y a un precio igual que la gasolina normal. Se puede suponer que
cambios de esta magnitud requieren de un esfuerzo gubernamental masivo, que implica
a decenas de miles de personas, importantes subsidios y años de extensa investigación
financiada; pero, de hecho, un sinnúmero de redes locales ha evolucionado en
silencio, catalizado por los esfuerzos de pequeños y valientes grupos de líderes.
La historia de Suecia es un modelo de innovación básica: cambios en la
tecnología y en la organización; creación de nuevas industrias, transformación de
las ya existentes y remodelación de las sociedades. Las innovaciones básicas,
incluyendo la electrificación, la automoción, el transporte aéreo comercial, la
informática digital e Internet no sólo involucran a una nueva tecnología, sino a una
colección de nuevas invenciones, prácticas, redes de distribución, empresas y modelos
de negocio, así como a cambios en la forma de pensar que se combinan para
transformar la manera de hacer negocios, la tecnología utilizada y a los individuos
implicados. En los últimos años, una nueva ola innovación de innovaciones básicas
ha comenzado. DuPont, por ejemplo, está cambiando la dependencia de los materiales
de su línea básica de productos del petróleo a materias primas de base biológica
para reducir la dependencia del petróleo convencional y del gas. Coca Cola se
asoció con el Fondo Mundial para la Naturaleza con el objetivo de devolver “cada
gota de agua que usamos en nuestras bebidas y su producción” a la naturaleza. Nike
ha reducido sus emisiones de carbono en un 75% desde 1988 y sus líderes han tenido
que repensar la forma en la cual diseñan, producen y distribuyen sus productos. Tales
esfuerzos son respuestas al cambio de contexto, donde la perspectiva del cambio
climático global, la creciente cantidad de residuos y su toxicidad, y la disminución de
los recursos han catalizado nuevas formas de pensar. Estas historias nos proporcionan
pistas sobre lo que va a pasar en la nueva era.
La burbuja de la era industrial
En términos financieros, una burbuja es un fenómeno por el cual los precios de los
activos superan el valor de los mismos. Cuando las burbujas financieras explotan, nos
preguntamos: “¿Cómo es posible que la sobreexpansión y el colapso se produzcan
una vez más involucrando a personas brillantes y con conocimientos?”. Durante
los períodos de sobreexpansión, dos visiones paralelas se desarrollan: una desde
dentro de la burbuja y otra desde el exterior.
Cada perspectiva se siente como real para quienes comulgan con ella. Cuanto más
crece la burbuja, más atraídas se ven las personas hacia esas intensas creencias
reafirmantes que les inspiran.
Con el tiempo, los que están dentro de la burbuja llegan a estar tan absorbidos por su
nueva realidad, que ya no puede entender el punto de vista de quienes están fuera de ella.
Las burbujas no son totalmente perniciosas; suelen proporcionar algún beneficio real,
al menos para algunas personas y durante un cierto tiempo. Algunas empresas punto
com fueron grandes activos. Algunas hipotecas de alto riesgo mejoraron la vida de
muchos. Cuanto más tiempo dure una burbuja, más gente y recursos se verán
inmersos en ella; cuanto más se beneficien, más apoyo existirá a que esas creencias
se arraiguen. Si una burbuja dura generaciones, es difícil imaginar alternativas. No
obstante, en algún momento, las tensiones e inconsistencias entre la vida dentro de
la burbuja y la realidad del exterior –más grande– han de ser resueltas. La burbuja
no se puede expandir indefinidamente. La era industrial constituye un ejemplo burbuja
extendida en el tiempo, durante dos siglos, cuyo positivo impacto es innegable: la
esperanza de vida se ha duplicado desde mediados de 1800, la alfabetización ha
pasado de 20% a 90%, los inmensos beneficios se han materializado en nuevos
productos y servicios, así como en avances en salud, comunicación, educación y
entretenimiento.
Pero la era industrial también tuvo muchos efectos secundarios nocivos, incluyendo
crisis medio ambientales, residuos de mayor toxicidad, una continua tensión en
los limitados recursos naturales, una pérdida de la comunidad y una mercantilización
de la vida que ha llevado a una creciente brecha entre ricos y pobres.
El biólogo Edward O. Wilson llama a la perspectiva desde fuera de la burbuja de la
edad industrial “el mundo real”. No importa cuán valiosos hayan sido los activos y las
aportaciones de la industrialización, sus costes hacen que la burbuja sea insostenible.
Son claras las señales de que las inversiones de dinero, esfuerzo y atención que
llevaron al éxito durante la burbuja ya no producen el mismo rendimiento y beneficios.
Sin embargo, las inversiones fuera de la burbuja producirán más riqueza y
sosteniblilidad que las personas desposeídas de viejas convicciones y las antiguas
prácticas. El ritmo de los cambios climáticos (como el deshielo de los glaciares y
casquetes polares y la inestabilidad climática) está convenciendo a muchos científicos
y líderes de que un desbordamiento catastrófico sólo puede ser evitado a través
de una rápida reducción de las emisiones, para igualar o superar una caída por debajo
de la tasa por la cual el CO2 sea eliminado de la atmósfera en las próximas dos o tres
décadas. Para conseguirlo, se necesitará una reducción del 60% al 80% de las
emisiones, a nivel mundial, en 20 años. Éste es el desafío 80-20 al que nos enfrentamos.
El nuevo mundo real
El reto 80-20 requiere cambios radicales en los tipos de energía que utilizamos,
en los coches que conducimos, en los edificios en los que vivimos y trabajamos, en
las ciudades que diseñamos y en la forma en la que movemos a las personas y los
bienes; además de otros cambios que aún no podemos imaginar. Es por eso que la
innovación básica es tan importante: debemos repensar y reconstruir
rápidamente nuestra infraestructura, tecnología, organizaciones y el enfoque sobre
cómo trabajamos con la naturaleza. La burbuja de la edad industrial ha alcanzado
sus límites.
Ir más allá de la burbuja significa apostar por opciones que reflejen diferentes
creencias, supuestos y principios rectores. En la naturaleza hay una fuente
principal de energía: la radiación solar. Por el contrario, el 90% de la energía
utilizada durante la burbuja de la edad industrial proviene del uso de los
combustibles fósiles. Aprender a vivir más allá de la burbuja significa vivir con
nuestros ingresos energéticos, confiando en las formas de energía proveniente de
fuentes renovables (solar, eólica, mareomotriz o procedente de las plantas).
La naturaleza no produce residuos: cada subproducto de un sistema natural es
un nutriente para otro. La burbuja de la era industrial genera enormes desperdicios.
En un mundo postburbuja, todo -automóviles, móviles, edificios, aparatos- debe ser
100% reciclable, remanufacturable o compostable. También debe existir una actitud
diferente hacia la brecha entre ricos y pobres. No es sostenible que el 15% de la
población tenga el 85% de la riqueza. Todas las instituciones deben aceptar la
necesidad de dejar una biosfera saludable para las futuras generaciones y para
todas las especies.
Cumplir con el desafío 80-20 requiere innovaciones básicas a una escala
y velocidad nunca antes vista
Por eso es por lo que algunas instituciones están recurriendo a estrictas y
descendentes soluciones, como regulaciones restrictivas sobre determinados
usos de tipos de energía o materiales. Pero estos enfoques a menudo conducen
a desplazar la carga, al tratar de resolver complejos problemas abordando
solamente síntomas individuales. Muchos éxitos del mundo real comienzan poco
a poco, atrayendo gradualmente una participación más amplia, y pronto crecen a
gran escala. Los líderes empresariales pueden aplicar sus habilidades en la
gestión, el espíritu empresarial y la perspicacia económica para impulsar el cambio.
Historias de éxito que comparten muchas características con la experiencia
de Suecia
Algunos, como el sistema de certificación de Liderazgo en Energía y Diseño
Ambiental (LEED), fueron defendidos por grupos industriales (US Green Building
Council). Otros son dirigidos por empresas o agencias gubernamentales. La gente
aprende a buscar aliados fuera de sus organizaciones, y aunque los beneficios
a largo plazo requieren coraje, capacidad de adaptación y el aprendizaje a lo largo
del camino, los beneficios a corto plazo frecuentemente superarán las expectativas.
Hay mucho dinero que ahorrar. Muchas compañías, incluyendo GE, Alcoa, DuPont,
Ford y Wal-Mart, han logrado ahorros masivos reduciendo la producción de
residuos y el uso de energía. Google e IBM han descubierto que la eficiencia
energética les da una ventaja competitiva.
También hay dinero que ganar. Empresas que escapen pronto de la burbuja y
contribuyan a la creación de una infraestructura o de una línea de productos que
encarnen los
principios ecológicos y reduzcan dramáticamente los gases de efecto invernadero
darán forma al futuro de sus industrias. Toyota, Honda, Sony Europa, GE,
Shell y otros están reorientándose de esta manera. Por ejemplo, GE está comprometida
con duplicar sus inversiones en I+D de inversión para su suite de tecnologías
Ecomagination, incluidas las turbinas de energía eólica, aparatos energéticamente
eficientes, sistemas de desalinización y motores de aviones y locomotoras de
bajas emisiones. Las inversiones de GE están mejorando las perspectivas de
crecimiento del sector de las energías renovables, así como las del sector de
tecnologías limpias.
Estos ejemplos muestran que aprender a vivir más allá de la burbuja puede
ser emocionante, rentable y estratégicamente de gran alcance
Sin embargo, no es fácil. En muchas industrias no existen directrices
claras para el cambio. Corresponde a los directivos y gerentes encontrar la manera
de equilibrar los imperativos del cambio a largo plazo de la tecnología y de las
operaciones con el funcionamiento diario y a corto plazo del negocio. Nadie puede
asumir un reto así, individualmente.
El esfuerzo comienza hablando con otras personas, y con frecuencia termina
ahí. Lo que puede parece obvio para unos no es evidente para otros, y las
necesidades urgentes para un grupo pueden ser cuestionables para otros.
Dados los riesgos involucrados, la ruptura de las comunicaciones es frecuente.
Los innovadores en sostenibilidad deben fomentar conversaciones
que construyan la comprensión mutua y la colaboración.
Los ejecutivos de GE, por ejemplo, comenzaron haciendo preguntas acerca de
cómo expandir sus negocios. Después de preguntar a los clientes sobre su visión
y necesidades de energía limpia y agua potable dentro de 15 años, vieron que
satisfacer esas necesidades representaba grandes oportunidades. Pero su credibilidad
para la venta de productos de alta eficiencia se vería limitada, a menos que utilizara
esos mismos productos en sus instalaciones. Eso llevó a un GE a replantearse sus
procesos y prácticas.
Estamos empezando a enfrentarnos al desafío 80-20
Muchas personas y organizaciones están enseñándonos el camino; muchos más lo
seguirán. A medida que se vayan uniendo, innovando e interactuando, sus liderazgos
darán forma a un mundo diferente al de la sociedad de tomar, usar y tirar.
Peter Senge, Bryan Smith y Nina Kruschwitz, co-autores de
La Revolución
Necesaria (Doubleday)
Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº70 may70
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