lunes, 24 de junio de 2013

el mito

http://www.dueno-de-mi-tiempo.com/2013/06/24/derrumbando-el-mito-del-90/ 
Ya lo habrás leído y escuchado en muchos sitios: el 90% de las empresas que se crean no superan los 5 años de existencia. Es una estadística abrumadora y quienes te animan a que te lo pienses bien antes dar el paso, suelen sacarla a relucir. El principal argumento que tienen para desanimarte es que emprender es muy riesgoso ¿Pero no será un mito?

Vayamos por partes. Yo no desconfío de la veracidad del dato. En general esas estadísticas vienen de datos oficiales sobre solicitudes de baja de empresas. Así que voy a considerar que el dato estadístico es cierto. Pero qué te parece la siguiente frase de Mark Twain:
“Existen tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.”
No es el hecho en sí, ni la estadística lo que miente en realidad, sino la forma en que las personas usan esos datos y las conclusiones equivocadas que sacan de ellos. Así, esas conclusiones equivocadas se trasforman en “verdad” declarada y aceptada por todo el mundo durante un largo período de tiempo.
Hace un tiempo vi una publicidad feminista en la televisión francesa que me mosqueó un poco. Era la imagen del feto de una niña en el vientre de su madre, mientras una voz en off decía que sólo por ser mujer ganaría un 30% menos que sus compañeros varones, tendría menos oportunidades y haría más horas de tareas domésticas… en fin. Esos son datos estadísticos, no una condena machista ineludible. Creo que hay otras razones diferentes de la discriminación que explican esas diferencias, como el hecho de que muchas mujeres, cuando tienen hijos, se vuelcan a tener vidas más equilibradas y dedican menos energía a sus carreras. ¡Y qué bueno que tengan la libertad de hacerlo! Yo siempre gané igual e incluso más que mis compañeros varones, no hago más tareas domésticas que nadie y tuve siempre todas las oportunidades que he necesitado, sólo que si me hubiera creído las estadísticas, probablemente habría intentado con menos fuerza, me habría puesto en el papel de victima y habría limitado por eso mis propias oportunidades. La verdad, no me pareció que esa publicidad le haga ningún favor a las mujeres que tienen ambiciones profesionales.
Volviendo al 90%, a mí siempre me pareció intuitivamente que era exagerada la importancia que se le daba a este dato, pero la verdad, no sabía mucho cómo discutirlo. El dato es rotundo. Y entonces descubrí un libro que te recomiendo encarecidamente si hablas inglés: La educación de los Millonarios, de Michael Ellsberg. El autor siempre intuyó que las claves del éxito no se aprendían en la escuela, ni en la universidad (¡ni en una escuela de negocios!) . Entonces estudió qué sabían los millonarios que el resto no (aunque él no es un millonario sino más bien un “dueño de su tiempo”). Una de las cosas que descubrió es que las personas de éxito tienen una visión diferente de lo que es el riesgo y de cómo se viven los fracasos.
Ya sabes que yo no soy perfecta, y que comparto contigo en este blog todo lo que aprendo en mi camino. Así que me voy a confesar: Cuando recibí el primer rechazo de una editorial sobre mi libro, lloré. Me dolió. No me esperaba que me doliera, pensé que con todo lo que había leído (que a Tim Ferriss le rechazaron 27 veces el best seller La semana Laboral de 4 horas, y que a Paulo Coello también le dieron una negativa no sé cuántas veces más, etc) ya estaba preparada para eso, pero no. Lo viví emocionalmente como un fracaso. Pero no lo fue, fue solo un tiro que no resultó en gol. Así también lo viven los dueños de su tiempo y los millonarios. Los primeros, a diferencia de los millonarios, arriesgan poco en la jugada. Cuando una de sus jugadas no da en el blanco, como fueron con prudencia y lentamente sin arriesgar más de la cuenta, no se quedan tirados durmiendo debajo de un puente si el tiro falla. Apuntan de nuevo y vuelven a tirar, sin más. Si juegas al futbol (yo no juego al futbol, pero me gusta mirarlo con mi marido de vez en cuando por TV), verás que los jugadores tienen esta actitud. Tiran muchas veces al arco (o a puerta, o a la meta, como se diga en tu país) pero solo algunas entran. Cuando no entran, no se derrumban, porque así es el juego. Sólo lo vuelven a intentar. El problema es que la mayoría de nosotros hemos sido educados en nuestro querido sistema de educación pública de la era industrial para ser una pieza estándar del ensamblaje de una máquina. Se nos enseña a hacer lo que se espera de nosotros, y se nos reprende si nos equivocamos o si fallamos. Por eso, fallar nos genera una reacción emocional muy negativa y dolorosa. Pero el error es necesario para la creatividad. Y te aseguro que el tirar tiros fuera del arco es parte necesaria del arte de hacer goles. Entonces, los dueños de su tiempo, prueban las cosas y si no salen, aprenden, se levantan y prueban otra… pero siempre apuntando a la meta. No lo sufren, es parte del juego. Decir que no deberías intentar crear un negocio porque el 90% de ellos no subsiste al 5to año es como decir que no deberías patear al arco (o puerta o meta) porque el 80% de los tiros se van afuera. O que no deberías salir con nadie porque el 90% de las citas no terminan en una relación que dure más de 5 años. Como ves, estoy aprendiendo a ser dueña de mi tiempo, y estoy aprendiendo a tomarme con naturalidad cada tiro que se va fuera de la meta. Lo lógico es que cuando empiezas, los tiros que terminan en gol sean MUY escasos.
Por otro lado, estos datos suelen ser estadísticas oficiales de las altas en el registro de empresas. Hay muchas empresas que las dan de alta “emprendedores administrativos” que se creen que tener dada de alta una empresa los convierte en empresarios. No, no les critico. Yo fui una de ellos. Como aquí en Francia crear una micro empresa no cuesta nada, se hace por Internet y no tiene costos de mantenimiento, yo también mantuve abierta una empresa aunque no hacía nada por tener un negocio! Yo también engrosé las estadísticas. Es ridículo, pero uno no nace sabiendo. También hay muchas empresas que se dan de alta con un motivo temporal como eventos o lanzamientos, y luego cierran. Mientras estuvieron abiertas, fueron muy rentables, pero también engrosan las estadisticas. Otras empresas se reagrupan, se venden, se compran o cambian su razón social por otras razones, sin que esto tenga ningún efecto en la rentabilidad en sí del negocio, y también engrosan las estadísticas. Muchas se cierran porque de repente no dan suficiente dinero y sus dueños prefieren pasar a otra cosa, ¡pero eso no significa que terminan viviendo debajo de un puente!
El mito del 90% es que si creas un negocio, tienes un 90% de probabilidades de quedarte desnudo y muerto de hambre durmiendo debajo de un puente. Bullshit (traducción descafeinada: Eso no es cierto).  Prepárate financiera y sicológicamente para los tiros que se van afuera, pero no olvides que fallas el 100% de los tiros que no haces.
Nos leemos pronto.
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