¿Hay un talento femenino? Me he referido, claro está, a las investigaciones de la Dra. Brizendine sobre las diferencias neurológicas entre géneros. Ya he hablado de esas diferencias en ocasiones anteriores en este blog.
2. ¿Por qué tenemos que innovar? Como mecanismo de supervivencia organizativa (ley de Revans). Según la innovación y la tasa de cambio, podemos estar en crecimiento (++), en confort (+-), en transición (-+) o en estancamiento.
3. Innovar no es inventar. Innovar es algo nuevo para ti. La Fe, el Miedo y la Humillación (Geopolítica de las emociones) son determinantes para la innvación.
4. La Innovación importante no es la transaccional, sino la relacional. La innovación disruptiva (Clayton Christensen) a través de cinco hábitos: asociación, observación, cuestionamiento, creación de redes y experimentación.
5. Big Data: Volumen, Velocidad y Variedad. Las 3 V (volumen: de los terabytes a los zettabytes; velocidad: de los batch a los streaming data; variedad: de lo estructurado a lo desetructurado) que dan una ventaja femenina.
6. De la Creatividad a la Innovación: Trabajo en equipo. Sí, la innovación requiere de creatividad, pero también de marketing (posicionamiento en el mercado) y también de ingeniería (producción, logística).
7. Felicidad para la Creatividad: las 12 campanadas de la felicidad, basadas en las investigaciones de Sonja Lyubomirsky.
Me he referido al estudio de McKinsey (2009) “Female leadership” y los 9 rasgos del liderazgo innovador:Desarrollo de Personas, Expectativas y Recompensasy Creación de modelos (en estos tres las mujeres tenéis una amplia ventaja), la Inspiración y la Toma de decisiones participativa (ligera ventaja del Liderazgo Femenino), el Estímulo intelectual y la Comunicación eficiente (empate entre hombres y mujeres) y laToma de decisiones individual y el Control y corrección(ventaja del directivo sobre la mujer directiva). En el nuevo mundo, en el Talentismo, en el que el/la líder-coach es más útil y productivo que el capataz (el talento que no se aprecia, se deprecia) está clara la tendencia.
Y también me he referido al libro No hay Marte sin Venus… ni Venus sin Marte, de John Gray (creador del concepto de Venus y Marte) y Barbara Annis (directora del Women’s Leadership Board de Harvard). En él aparece un interesante estudio sobre los “puntos ciegos” de ambos sexos:
- ¿Quieren las mujeres que los hombres cambien? El 58% de los varones creen que hay iguldad de oportunidades en el trabajo; solo un 24% de las mujeres piensa lo mismo.
- ¿Aprecian los hombres a las mujeres en el trabajo? El 79% de los varones así lo piensan, y solo el 48% de las féminas. ¿En qué quieran ser reconocidos? Ellos, por sus resultados (89%); ellas, por su esfuerzo (82%).
- ¿Os sentís excluidas las mujeres? Según los hombres, no (92%); según vosotras, sí (82%).
- ¿Tienen que andar los hombres con “pies de plomo” con vosotras? Según las chicas, no (82%); según los chicos, sí (79%).
- ¿Hacen las mujeres demasiadas preguntas? ¡Qué va!, pensáis vosotras (80%); claro que sí, pensáis vosotros (92%).
- ¿Escuchan de verdad los hombres? Evidentemente, responden ellos (82%); para nada, consideráis vosotras (48%).
- ¿Sois las mujeres demasiado emocionales? Resulta que los hombres solo contamos algo negativo si es muy importante y a tres personas de mucha confianza; las mujeres contáis tanto lo positivo como lo negativo a una media de 32 personas.
- Y finalmente, ¿somos los hombres insensibles? Aquí estamos bastante de acuerdo… en que sí (el 72% de las mujeres y el 68% de los hombres opinan eso).
Los autores, Barbara y John, nos proponen que mejoremos en Inteligencia de género, la capacidad de empatizar con el sexo opuesto. Para ganar confianza, entender cómo funciona el cerebro del otro género.
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